Las cuatro claves del resultado de las elecciones regionales en Colombia
Cuatro analistas coinciden en que los comicios han significado una derrota para el Gobierno de Gustavo Petro
Las elecciones regionales en Colombia, a diferencia de otros países latinoamericanos, no suceden de manera simultánea a las presidenciales. Se organizan al año siguiente, lo cual hace que puedan funcionar como un contrapeso al poder central y que se interpreten como un termómetro del desempeño de un mandatario que aún no llega a la mitad de su periodo. Suelen ser adversas al Gobierno nacional y este año, tras 14 meses de mandato del primer presidente de izquierdas de la época moderna, no ha sido la excepción. Candidatos más alineados a la derecha o a la centroderecha ganaron en las principales...
Las elecciones regionales en Colombia, a diferencia de otros países latinoamericanos, no suceden de manera simultánea a las presidenciales. Se organizan al año siguiente, lo cual hace que puedan funcionar como un contrapeso al poder central y que se interpreten como un termómetro del desempeño de un mandatario que aún no llega a la mitad de su periodo. Suelen ser adversas al Gobierno nacional y este año, tras 14 meses de mandato del primer presidente de izquierdas de la época moderna, no ha sido la excepción. Candidatos más alineados a la derecha o a la centroderecha ganaron en las principales ciudades y el petrismo quedó relegado al tercer puesto en Bogotá, la ciudad que era la gran apuesta del presidente.
Más allá de esta derrota para Gustavo Petro, los cuatro expertos consultados coinciden en que los comicios arrojan varias pistas sobre el panorama político del país en los próximos años. A continuación, cuatro claves:
El regreso al poder de algunos políticos tradicionales ya probados
Estas elecciones han dejado atrás la ola de independientes de hace unos años y han reforzado a algunos políticos tradicionales, un cambio general en el que incide que varios ya habían gobernado. Han sido reelectos exmandatarios como Jorge Rey en Cundinamarca, Eduardo Verano en Atlántico, Dilian Francisca Toro en Valle del Cauca, William Villamizar en Norte de Santander, Rodrigo Villalba en Huila o Carlos Amaya en Boyacá; y exalcaldes que repiten el patrón, como Alejandro Char y Federico Gutiérrez en Barranquilla y Medellín, respectivamente. El exgobernador de Bolívar Dumek Turbay será alcalde de Cartagena; el exgobernador de Casanare Marco Tulio Ruiz lo será de Yopal.
El consultor y profesor Carlos Andrés Arias explica que, entre otros factores, “la gente votó por un elemento simbólico asociado a la gestión” y la experiencia. Los viejos conocidos ofrecen seguridad, estabilidad y resultados, aun cuando puedan dejar dudas sobre la transparencia de sus administraciones. “Roba, pero hace”, es una expresión que ha tomado fuerza.
La búsqueda de nuevos horizontes políticos en 2019 no siempre salió bien. El politólogo Orlando Higuera, profesor de la Universidad Tecnológica de Bolívar, señala por teléfono el impacto que pudo haber tenido en Cartagena el alcalde William Dau, un independiente que no logró ejecutar gran parte de su presupuesto y cuya desaprobación ronda el 64%, según Cartagena Cómo Vamos. “Los votantes optaron más por la experiencia que por la independencia [de las casas políticas]”, dice.
El éxito de algunos candidatos conciliadores
Los analistas consultados coinciden en que las elecciones vuelven a poner en el mapa a los políticos moderados, en especial tras el resultado en Bogotá. Carlos Andrés Arias enfatiza en que Carlos Fernando Galán triunfó en la capital con un discurso conciliador que no es antipetrista y que contrasta con la confrontación habitual de Petro. “La emoción predominante en Bogotá no fue el odio o la rabia, sino la desesperanza y la tristeza. Lo que hizo Galán fue decir algo positivo de cada alcalde que lo ha precedido. El mensaje fue: ‘Dejemos de atacarnos y resolvamos’. Se paró en un punto medio, entre la izquierda y la derecha”, comenta en una llamada telefónica.
