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La Registraduría entierra la aspiración presidencial de Daniel Quintero

La entidad electoral considera que su inscripción por firmas es “inviable jurídicamente” porque ya fue reconocido como precandidato del Pacto Histórico y no ganó la consulta

Daniel Quintero, el exalcalde de Medellín que sembró la discordia en la izquierda colombiana en los últimos meses, se ha quedado por fuera de las elecciones presidenciales. O por lo menos así lo señala la Registraduría Nacional, que ha rechazado este jueves su petición de inscribirse por firmas al considerarla “inviable jurídicamente”. Quintero, considera la entidad, debe respetar el resultado de la consulta del Pacto Histórico, en la que se impuso el senador Iván Cepeda. Aunque el exalcalde renunció unos días antes de la votación, el plazo para hacerlo ya había vencido. La jugada política de Quintero, que produjo críticas entre sus antiguos aliados, se ha convertido en un tiro en el pie.

La Registraduría había guardado silencio luego de que el exalcalde anunciara el 27 de octubre que inscribiría un comité de recolección de firmas, un trámite que se hace ante esa entidad y que tiene varios requisitos. Ante la incertidumbre jurídica, había remitido la solicitud al Consejo Nacional Electoral (CNE), el órgano que regula la actividad electoral en el país. “No es competencia de la Registraduría [evaluar si la solicitud es procedente]. El CNE definirá si hay lugar o no a la autorización para la recolección de esas firmas”, había dicho el jefe de la institución, Hernán Penagos. Sin embargo, el órgano electoral respondió el 29 de octubre que la decisión sí era competencia de la Registraduría. Con ese aval, la entidad que dirige Penagos se pronunció de fondo sobre el asunto.

En su argumentación, el registrador delegado en lo Electoral cita la ley 1475 de 2011, que señala que el resultado de las consultas “será obligatorio” para los participantes y que un precandidato es considerado como tal desde el momento en el que “su inscripción ha quedado en firme”. “Quienes hubieren participado como precandidatos quedarán inhabilitados para inscribirse como candidatos (...) por partidos, movimientos, grupos significativos de ciudadanos o coaliciones distintas”, se lee en un fragmento de la ley. Con esto en cuenta, explica la entidad, la recolección de firmas de Quintero constituiría “un acto final ilícito”. “La autoridad no puede permitir la realización de un procedimiento que culminaría en un acto contrario al derecho”, subraya.

Organizaciones como la Misión Observación Electoral y antiguos aspirantes de la consulta del Pacto Histórico, como Susana Muhamad, habían advertido de que las nuevas aspiraciones de Quintero eran inviables. Él, sin embargo, había insistido en que se había inscrito en la consulta con la expectativa de que sería considerada como partidista, lo cual le permitiría participar en otra inter-partidista en marzo. Como ese reconocimiento aún es incierto y el CNE no se pronuncia de fondo, consideró que tenía fundamentos para bajarse sin quedar inhabilitado.

Quintero, que puede iniciar un largo camino judicial para intentar salvar su candidatura con esos mismos argumentos, ha reaccionado a la decisión de la Registraduría con un escueto mensaje. “No quieren que reseteemos la política, pero la vamos a resetear. No más narcos ni corruptos”, escribió en X. El miércoles, había compartido un comunicado del Polo Democrático Alternativo en el que el partido de izquierdas señalaba que Quintero no había recibido un aval de parte de ellos para la consulta, ni se había efectuado una preinscripción a su nombre.

La Registraduría explicó en la resolución de este jueves que Quintero, Cepeda y Carolina Corcho presentaron un acuerdo el 26 de septiembre, suscrito por los representantes legales de la Unión Patriótica, el Polo Democrático y el Partido Comunista. Después, el 3 de octubre, venció el plazo para hacer modificaciones sin que se recibiera “ninguna solicitud” por parte de los implicados. La entidad le remitió el tarjetón a las organizaciones políticas. Allí, figuraban los nombres y las fotos de los tres aspirantes, junto a la leyenda “Voto para la consulta de candidatos a presidente de la República”. La entidad, además, negó haber recibido “comunicación alguna” por parte de los partidos para retirar la inscripción del exalcalde de Medellín.

Un actor disruptivo

La candidatura de Quintero, un político conocido por su estilo estridente y populista, produjo discordia en la izquierda colombiana desde el primer momento. Las bases tradicionales del progresismo lo cuestionaron durante meses por estar imputado en una causa de corrupción por denuncias de su periodo como alcalde de Medellín (2020-2023) y por alejarse de los acuerdos programáticos del partido —propuso cerrar el Congreso, acabar con las notarías, repartir lavadoras—. Cuando parecía que podía ganar la consulta, precandidatos como Gustavo Bolívar, Susana Muhamad y María José Pizarro se bajaron para apoyar a Cepeda. Muhamad, exministra de Ambiente de Gustavo Petro, fue la más contundente en expresar su enojo tras la decisión del exalcalde de retirarse. “Los partidos del Pacto Histórico deben llamar a cuentas a Quintero, que no se puede retirar solo a estas alturas (...). La irresponsabilidad de este señor es gigante”, dijo.

Tras la victoria de Cepeda, el exalcalde intentó retomar la iniciativa con el proceso de recolección de firmas. Estaba corto de tiempo: el plazo para presentar 630.000 apoyos —el 3% de los votos válidos de los comicios de 2022— vence el 17 de diciembre, y los demás aspirantes que buscan presentarse por este mecanismo recorren el país desde hace meses para ello. Quintero aprovechó estas semanas para victimizarse. Acudió a la Registraduría sin una cita, grabó un video cuando no lo dejaron entrar, y anunció en redes sociales que interpondría acciones judiciales. Después, mientras la entidad estudiaba su solicitud, denunció que le estaban quitando tiempo valioso. “La demora de la Registraduría es una estrategia calculada para dilatar el proceso”, dijo el miércoles. Ahora, que ya tiene una respuesta, todo parece indicar que no se dará por vencido y comenzará un largo camino en la justicia.

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