Paloma Valencia es la candidata presidencial del uribismo
El Centro Democrático elige a la senadora caucana para las elecciones del próximo mayo
Paloma Valencia Laserna (Popayán, 47 años) es desde este lunes la candidata presidencial del Centro Democrático, el partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez. La actual senadora y fiel escudera del exmandatario representará al partido de derechas en las elecciones del próximo mayo, en las que intentará convertirse en la primera jefa de Estado mujer de Colombia. Valencia ha vencido en dos encuestas, una a ciudadanos en general y otra a militantes del partido, a las también congresistas María Fernanda Cabal y Paola Holguín. Así lo ha revelado este lunes el director del partido, Gabriel Vallejo, en un evento en un salón del Congreso de la República. “Yo tengo esta candidatura, y aparecerá mi nombre, pero pertenece a tres mujeres, María Fernanda, Paola y yo”, ha dicho allí la nueva candidata al agradecer su elección, para luego deshacerse en elogios para quienes fueron sus competidoras.
El acto del partido, citado a las 5.00, inició una hora más tarde. Fue antecedido por un largo proceso de depuración de candidatos. Por un lado, estuvo atravesado por el asesinato del senador Miguel Uribe Turbay. Después, por la aspiración frustrada de su padre, Miguel Uribe Londoño, y la renuncia del senador Andrés Guerra Hoyos a la carrera. Valencia se refirió a todos ellos, y buscó teñir su candidatura de un tono de esperanza. “Los problemas de Colombia tienen solución”, ha dicho. En la recta final solo quedaron Valencia, Cabal y Holguín.
Acompañada de su familia, la candidata ha dado un discurso en el que ha retomado asuntos propios de la derecha —como la seguridad o la propiedad privada—, pero también ha intentado acercarse a otros temas que suele tratar el otro lado del espectro político, como el medio ambiente, los sistemas de cuidados para las mujeres o la desigualdad. “El problema no es [el presidente Gustavo] Petro, el problema es el estatismo” ha recalcado la senadora.
Pese a su llamado a la unión entre los políticos del partido, ya se ven las primeras fisuras. A la salida del evento, Cabal pidió que se hagan públicos los resultados de las encuestas que eligieron a Valencia como ganadora. “Por respeto a los colombianos que nos han acompañado, por la transparencia que exige la democracia, es necesario que se haga pública la auditoría”, ha instado. Además, el candidato ultraderechista Abelardo de la Espriella le ha lanzado un guiño a la vallecaucana: “A la doctora Cabal, un mensaje afectuoso y patriótico: hay más futuro que pasado, generala”.
Una candidata de estirpe conservadora
La política parte de atrás en las encuestas: los tres sondeos que se han realizado desde el fin de la veda, en noviembre, no le dan más del 2% de intención de voto, pero eso no significa que su selección sea menor. Uribe es el claro líder de la derecha colombiana y goza de una gran popularidad. Fue elegido presidente en dos ocasiones (2002 y 2006), luego impulsó como presidente a otros dos candidatos (2010 y 2018) y, en 2014, logró que su nominado llegara a segunda vuelta. Su única derrota fue en 2022, cuando el candidato que impulsó, el ahora alcalde de Medellín Federico Gutiérrez, no pasó a la segunda ronda. Desde entonces, el expresidente ha buscado retomar el impulso político, aupado recientemente por su absolución en segunda instancia en un juicio en el que fue señalado de soborno y manipulación de testigos, y con una estrategia de oposición cerril a la izquierda que representa Petro.
La ahora candidata presidencial pertenece al partido desde su fundación, en 2013. Fue elegida al Senado en 2014 y allí se ha mantenido desde entonces. Abogada y heredera de una estirpe conservadora que incluye a su abuelo, el expresidente Guillermo León Valencia (1962-1966), ha sido una de las congresistas más visibles de la derecha en la última década. Frente a Cabal y Holguín, representa el ala menos radical del uribismo. “No reconozco sino a los que son violentos como enemigos”, ha señalado Valencia, un contraste notorio con el de sus compañeras y contrincantes.
En una conversación con este diario a inicios de diciembre, Valencia destacó que el Centro Democrático estaba ad portas de un momento histórico. “Es maravilloso pensar que el partido que fundamos y en el que hemos creído nosotras tres esté llegando a un fruto muy significativo: la elección de la primera mujer presidente de Colombia”, indicó entonces.
Ahora está previsto que la candidata participe de una consulta interpartidista entre varios aspirantes de la derecha, que, si sale adelante, se realizará en simultáneo con las elecciones legislativas del 8 de marzo y permitirá a ese sector del espectro llegar unido a la primera vuelta, en mayo. Pero este mecanismo está en duda.
De La Espriella, el candidato de este espacio ideológico con más fuerza en las encuestas, ya cerró la puerta a participar en esa votación, argumentando que los 4,8 millones de personas que lo apoyaron para su candidatura por firmas lo han “encomendado para representarlos directamente en la batalla por la presidencia”. “Ir a una consulta en marzo diluiría este mandato espontáneo, patriótico y orgánico, que surge no de estructuras políticas establecidas”, dijo el candidato en una carta dirigida al expresidente Uribe, que respondió con que se pueden buscar otros métodos para elegir un candidato único, como una encuesta.
Sobre De La Espriella, Valencia comentó a inicios de mes que era “muy pronto” para evaluarlo como un líder entre la derecha. “Todavía no es el candidato. Estamos a más de seis meses de las elecciones y en política es importante dejar madurar las cosas”, aseguró. Tras convencer a su partido, ahora deberá persuadir a una derecha fragmentada de que ella podrá vencer a la izquierda en 2026.