A la cárcel John Leo Rocha, el militar que amenazó de muerte a sus vecinos en Facatativá
Por “el alto grado de peligro” que representa para la sociedad, una jueza dicta medida de aseguramiento en su contra. Durante la audiencia, intentó golpear a agentes de la Fiscalía
John Leo Rocha, el exmilitar que durante años aterrorizó y agredió a sus vecinos del conjunto residencial Heliconias de Facatativá (Cundinamarca), amaneció este miércoles en una cárcel. La jueza primera de control de garantías de ese municipio dictó este martes medida de aseguramiento en su contra, después de que la Fiscalía argumentara que Rocha, que lleva más de 50 denuncias, representaba “un alto grado de peligro” para la sociedad. ...
John Leo Rocha, el exmilitar que durante años aterrorizó y agredió a sus vecinos del conjunto residencial Heliconias de Facatativá (Cundinamarca), amaneció este miércoles en una cárcel. La jueza primera de control de garantías de ese municipio dictó este martes medida de aseguramiento en su contra, después de que la Fiscalía argumentara que Rocha, que lleva más de 50 denuncias, representaba “un alto grado de peligro” para la sociedad. Durante el juicio, el ente investigador entregó numerosos audios y videos en los que el hombre amenazaba a vecinos, celadores, y hasta a policías. Rocha, de 47 años, respondió a estas acusaciones con más amenazas: intentó pegarles a los agentes de la Fiscalía. Ahora, se enfrenta a una condena superior a los 64 meses.
El caso del exmilitar se dio a conocer en todo el país el pasado 20 de noviembre, cuando sus vecinos, cansados de sus brotes violentos, lo expulsaron de forma dramática del conjunto residencial donde vivía. Las imágenes impactantes de la noche de rebelión se hicieron virales. Entre gritos y oscuridad, un grupo de personas martillaba el carro de Rocha hasta romper los cristales y el parabrisas. Luego, tras dejarlo destruido, le dieron una vuelta de campana, pusieron una motocicleta ―también destrozada― encima del capó y le cubrieron de grafitis: “Cobarde”, escribieron. Momentos más tarde, la comunidad aplaudía y vitoreaba mientras la Policía lo acompañaba en un vehículo blindado hasta la estación por su seguridad.
En los días posteriores al incidente, varios residentes del edificio explicaron en medios de comunicación el porqué detrás de esos actos vandálicos. “El señor es una persona vengativa, agresiva. Anda armado y toma represalias por todo”, denunció Jhonathan Obregón. “Por el simple hecho de que no le cambiaron un bombillo, amenazó de muerte a una celadora en el conjunto”, agregó. Es una agresión que, supuestamente, quedó grabada.
En un video captado por una cámara de seguridad y difundido en X, se registró el momento. A Rocha se le ve furioso. Es un hombre grande, musculoso, con peinado militar. Da vueltas por la mesa de trabajo de la guardia mientras le espeta una serie de palabrotas. “Hijueputa”, “gonorrea”, le grita, y golpea su computador repetidamente con todas sus fuerzas. Luego, Rocha se acerca, le apunta en la cara y la amenaza. “No la quiero volver a ver en este hijueputa conjunto. Te lo juro por mi cristo, si usted vuelve, le vengo a buscar”, se le escucha decir.
Este comportamiento era normal para el exmilitar. De hecho, después de que sus vecinos lo expulsaran del edificio, las amenazas continuaron. En un audio de WhatsApp que mandó a un residente del edificio tras el incidente, se le oye más agresivo que nunca: “¡Estoy ofendido! Sé quién es usted. Han pasado siete días y voy a volver al conjunto. Voy a ir solo, sin mi familia. Va a llegar la muchedumbre y sé que me van a linchar, pero me llevo a seis o siete”. Finalmente, no volvió.
A los pocos días de enviar ese mensaje, la Policía lo capturó en una vivienda en el municipio de Mariquita, Tolima. En un video de la detención, se ve como, de nuevo, el hombre responde agresivamente y lamenta que no tiene un arma a su disposición. “¿Qué hubiera pasado? Salgo y les doy candela, me matan, pero me llevo a más de uno”, les grita a los uniformados.
Este lunes, durante el juicio, Rocha demostró que nadie, no importa el cargo, está a salvo de sus brotes violentos. A lo largo de la audiencia, subió el tono repetidamente a la jueza y, en algún momento, intentó golpear a los agentes de la Fiscalía con un extinguidor. “¿Cuál es la maricada o qué? Ahora sí que tranquilo, ¿cuál tranquilo? Ahora sí para que me judicialicen, ¿qué tal? No sea hijueputa”, les ladró, vestido de una ajustada camisa de la selección de fútbol brasileña.
Tras este estallido, la jueza ordenó que se le esposara y se calmó. Resignado y con la cabeza agachada, escuchó el fallo en silencio. Momentos después, salió fuertemente custodiado para su lugar de reclusión.
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