Pero el buen resultado para los candidatos moderados, sean o no de centro, no se limita a Bogotá. Arias señala también las victorias de Dumek Turbay en Cartagena, Jorge Rey en Cundinamarca y Carlos Amaya en Boyacá. Los describe como políticos que se arropan en discursos de unión, consenso y experiencia de gestión. Los tres dejan en claro que no pertenecen al petrismo, sin que el eje de sus discursos sea antagonizar con el presidente. Asimismo, la consultora en comunicación política María Alejandra Arboleda destaca que Alejandro Éder, en Cali, llama explícitamente a la “reconciliación” y promete trabajar con Dilian Francisca Toro, una rival política que repite en la Gobernación del Valle del Cauca.
Esta tendencia tiene en todo caso excepciones notorias, como las victorias de candidatos de derecha en Antioquia, Santander y Arauca, o las de la izquierda de Fuerza Ciudadana en la Gobernación de Magdalena.
El presidente ayudó a nacionalizar los resultados en Bogotá
Aunque en las elecciones se debaten temas locales de gestión como el estado de las vías o la recolección de basura y cada región tiene sus propias dinámicas, el presidente ayudó a nacionalizar los comicios, sobre todo al intervenir en los de Bogotá. Arboleda remarca por teléfono que fue “un error estratégico” que Petro insistiera durante la campaña con reabrir el proyecto del metro para soterrar la primera línea y que llamara a respaldar su postura en las urnas. “Él mismo lo volvió un plebiscito [sobre sí mismo], tanto que se fue a China para hacerlo”, señala en referencia al deseo de Petro de hablar sobre el metro con el presidente chino, Xi Jinping.
Bogotá fue la mayor apuesta del mandatario, que fue alcalde de la ciudad entre 2012 y 2015. Designó a Gustavo Bolívar, uno de sus alfiles más fieles, como su candidato y lo apoyó implícitamente con actos de gobierno en el sur de la ciudad. Con Bolívar relegado al tercer puesto, el resultado es una derrota del mandatario. La alcaldesa Claudia López celebró el desenlace con alusiones a la propuesta de Petro de que la ciudad exprese si quería un metro subterráneo a través del voto. “¡Si querían un plebiscito ahí lo tienen fuerte y claro! (...) ¡Bogotá se respeta! ¡El metro no tiene reversa!”, declaró.
El propio Bolívar reconoció que su derrota tenía mucho que ver con la impopularidad del Gobierno. “El país creyó que el cambio se podía hacer en pocos meses y se ha desilusionado, es la verdad. Y, de una u otra manera, pues siento un voto de castigo hacia el Pacto Histórico”, dijo en el discurso en el que aceptó la derrota.
El voto castigó a las izquierdas de Medellín y Cali
Las elecciones también han traído duras derrotas para la izquierda en Medellín y Cali, dos ciudades que estaban gobernadas por políticos que se identificaban con la izquierda. Daniel Quintero y Jorge Iván Ospina dejarán sus cargos con una desaprobación cercana al 70%, según las encuestas Invamer. Los reemplazarán Fico Gutiérrez y Alejandro Éder, ubicados más a la derecha de ellos y con apoyo de los sectores empresariales de ambas ciudades.
El analista Miguel Jaramillo Luján enfatiza en que esos resultados van más allá del voto castigo contra el presidente, que se refleja en otras partes del país. “Quintero y Ospina son vergonzantes para la izquierda”, remarca en referencia a casos abiertos por nepotismo y enriquecimiento ilícito. Sin embargo, las dos derrotas impactan al petrismo, por los congresistas del Pacto Histórico que apoyaron a los dos alcaldes e hicieron campaña contra Gutiérrez y Éder.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y aquí al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.