Advertencia al alcalde de Bogotá
Carlos Fernando Galán nombró a Orlando Molano como nuevo director del Instituto de Desarrollo Urbano, pese a que fue el responsable de la fallida remodelación del centro deportivo más importante que tenía la ciudad
En el año 2017 cerraron el centro de entrenamiento más importante con el que contaban los deportistas de Bogotá para realizar una supuesta remodelación y reforzamiento estructural con el fin de garantizar a los atletas el mejor escenario para desarrollar sus prácticas deportivas. En ese momento, se suponía que el cierre no iba a durar más de un año y medio. Y así fue como entrenadores y atletas fueron desperdigados en distintos puntos de la capital mientras se llevaba a cabo la ob...
En el año 2017 cerraron el centro de entrenamiento más importante con el que contaban los deportistas de Bogotá para realizar una supuesta remodelación y reforzamiento estructural con el fin de garantizar a los atletas el mejor escenario para desarrollar sus prácticas deportivas. En ese momento, se suponía que el cierre no iba a durar más de un año y medio. Y así fue como entrenadores y atletas fueron desperdigados en distintos puntos de la capital mientras se llevaba a cabo la obra civil.
Pasaron el 2018 y el 2019. Hubo cambio de alcalde y la llamada Unidad Deportiva El Salitre nunca volvió a funcionar. El Coliseo cubierto y los edificios para entrenamiento de pesas, barras, pingpong, gimnasia olímpica, bolos y muchas más disciplinas quedaron sin techo o sin piso, con muros por el suelo y en resumen completamente inútiles. El gran proyecto para remodelar el sitio donde tenía sede la mayoría de las ligas de deportes de la ciudad quedó totalmente inservible. ¿Qué pasó?
Según lo definió la Contraloría de Bogotá, una gestión ineficiente por parte del Instituto distrital de recreación y deporte (IDRD), así como el incumplimiento por parte del contratista, llevó al descalabro. Los primeros no hicieron de la manera debida los estudios para sacar adelante el proyecto que contrataron y los segundos, sencillamente abandonaron la obra al cabo de unos meses. El resultado final lo conocen bien aquellos que practican de manera profesional o semiprofesional algunos de los deportes enunciados más arriba: han pasado siete años y la promesa del entonces alcalde Enrique Peñalosa nunca se cumplió.
Hoy los edificios ya no están en abandono, pues hace pocos meses la administración de Claudia López puso a andar un nuevo contrato con el fin de terminar aquello que quedó mal hecho en tiempos de Peñalosa, pero entre tanto la ciudad perdió dinero y los atletas su epicentro de entrenamiento.
Hay que ponerle nombre al responsable del asunto, quien nunca ha dado la cara ante semejante horror: Orlando Molano. El mismo Molano que el nuevo alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, anunció va a ser el nuevo director de Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), es decir, el hombre que tendrá a su cargo una de las chequeras más jugosas de toda la capital. ¿Es esto una irresponsabilidad?
Si la Contraloría hubiera señalado en su proceso de responsabilidad fiscal que Molano no es responsable de lo acontecido con la Unidad Deportiva El Salitre, no habría por qué preocuparnos, mas el escenario es completamente distinto: Molano está en la lista de responsables del descalabro y de hecho es uno de aquellos que tendrá que responder por los casi 5 mil millones de pesos que se perdieron en la obra que nunca fue.
Quien sabe si el nuevo alcalde sepa esta historia. Quien sabe si alguien lo puso al tanto de la vida y obra del señor Molano. Tal vez alguno de los deportistas que lo apoyaron durante su campaña se lo haya advertido, si no, aquí le lanzamos esta alerta al alcalde de Bogotá, pues no da mucha tranquilidad que quien ahora va a responder por las grandes obras civiles de la ciudad venga con semejante historial de frustración para la misma capital.
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