Gustavo Petro y Claudia López irrumpen en la campaña para defender sus proyectos consentidos de movilidad

El freno al corredor verde de la Séptima y al metro subterráneo llevan al presidente y a la alcaldesa a llamar a los ciudadanos a votar en apoyo de determinadas posturas

Gustavo Petro y Claudia López, en San José del Guaviare, el 9 de febrero de 2023.Andrea Puentes (Presidencia de Colombia)

Con o sin candidato propio en el tarjetón, el presidente Gustavo Petro y la alcaldesa Claudia López, parados en esquinas opuestas, no cejan en su empeño de dejar su impronta en la elección del próximo alcalde de Bogotá. Dos proyectos de movilidad, uno de los asuntos más sensibles en una capital de nueve millones de habitantes famosa por sus atascos interminables, los enfrentan a tres días de los comicios e irrumpen en la recta final de la campaña. Y los dos llaman a los ciudadanos a tener en cuenta esas iniciativas, la primera línea del metro y el ...

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Con o sin candidato propio en el tarjetón, el presidente Gustavo Petro y la alcaldesa Claudia López, parados en esquinas opuestas, no cejan en su empeño de dejar su impronta en la elección del próximo alcalde de Bogotá. Dos proyectos de movilidad, uno de los asuntos más sensibles en una capital de nueve millones de habitantes famosa por sus atascos interminables, los enfrentan a tres días de los comicios e irrumpen en la recta final de la campaña. Y los dos llaman a los ciudadanos a tener en cuenta esas iniciativas, la primera línea del metro y el corredor verde sobre la carrera Séptima, ambas simbólicamente significativas, a la hora de elegir al mandatario distrital que se debe posesionar el 1 de enero.

Ambos evitan nombrar a algún aspirante en particular, pues las leyes colombianas prohíben la participación electoral de los funcionarios públicos, pero solo tres candidatos tienen posibilidades de coronar la larga carrera a la Alcaldía Mayor. Carlos Fernando Galán, derrotado por López hace cuatro años, encabeza las encuestas por encima de Gustavo Bolívar, la carta del presidente, y de Juan Daniel Oviedo, que se lanzó por firmas.

Uno de esos dos proyectos es el que definiría el futuro de la carrera Séptima, un asunto tan debatido y polémico que ya en 2007 el alcalde Lucho Garzón dejó listos los diseños de una troncal de buses de Transmilenio sobre la histórica vía, pero no la licitó. Casi 16 años después, un juez dejó en el limbo este miércoles el agonizante proyecto de la alcaldesa López para construir un corredor verde con troncales de buses en los tramos al norte de la calle 100, y una alameda con poco espacio para los vehículos privados de allí a la calle 26, en el centro de la capital.

Este jueves se conoció la decisión judicial de suspender la licitación que mantenía vivas las esperanzas de la alcaldesa de poder contratar esa obra antes de acabar su mandato. La tomó un juez tras una acción popular presentada por dos militantes del Nuevo Liberalismo, el partido que avaló a Galán, quien hasta ahora había mantenido unas relaciones respetuosas con López a pesar de sus diferencias. Tecnicismos aparte, la alcaldesa parece entender la demanda como una acción política en su contra. “Nuevamente los políticos interponen sus intereses y dañan a los ciudadanos”, ha declarado en X —antes Twitter—. “Dos candidatos del Nuevo Liberalismo lograron parar el Corredor Verde”

“Este domingo usted decide con su voto quién será el nuevo Alcalde y los nuevos concejales. Los invito a informarse para decidir. Es el futuro de su vida, sus hijos, sus familias y sus impuestos. Ustedes deciden entre diferentes opciones y propuestas. Las que paran el metro, las obras y a Bogotá o las que construyen sobre lo construido para mejorar y no para sabotear. Está en sus manos”, escribió dolida la alcaldesa.

El partido de López, la Alianza Verde, no tiene candidato propio a la Alcaldía. Concejales o aspirantes de ese partido apoyan diferentes opciones, pero dos competidores han sido señalados en la carrera de tener los afectos de la primera mujer elegida para ocupar el Palacio Liévano: Galán y el independiente Juan Daniel Oviedo. Con el mensaje de este jueves, que menciona abiertamente y de forma negativa al partido de Galán —y que está íntimamente ligado a él y su familia, pues lo fundó antes de ser asesinado su padre, Luis Carlos Galán—, Claudia parece inclinarse por favorecer a Oviedo.

