Crece la presión para que el primer ministro peruano renuncie por los audios que lo implican en un presunto caso de acoso
La presidenta pidió la renuncia de su mano derecha, Alberto Otárola, en el último Consejo de Ministros, según distintas fuentes. La mujer afectada sostiene, en cambio, que todo es un complot orquestado por el hermano de Dina Boluarte
En una ocasión Alberto Otárola dijo que un exfuncionario público de alto rango le enseñó que un ministro que se precia siempre debe llevar una carta de renuncia en el bolsillo en caso de que el presidente lo desautorice. El actual primer ministro de Perú parece haber olvidado aquella lección. Según distintas fuentes periodísticas, esta tarde en el último Consejo de Ministros, la mandataria Dina Boluarte le pidió su renuncia debido a la difusión de unos ...
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En una ocasión Alberto Otárola dijo que un exfuncionario público de alto rango le enseñó que un ministro que se precia siempre debe llevar una carta de renuncia en el bolsillo en caso de que el presidente lo desautorice. El actual primer ministro de Perú parece haber olvidado aquella lección. Según distintas fuentes periodísticas, esta tarde en el último Consejo de Ministros, la mandataria Dina Boluarte le pidió su renuncia debido a la difusión de unos audios en los que se evidencia que Otárola aprovechaba su cargo para acosar a mujeres, a quienes les ofrecía trabajos en el Estado.
El político se encuentra en una convención minera en Canadá y su retorno a Perú estaba previsto para este miércoles. No obstante, ante la crisis, Boluarte le exigió que regresara cuanto antes para responder por las denuncias en su contra. El jefe del gabinete ministerial, en tanto, se defendió a través de las redes sociales, eludiendo cualquier culpa y dando a entender una interferencia en este escándalo. “Entiendo la gravedad de la coyuntura política, pero reitero que no he cometido ningún acto ilegal. En su momento precisaré de dónde viene esta infamia y qué oscuros intereses persigue [...]. No he robado ni un centavo del pueblo. Ese es el espejo en el que se deben reflejar quienes temporalmente arrojan piedras. Mis principios son más grandes que el odio y la bajeza de los odiadores”, señaló.
En un giro radical de la historia, Yaziré Pinedo Vásquez, la principal implicada, ha negado la veracidad del audio, aunque ha admitido que tuvo un fugaz vínculo sentimental con Otárola. “El audio es de enero de 2021. En realidad, no es un audio sino un video. El audio que han sacado es completamente falso, lo aseguro. Está editado”, dijo en el programa Beto a Saber. A inicios del 2021, Otárola no tenía ningún cargo público y Boluarte todavía no era primera vicepresidenta, cargo que ocupó con la llegada de Pedro Castillo al poder. Yaziré Pinedo dijo que en un principio buscó a Otárola por “sus servicios como abogado”, pero que luego hubo entre ellos “una relación quizás sentimental en un periodo de una semana o quizás menos en enero de 2021″. Pero además que esta trama, en realidad, sería un complot orquestado por Nicanor Boluarte, hermano de la presidenta; el exmandatario Martín Vizcarra; y su expareja, el político César Figueredo. “El señor Nicanor ofrecía 200.000 dólares [por el audio]. Querían tumbarse al premier, porque si el señor Otárola salía del premierato, el señor Nicanor Boluarte podía meter a su gente”.
Más allá de estas declaraciones que cambiarían el curso de esta historia, la indignación se ha materializado en las últimas horas: un grupo de 23 parlamentarios ha presentado una moción de interpelación en contra del primer ministro. Tal como estipula el reglamento se necesitan por lo menos 20 firmas para que el presidente del Congreso reporte la moción ante el Pleno y, entonces, sea sometida a debate con el propósito de que Otárola dé explicaciones de sus actos.
“Previamente hubo 50 motivos para que deje el cargo, pero ya es hora de que su presencia deje de faltarle el respeto al Perú”, sostiene la legisladora Susel Paredes, en alusión a los muertos durante las protestas en contra del Gobierno. Para un gran sector de la opinión pública es bastante revelador que el hombre más influyente de Palacio esté cerca de perder su trono por acosador —asunto que no debe soslayarse— y no por ser sindicado como uno de los principales responsables de la represión que acabó con la vida de varias decenas de manifestantes.
La antropóloga Verónica Mendoza, habitual aspirante al poder en cada elección en representación de la izquierda, opina en la misma línea. “Otárola debió haber salido del gabinete el 15 de diciembre de 2022 por la masacre en Ayacucho perpetrada bajo su responsabilidad como Ministro de Defensa y Boluarte debió haber convocado a elecciones generales para abrir una salida democrática a la crisis. Ya pagará cada uno sus responsabilidades”, señala.
Desde la otra orilla ideológica, el partido de derecha Renovación Popular también ha condenado el accionar del primer ministro, quien quedó expuesto en una serie de audios donde trata de “amor” a la trabajadora Yaziré Pinedo Vásquez y le pide, con insistencia, su hoja de vida. “Exigimos su destitución del hasta ahora presidente del Consejo de Ministros, no debe permanecer al frente de tan importante puesto del Poder Ejecutivo. Exigimos que tanto el Ministerio Público, como la Procuraduría General, presenten la denuncia penal correspondiente en su contra, y de los que resulten responsables de estos execrables hechos”.
En otros puntos de vista están quienes, como el periodista Christopher Acosta, jefe de la Unidad de Investigación de Latina, se permiten dudar del desenlace de esta trama por el grado de relación, a sangre y fuego, que ha forjado la presidenta Dina Boluarte con su primer ministro. “Otárola, como abogado, salvó a Boluarte de los casos Reniec y Club Apurímac. Creó desde entonces en ella un relación de dependencia, que se trasladó luego al Gobierno. Es más fácil imaginar un gobierno de Otárola sin Dina; que uno de Dina sin Otárola”.
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