Tres turistas estadounidenses han muerto en Medellín en los últimos cinco días

Desde el sábado, las autoridades han encontrado a dos norteamericanos sin vida en las habitaciones que alquilaban; las causas de los fallecimientos se desconocen. Uno más se cayó del balcón de un Airbnb

Un grupo de turistas en el Cerro Nutibara, en Medellín, el 4 de mayo de 2023.Anadolu (Anadolu Agency via Getty Images)

El estadounidense Dakarai Earl Cobb, de 47 años, llevaba dos días desaparecido en Medellín. La noche de este lunes, preocupados, los propietarios de la habitación donde se hospedaba en el barrio Santa Lucía, al occidente de la ciudad, abrieron la puerta del cuarto. Estaba muerto. En las horas posteriores, las autoridades reportaron que faltaban varias de sus pertenencias, como su pasaporte, su teléfono celular y sus tarjetas de crédito. Están a la espera d...

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El estadounidense Dakarai Earl Cobb, de 47 años, llevaba dos días desaparecido en Medellín. La noche de este lunes, preocupados, los propietarios de la habitación donde se hospedaba en el barrio Santa Lucía, al occidente de la ciudad, abrieron la puerta del cuarto. Estaba muerto. En las horas posteriores, las autoridades reportaron que faltaban varias de sus pertenencias, como su pasaporte, su teléfono celular y sus tarjetas de crédito. Están a la espera de que Medicina Legal realice la necropsia para establecer las causas.

La de Cobb es la tercera muerte de un estadounidense que se registra en Medellín en los últimos cinco días. Los fallecimientos violentos de ciudadanos extranjeros en la ciudad aumentaron un 29% en el último trimestre de 2023 con respecto al mismo periodo del año anterior, según datos que aportó el Observatorio de Turismo de la Personería Distrital de Medellín y que no incluyen a los venezolanos. Parece que aún no han bajado.

El norteamericano llevaba al menos un mes en esa vivienda, ubicada en la calle 47F con la carrera 89A, de acuerdo con el propietario. “La alquilamos porque nos pidieron el favor, porque venía a quedarse como un mes nada más”, declaró a un medio local. Santa Lucía es un barrio de clase media, residencial. Queda a media hora caminando de la comuna Laureles, uno de los puntos más turísticos de la capital antioqueña, donde se hospeda gran parte de los extranjeros que la visitan.

Laureles, justamente, fue donde unos trabajadores de un hotel hallaron este domingo el cuerpo sin vida del norteamericano Anthony López, de 29 años. De acuerdo con el reporte de la Policía, horas antes de su fallecimiento había entrado con una o dos mujeres a una habitación del establecimiento, ubicado en la circular 4 con la carrera 70. Sus acompañantes salieron, pero él no. Llegada la noche, al ver que no respondía, los trabajadores decidieron ingresar. Lo encontraron muerto.

Las autoridades todavía no han determinado las causas de la muerte de López. Su cuerpo fue trasladado a las instalaciones de Medicina Legal en el barrio Caribe, donde se realizará la necropsia. Hasta ahora, se sabe que no se le encontraron signos de violencia.

Un día antes, el sábado, otro ciudadano estadounidense murió de forma misteriosa en Medellín. Manley Mark Conley, de 37 años, falleció al caerse del balcón de un Airbnb en el piso 17 del edificio Lugo, ubicado en la calle 6 sur con carrera 43A, en la comuna El Poblado ―otra de las zonas más turísticas―.

Conley había alquilado el apartamento desde finales de diciembre. Las cámaras de seguridad del edificio no registraron que ninguna otra persona hubiera ingresado a la vivienda con él antes de la caída, ocurrida durante la madrugada, según las autoridades. “Al parecer, la víctima se encontraba sola en el inmueble. Se desconocen las causas de su lanzamiento”, señalaron.

Con estas tres muertes ya van cuatro extranjeros fallecidos en Medellín en lo que va del año. La primera ocurrió el 19 de enero, cuando Tomás Gedrimas, un lituano de 41 años, se suicidó al lanzarse desde el piso 12 de un hotel de Laureles en el que se hospedaba con su madre. El año pasado fallecieron 31 turistas en la ciudad.

Turismo, drogas y prostitución

Desde hace años, los turistas en la capital antioqueña han sido blanco de la delincuencia. Alguna vez una de las ciudades más peligrosas del mundo, Medellín se ha convertido en los últimos años en un lugar deseado por viajeros de todo el mundo. Eso ha traído consecuencias positivas y, también, negativas. En la urbe, conocida por sus fiestas y el acceso fácil a la prostitución, el robo a los turistas ―muchas veces de forma violenta― también se ha popularizado.

El nuevo secretario de seguridad de la ciudad, Manuel Villa, abordó ese tipo de crimen en una reciente entrevista con el diario medellinense El Colombiano, en la que confirmó que existen bandas “que se han especializado en delinquir contra algunos turistas”. “Hemos pedido a Inteligencia e Investigación de la Policía que priorice las estructuras, los coordinadores y quienes trabajan para esas estructuras. Tenemos que ser capaces como ciudad de tener una estrategia para que también haya seguridad en la ciudad para los turistas, pero seguridad en esos puntos que son atractivos turísticos”, declaró.

Turistas extranjeros caminan con dos mujeres en el barrio el Poblado, en Medellín, el 29 de julio de 2022.Santiago Mesa

Sin embargo, enfatizó que los extranjeros que viajen a Medellín también son responsables de sus propias actividades y seguridad. “Estamos en la tarea de elaborar una campaña para desde que el extranjero llegue al aeropuerto José María Córdova entienda que es bienvenido, pero no a ese turismo de drogas y no a que vengan a explotar sexual y comercialmente a nuestros niños y niñas. Frente a los extranjeros que se presten para actividades ilegales, a ellos también les caerá todo el peso de la ley”, dijo.

Las autoridades locales no son las únicas que se preocupan por la seguridad de los turistas. A principios de enero, la Embajada de Estados Unidos alertó a sus ciudadanos de no usar varias aplicaciones de citas en Medellín —entre las más conocidas están Tinder, Bumble y Grindr—, después de que ocho hombres norteamericanos perdieran la vida allí en los dos meses anteriores en circunstancias diversas y extrañas. No había evidencia de un vínculo entre los casos, pero sí había un factor que se repetía: varios de ellos habían salido en sus últimas horas de vida con personas que conocieron a través de aplicaciones de citas. “Numerosos ciudadanos estadounidenses han sido drogados, robados e incluso asesinados por sus citas colombianas”, se lee en la alerta.

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