El Centro Carter concluye que las elecciones presidenciales de Venezuela “no pueden considerarse democráticas”
La organización, con sede en Atlanta y que desplegó sobre el terreno una misión de observación, dice que si el CNE no facilita las actas supondrá una “grave violación” de los principios electorales
Una de las principales organizaciones que participó en la observación de las elecciones presidenciales que se celebraron el domingo en Venezuela ha desacreditado todo el proceso. El Centro Carter, con sede en Atlanta, asegura que no ha podido verificar o corroborar los resultados que dieron como ganador al presidente Nicolás Maduro. “La elección presidencial de Venezuela de 2024 no se adecuó a parámetros y estándares internacionales de integridad electoral y no puede ser considerada como democrática”, se lee en el comunicado que hizo público el centro el martes por la noche, horas después de que sus miembros abandonaran el país.
El hecho que la autoridad electoral (CNE) no haya anunciado resultados desglosados por mesa electoral, continúa el comunicado, constituye una “grave violación” de los principios electorales. “El proceso no ha alcanzado los estándares internacionales de integridad electoral en ninguna de sus etapas relevantes y ha infringido numerosos preceptos de la propia legislación nacional. Se desarrolló en un ambiente de libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación. A lo largo del proceso electoral, las autoridades del CNE mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición”, añade.
El Centro Carter desplegó una misión de 17 personas, 11 en Caracas y seis más distribuidas por las ciudades de Barinas, Maracaibo y Valencia. La ONU también tuvo gente sobre el terreno, aunque su informe no es público y se entrega confidencialmente a su secretario general. “La actualización del registro de electores se realizó con numerosos inconvenientes: plazos muy cortos, relativamente escasos lugares de inscripción y una mínima campaña de información y difusión públicas. El problema se agravó en el exterior, donde los ciudadanos enfrentaron barreras legales desmedidas, incluso arbitrarias, para inscribirse en el padrón en el extranjero. El resultado de la restrictiva jornada especial se tradujo en cifras muy bajas de nuevos votantes en el exterior”, se queja la organización.
Ese proceso irregular, según estos observadores, proclamó vencedor a Maduro frente a Edmundo González Urrutia, candidato opositor. González puntuaba en las encuestas más confiables muy por encima de Maduro. Con Venezuela, su comando de campaña, ha ido publicando, auditadas y digitalizadas, las actas de las elecciones que reclaman el Centro Carter y países como Estados Unidos, Brasil, España, Colombia y Chile, entre otros. Esos datos han sido subidos a una página web y, procesados ya en un 84%, dan la victoria a González Urrutia, el candidato de la Plataforma Democrática, con 7.119.000 votos, un 68% del total. Maduro consiguió un 30%, lo que suma 3.200.000 votos, un resultado muy parecido al que venían anunciando todas las encuestas.
El CNE y la Fiscalía General de la República han denunciado un hackeo de las estructuras automatizadas de la institución, causa última del retardo en la data detallada del resultado electoral y del que no se han presentado pruebas. El fiscal general, Tarek William Saab, ha acusado a María Corina Machado, la líder de la oposición, de organizar el sabotaje desde Macedonia del Norte, en los Balcanes, algo que el Gobierno de este país ha negado.
“No solo hemos ganado, arrasamos”, dijo este martes Machado frente a una multitudinaria concentración en la sede de Naciones Unidas en el país, en la avenida Francisco de Miranda, en el este de Caracas. “Ganamos en todos los Estados del país. Cada una de estas actas de votación son una prueba irrefutable de nuestro triunfo. Acá se lo podemos demostrar a cualquiera. El presidente electo de Venezuela es Edmundo González Urrutia”.
Machado retó a Elvis Amoroso, el presidente del CNE, a dar una respuesta a este planteamiento y a publicar las actas, junto a los datos, mesa por mesa, de la elección. “¿Cuál es el miedo? Todos sabemos lo que ha pasado en Venezuela”, dijo.
Amoroso, presente en los últimos actos de Maduro, le ha proclamado reelecto y ha guardado silencio frente a los emplazamientos de la oposición, que son los mismos que le han hecho varios países de Latinoamérica, Estados Unidos y otros más de Europa. El CNE no hizo una última auditoria del proceso, considerada fundamental, durante el día siguiente de la consulta, y no ha publicado los resultados detallados de la elección.
La pesquisa para recolectar todas las actas de votación ha sido el resultado de un trabajo estratégico y de mediano plazo, coordinado personalmente por Machado y por Magalli Meda, la jefa de su comando, asilada en la Embajada de Argentina en Caracas. Se trata de un equipo técnico laberíntico, organizado en redes con sus jerarquías y responsabilidades, que trabaja con extrema discreción, y que ha logrado filtrar información, incluso de mesas de las cuales fue expulsada la oposición.
Mientras todo esto sucede, el Gobierno chavista de Maduro, que ha cooptado el Estado venezolano, se niega a tomar nota, no da respuesta a estos planteamientos y ha renunciado a los argumentos de la oposición. Según sus datos, Maduro ha ganado y debe seguir como presidente.
Este martes crecieron los rumores sobre la inminente detención de Machado y González Urrutia, cuyo llamado hizo la jerarquía oficialista al menos tres veces. El canciller de Costa Rica ha ofrecido asilo a Machado, quien ha declinado con cortesía la propuesta. El Gobierno ha comenzado identificar a los autores del derribo de ocho estatuas de Hugo Chávez en las protestas del lunes y martes. Por su parte, el opositor Freddy Superlano, coordinador nacional del partido Voluntad Popular, fue detenido entrando a su casa. Ricardo Estévez, uno de los jefes de Súmate —organización civil que funciona como un cerebro técnico del Comando con Venezuela— también fue aprisionado.
Las protestas ciudadanas han dejado un saldo de al menos 11 muertos y cientos de detenidos. Maduro reunió, en cadena nacional, a los miembros del Consejo de Estado y del Consejo General de Defensa —la plana dirigente revolucionaria, los miembros de los poderes públicos y altos jerarcas de las Fuerzas Armadas— para anunciar la captura de varios de los ciudadanos que protestaron y para prometer el castigo a “la derecha fascista”, por supuestamente haber fomentado los motines. El líder bolivariano parece tener el apoyo complacido de los militares.
“Ya basta. No les vamos a permitir que sigan sembrando la muerte en las calles. Aquí habló un pueblo”, dijo Maduro, quien prometió “justicia” y “cárcel” para sus adversarios, y quien también habló a sus partidarios desde una acotada concentración cerca del palacio de Miraflores. Maduro anunció que reforzaría la presencia policial y militar en las calles “para garantizar la paz”, y prometió confrontar “la desinformación de las redes sociales”. En la sesión de la Asamblea Nacional, el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, así como el diputado Diosdado Cabello, pidieron cárcel para Machado y González Urrutia, y les responsabilizaron de la violencia tras las elecciones.
“Si ustedes quieren provocarnos, pues aceptamos la provocación”, dijo Cabello a los políticos de la oposición. “Tengan la seguridad de algo: los vamos a joder. No vamos a permitir que la paz que tanto nos ha costado construir quede alterada”.
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