La compensación familiar en Colombia: un sistema de amor social

Representa un círculo virtuoso de solidaridad que buscamos que llegue también al 58% de trabajadores que son informales

Un vendedor de fruta en una calle de Medellín (Colombia).Mariana Greif Etchebehere (Bloomberg)

De unos para otros. Ese debería ser el lema para identificar el sistema de subsidio familiar en Colombia, único en el mundo. Este es el espíritu que rodea la compensación: quienes más ganan apoyan a los que menos ganan.

En Colombia, el subsidio familiar como sistema se creó para que los trabajadores formales vinculados a las cajas de compensación pudieran aliviar las cargas económicas que implica el sostenimiento de una familia. Es...

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De unos para otros. Ese debería ser el lema para identificar el sistema de subsidio familiar en Colombia, único en el mundo. Este es el espíritu que rodea la compensación: quienes más ganan apoyan a los que menos ganan.

En Colombia, el subsidio familiar como sistema se creó para que los trabajadores formales vinculados a las cajas de compensación pudieran aliviar las cargas económicas que implica el sostenimiento de una familia. Es una sumatoria de beneficios para el trabajador, trabajadora y sus seres queridos.

Hace 69 años, con el surgimiento de Comfama, la primera caja de compensación familiar, los trabajadores afiliados recibieron servicios sociales con los cuales pudieron solventar necesidades básicas, como vivienda, educación de sus hijos e hijas, acceso a programas de recreación, esparcimiento, cultura, en fin... aspectos inherentes al desarrollo humano, de la familia y, por consiguiente, de la sociedad.

El sistema funciona así: la ley exige a los empleadores que afilien a sus trabajadores a una caja de compensación familiar y aporten el 4% de la nómina mensual a dicho sistema. Dichos recursos en 2022 ascendieron a 10 billones de pesos colombianos (unos 2.500 millones de dólares).

El sistema del subsidio familiar creció paulatinamente a pesar de la violencia fratricida que ha padecido Colombia. A medida que aumentaron las afiliaciones de trabajadores, también creció la oferta de programas y servicios por parte de las cajas, lo que hizo que fuera necesario expedir normas que regularan las actividades y la inversión de sus cuantiosos recursos. Aparece entonces la ley 25 de 1981, que crea la Superintendencia del Subsidio Familiar como entidad encargada de realizar la inspección, vigilancia y control de sus actividades, y al año siguiente se expide la ley 21, que regula todo el sistema.

A partir de entonces, los diferentes Gobiernos percibieron el enorme potencial que podían encontrar en las cajas de compensación para impulsar muchas de sus políticas sociales. Fue así como se desarrollaron políticas públicas para la niñez, la juventud y la familia, apalancadas en la buena gestión del sistema de subsidio familiar.

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Actualmente, en Colombia existen 42 cajas de compensación familiar, que reportan más de 10,5 millones de trabajadores afiliados que, incluyendo a sus familias como beneficiarios, cubren a más de 21 millones de personas. De ese total de afiliados, el 44% son mujeres (4,6 millones) y el 66% son hombres (5,9 millones). Además, el 91% de los afiliados a las cajas (9,4 millones de trabajadores) ganan menos de cuatro salarios mínimos mensuales (entre 300 y 1.000 dólares al mes).

En 2022, las cajas de compensación invirtieron 285.876 millones de pesos colombianos (alrededor de 61,4 millones de dólares) en subsidios educativos, becas en matrícula, pensión, kits escolares o infraestructura.

Para el año en curso, destinarán cerca de 1,2 billones de pesos colombianos (unos 258 millones de dólares) para la entrega de subsidios de vivienda a los trabajadores afiliados que ganan menos de cuatro salarios mínimos mensuales.

Otro de los servicios que ayuda a la economía de los afiliados a las cajas es la cuota monetaria, un beneficio para aquellos que ganan menos de cuatro salarios mínimos mensuales y tienen personas a cargo, como hijos menores de 18 años, padres mayores de 60 años sin pensión, hermanos huérfanos menores de 18 años o personas dependientes en estado de discapacidad. En 2022 las cajas entregaron subsidios por dicho concepto con un valor mensual de entre 37.000 y 75.000 pesos colombianos (entre 7 y 16 dólares), por cada persona a cargo. Este año, las cajas de compensación familiar pagarán en cuota monetaria cerca de 3,1 billones de pesos colombianos (unos 666 millones de dólares) a los 9,4 millones de trabajadores que hacen parte de esa categoría salarial.

Adicionalmente, las cajas asisten a los trabajadores en sus periodos cesantes: en 2022 otorgaron 105.021 subsidios al desempleo, capacitaron a 173.351 personas y lograron a través de sus agencias la colocación de 550.000 empleos.

Las cajas también cuentan con infraestructuras para cultura, recreación, vacaciones, escuelas deportivas, institutos de capacitación, colegios y universidades de alta calidad.

Este es el círculo virtuoso de la solidaridad y compensación que representa el sistema de subsidio familiar en Colombia. Nuestro reto es contribuir a que el bienestar que promueven las cajas sea ampliado al 58% de personas que trabajan en la economía informal y a las comunidades más vulnerables, que aporten más a la paz y al Plan Nacional de Desarrollo que quiere convertir a Colombia en Potencia Mundial de la Vida.

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