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El discurso de odio contra Petro deja sin corona a una reina de belleza colombiana

La insinuación de Laura Gallego de que un candidato presidencial debería dispararle o golpear al mandatario despierta la indignación en un país que enfrenta la normalización de la violencia en el discurso político

El reinado de Laura Gallego como Señorita Antioquia duró apenas cinco días. Tan pronto la eligieron, las redes sociales visibilizaron la violencia que ejercía como influencer cercana a sectores de la derecha y ultraderecha colombiana. Hablaba del presidente Gustavo Petro como “un cáncer”, “un comunista guerrillero”, “una mierda”. Sobre todo, un video cruzó todos los límites. Allí, le pregunta al precandidato presidencial Santiago Botero si preferiría “darle bala” a Petro o a Daniel Quintero, exalcalde de Medellín. Cuando él responde que al segundo, ella sonríe y lo incita que a darle “un cachazo [golpe con la culata de un arma] al menos” al presidente. En un país que enfrenta la normalización de la violencia en el discurso político, esta expresión logró despertar la indignación colectiva. Gallego tuvo que renunciar a su corona.

La cuenta de Gallego en Instagram muestra un activismo violento desde varios años. Va desde celebrar que los espectadores de los partidos de la Selección Colombia griten “Fuera Petro” hasta publicar una foto de una rodilla lastimada con el comentario de que así quedó la del presidente “después de arrodillarse a Donald Trump [el presidente de Estados Unidos]”. En los últimos meses, entrevista a precandidatos presidenciales de la derecha, como Juan Carlos Pinzón, Miguel Uribe Londoño, Abelardo de la Espriella y María Fernanda Cabal. Les pregunta si pondrían más militares en las calles, si bajarían impuestos, si le darían oportunidades a exguerrilleros en el Gobierno. A Botero y De la Espriella les pregunta si prefirían dispararle a Quintero o a Petro.

“No valen ni una bala, que les caiga la justicia”, responde el ultra De la Espriella, a quien se refiere como “jefecito” —trabajó para él en su estudio jurídico— y le dice que es “el mejor . El odio está ahí. De la Espriella añade que los políticos que acompañan a Petro son “hierbas del pantano”. Cabal dice que el presidente y el exalcalde de Medellín son “enfermedades terminales”. Uribe Londoño promete “acabar todos los falsos procesos de paz”. Según reconoció Gallego en una entrevista en Caracol Radio, las redes le han suspendido la cuenta varias veces, afirma que por replicar insultos en su contra, en son de burla. Eso no lo ha detenido: afirma que tenía 48.000 seguidores antes de ser elegida Señorita Antioquia, y ahora suma 60.000.

El Concurso Nacional de Belleza, en el que el 10 de noviembre se presentarán representantes de todo el país, emitió un comunicado tras el revuelo en redes sociales y medios de comunicación. “[El certamen] defiende la institucionalidad de Colombia. Por lo tanto, rechaza cualquier pronunciamiento de las participantes en torno a la actividad política. Conmina respetuosamente a las candidatas a abstenerse de participar en política mientras ostenten la representación de sus municipios, departamentos o regiones”, declaró. Quintero, por su parte, señaló que Gallego “no representa a las mujeres antioqueñas”. “Refleja una cultura narco que le ha costado mucho a mi departamento, que fue el de mayor número de falsos positivos, en el que más militantes de la UP [la Unión Patriótica] fueron asesinados (...). Esto no es belleza, es violencia y odio”, dijo en X.

Luego de unos días de relativo silencio, la influencer renunció a su corona y optó por proclamarse víctima de censura. “Me niego a permanecer callada. Me niego a ser parte de un sistema que exige obediencia en lugar de pensamiento propio. Me niego a que una corona se convierta en mordaza”, dijo. “Soy una mujer con criterio, con una trayectoria de activismo cívico y con una voz política que jamás he ocultado ni ocultaré. Siempre he creído que las mujeres somos mucho más que una cara bonita o un vestido elegante”, comentó. Dejó de lado que evitar las opiniones políticas es una regla generalizada de los concursos de belleza y que la mayor parte de su activismo en redes sociales, si bien violento, pasó desapercibido. Los medios de comunicación se centraron en un solo video, el que calificaron como apología del delito.

Petro celebró la renuncia. Pero, más que condenar la violencia, optó por dar su opinión sobre Gallego. “Era bella, pero por fuera solamente; hay que tener cerebro y cultivarlo mucho, al igual que el cuerpo”, escribió en X. “Es una verdad científica. La belleza no es solo del cuerpo sino del alma, o del espíritu, o de la inteligencia del cerebro, que es pura energía, y debe ser limpia”, añadió. Quintero, por su parte, lamentó la falta de una retractación pública. “Renunció Laura Gallego. Hubiera preferido una reflexión sobre lo que pasó y que siguiera adelante. No lo hizo”, apuntó. Roy Barreras, precandidato presidencial de la centroizquierda, fue el más enfático en refutar a la ex Señorita Antioquia: “No es una mujer censurada, es una mujer que promueve discursos de odio e incita a ‘dar bala’ en un país en el que eso aún mantiene heridas abiertas”.

Gallego dio entrevistas en varios medios de comunicación. Insistió en su discurso victimizante, señaló que ella es “una dulzura” y dijo que el presidente tiene una doble vara —ha recibido varias órdenes judiciales de retractación por decirle nazis a sus contrincantes o “muñecas de la mafia” a periodistas—. “Prefiero quitarme la corona y seguir expresándome libremente de algo que me apasiona”, señaló en Caracol Radio, al tiempo que enfatizaba que las elecciones del año próximo son esenciales para el futuro del país. Los periodistas le señalaron que el discurso de odio y la incitación a la violencia no son libertad de expresión. Finalmente, Gallego reconoció que se había equivocado en el video con Botero. “Podría haber usado sanción, cárcel, exilio. Usar la palabra ‘bala’ en un contexto tan violento como el que vivimos en Colombia fue desafortunado”, admitió.

Catalina Botero, ex relatora especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), no cree que Gallego haya sufrido un acto de censura. “Un concurso de belleza es un evento privado que tiene derecho a poner sus propias reglas, las cuales ella aceptó voluntariamente cuando decidió participar”, comenta por escrito. Señala, además, que “es clarísimo” que las expresiones de la ex Señorita Antioquia deben ser rechazadas socialmente. “No estamos en un momento de la historia en el que estas expresiones sean inofensivas. En Colombia, tienden a justificar y a promover la violencia real”, subraya. Comenta que “el discurso violento” que también emplea Petro no puede ser una excusa: “La respuesta es el control social y la justicia. No seguir su ejemplo”.

Algo similar señala Carlos Cortés, director del tanque de pensamiento Linterna Verde, a través de un audio de WhatsApp. “Decir que le va a pegar un tiro a alguien, hacerlo como un jueguito, no expresa ningún pensamiento”, enfatiza. Celebra que el concurso de belleza sentara un precedente: aunque considera al reinado “una institución vetusta”, cree que “es importante” que dejara en claro que una persona que expresa discursos de odio no puede representar a un departamento. Le preocupa, eso sí, un contexto de violencia retórica que pasa desapercibido en el día a día, y que muchos políticos retroalimentan. “Hay candidatos que hablan de desterrar a sus rivales, de ‘acabar con una plaga’, y que utilizan metáforas en las que sus contrincantes son insectos, animales. Y luego encuentras los discursos del presidente, de comerciantes que son nazis o esclavistas”.

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