De hecho, el exdirector del DANE es el único aspirante que ha salido a cuestionar la decisión del juez, justo cuando las encuestas lo muestran en un difícil tercer lugar que lo dejaría por fuera de una posible (pero no segura) segunda vuelta. “El próximo 29 de octubre invitamos a que votemos por las soluciones. A que votemos sin miedo por un alcalde que haga las obras y no que las pare, a que castiguemos la lógica partidista de interrumpir las obras en Bogotá”, manifestó el aspirante en un video publicado en X. Ningún otro candidato ha defendido el controversial corredor verde a lo largo de la campaña.

Ese debate se suma a la anhelada y siempre postergada primera línea del metro de Bogotá, que ya había entrado de lleno en la campaña, a pesar de estar adjudicada y con un avance del 25% de ejecución. Petro quiso dejar un sistema subterráneo cuando fue alcalde de la capital, pero no logró concretar ese paso. Sí lo hizo su sucesor, Enrique Peñalosa, cuando Bogotá adjudicó una primera línea elevada a un consorcio chino –integrado por las firmas China Harbour Engineering Company Limited y Xi’An Metro Company Limited–. La adjudicación se anunció justamente en la recta final de las elecciones de hace cuatro años, cuando ya se perfilaban como favoritos Claudia López y Carlos Fernando Galán. Ambos manifestaron entonces que, más allá de matices y críticas, respaldarían el tipo de metro que encontraran firmado. Pero no todo estaba dicho.

Petro, desde que llegó a la Presidencia, ha reverdecido su vieja obsesión del metro subterráneo –aunque implique postergar una operación prevista para 2028— y ha buscado con insistencia reabrir un debate financiero, jurídico y político que ya se daba por superado –o soterrado, si se prefiere el término en boga–. Al choque frontal con la alcaldesa se suman ahora los señalamientos de una indisimulada injerencia electoral para impulsar a Gustavo Bolívar, el único candidato proclive a reabrir esa discusión. El penúltimo episodio ha sido el viaje presidencial de esta semana a Pekín, a días de los comicios, que ha vuelto a caldear los ánimos.

“No estoy en China decidiendo el futuro del metro de Bogotá. Eso lo decidirá la ciudadanía. Aquí he abierto todas las posibilidades financieras, contractuales, jurídicas para que Bogotá tenga el mejor sistema de transporte posible hoy”, escribió Petro en X, su red social predilecta, al final de la visita. Respondía a unas declaraciones en las que la alcaldesa tildaba de “irrespeto” que el presidente busque definir en Pekín el futuro de la primera línea. En la gira, Petro selló 12 acuerdos de cooperación con el Gobierno de Xi Jinping, pero sin ninguna mención formal al metro a pesar de ser uno de los propósitos que se había trazado.

“Esa decisión no es de la Nación y los chinos, es de Bogotá”, ha insistido también Galán, que en los últimos debates ha pedido a los bogotanos su voto para defender la primera línea como está proyectada. “Es equivocado que el presidente insista, como ha venido insistiendo, en querer cambiar el proyecto. Por primera vez está contratado, financiado, en ejecución, y el presidente parecería tener la intención de seguir siendo alcalde de Bogotá. Ya no lo es. Tiene que entender eso”, ha dicho a este periódico. El puntero, que los sondeos acercan a un triunfo en primera vuelta, ya había denunciado como “participación indebida en política” la “toma de Bogotá” con la que el Gobierno nacional se volcó hace un mes a tres populosas localidades de la capital: Kennedy, Suba y Engativá.

En una última semana de vértigo, el propio Bolívar se ha desmarcado de Petro para intentar salvar su aspiración al firmar el lunes ante un notario que no modificará el contrato que reciba. “El documento dice claramente que no detendré las obras del metro ni un día”, ha defendido el exsenador del Pacto Histórico, que nunca ha dejado de fustigar el diseño elevado, en un difícil acto de equilibrismo. Su nuevo compromiso va en contravía no solo de los planes de Petro, también de sus promesas iniciales, de sus vallas de campaña y de lo que consignó en su plan de Gobierno.

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