Se le ven las orejas al Dussán
Desde Colpensiones hablan de transparencia y libre concurrencia, pero desde afuera contratar a un abogado para que firme un concepto prefabricado se ve bastante mal
A finales de septiembre hablé en esta columna de una licitación que olía mal en Colpensiones. Expliqué que al proceso de búsqueda del nuevo operador del Contact Center de la estatal de pensiones se le venían dando largas a punta de aplazamientos y adendas, siendo la última la más llamativa pues se anunció a pocos minutos de cerrar la recepción de ofertas y aplazó por 24 horas el cierre del proceso. Retomo el cierre de ese escrito: “Aquí hay un afortunado giro del destino para alguien. ¿Para quién? Seguro Jaim...
A finales de septiembre hablé en esta columna de una licitación que olía mal en Colpensiones. Expliqué que al proceso de búsqueda del nuevo operador del Contact Center de la estatal de pensiones se le venían dando largas a punta de aplazamientos y adendas, siendo la última la más llamativa pues se anunció a pocos minutos de cerrar la recepción de ofertas y aplazó por 24 horas el cierre del proceso. Retomo el cierre de ese escrito: “Aquí hay un afortunado giro del destino para alguien. ¿Para quién? Seguro Jaime Dussán lo sabe”.
Lo que entonces solo sabía Dussán ahora es de conocimiento público: la Unión Temporal MZ se quedó con el contrato que debía ser de 72.000 millones de pesos, pero que al final se firmó por poco más de 65.000 millones. En un comunicado emitido por Colpensiones el pasado 9 de noviembre celebran la reducción del valor y destacan que en la convocatoria participaron cuatro oferentes, recalcándolo como un éxito de la libre competencia. Empero no dicen que luego del proceso de evaluación solamente uno (el ganador) quedó habilitado y que la habilitación se hizo a las malas y llevándole la contraria a la dirección contractual de la misma Colpensiones. Veamos la historia.
El 9 de octubre, Consuelo Martínez, abogada de la dirección contractual de la entidad, entregó el informe de evaluación jurídica sobre la Unión Temporal MZ en el que concluye que esta no cumple jurídicamente con los requisitos y condiciones establecidos para esta convocatoria pública. El 12 de octubre se publica el informe de evaluación jurídico, técnico y financiero de los cuatro proponentes y en este claramente se ve que los cuatro quedan inhabilitados. Pero arranca una nueva serie de adendas que aplazan la decisión definitiva y terminan por pavimentar el camino para que MZ se quede con el contrato.
En Colpensiones hablan de días de terror. Dussán increpando a los integrantes de la dirección contractual por no haber habilitado a MZ. Dussán pidiendo cambiar la evaluación. Dussán buscando salidas para habilitar al inhabilitado. Y, al final, lo logró.
El 31 de octubre, mientras llegaban a Colpensiones algunos funcionarios entusiastas del Halloween ataviados con máscaras y disfraces, la verdadera brujería se estaba dando en la vicepresidencia de Gestión operativa, donde su titular, María Elisa Morón, firmó a las carreras un contrato con la firma MVG Lawyers por 71.000.000 pesos para prestar servicios especializados en derecho contractual durante dos meses. Sin embargo, no pasaron ni 24 horas antes de que MVG Lawyers emitiera su concepto sobre la situación de la Unión Temporal MZ.
El mismo 31 de octubre la firma recién contratada entregó un concepto de 18 páginas argumentando por qué la evaluación hecha por la dirección contractual de Colpensiones estaba errada y, en un hecho de agilidad (¿o magia?) jurídica, conceptuó que la Unión Temporal MZ estaba habilitada para participar y ganarse el contrato.
Al día siguiente se publicó la noticia: por fin había adjudicatario para la licitación que le sacó tantas canas al presidente Dussán. Desde Colpensiones hablan de transparencia y libre concurrencia, pero desde afuera contratar a un abogado para que firme un concepto prefabricado se ve bastante mal.
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