Petro, a Biden por teléfono: “Tengo que comentarle un asunto sobre Venezuela”

El presidente de Colombia, que ha intervenido en un foro para las cuestiones indígenas de la ONU, acordó la visita a EE UU con el inquilino de la Casa Blanca en una llamada en la que hablaban de Maduro

Gustavo Petro, presidente de Colombia, en el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, en Nueva York, este lunes 17 de abril.Foto: CRISTIAN GARAVITO | Vídeo: EPV

Gustavo Petro llegó anoche a Nueva York en el avión presidencial. Viajó en un asiento de cuero con la mesa y los reposabrazos de madera. Le prepararon una habitación con una cama y unos libros, por si quería distraerse durante el trayecto. El presidente, sin embargo, aprovechó las cinco horas de vuelo para preparar su intervención en el Foro permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, el que ha sido el primer acto de su gi...

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Gustavo Petro llegó anoche a Nueva York en el avión presidencial. Viajó en un asiento de cuero con la mesa y los reposabrazos de madera. Le prepararon una habitación con una cama y unos libros, por si quería distraerse durante el trayecto. El presidente, sin embargo, aprovechó las cinco horas de vuelo para preparar su intervención en el Foro permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, el que ha sido el primer acto de su gira por Estados Unidos, que tendrá el momento culmen cuando se encuentre con Joe Biden, el jueves. Precisamente, hace un mes y medio que Petro le dijo por teléfono: “Tengo que comentarle un asunto sobre Venezuela”.

Fue entonces cuando el inquilino de la Casa Blanca, al otro lado de la línea, le invitó a visitarle en Washington. Biden y Petro, en el fondo, buscan lo mismo, unas elecciones presidenciales en las que el chavismo se comprometa a respetar las leyes electorales y permita a la oposición concurrir con garantías. Biden se ha acercado tímidamente al Gobierno venezolano a raíz de la invasión rusa de Ucrania y Petro, todo menos tímido, ha hecho del restablecimiento de la normalidad política en Caracas su causa. La diplomacia colombiana se ha dedicado todos estos meses a hacer de puente entre Nicolás Maduro y Biden. El paseo de Petro por los salones neoclásicos del ala oeste supondrá la constatación final de estos esfuerzos.

Los diálogos entre el chavismo y la oposición continúan estancados. Maduro incluso ha deslizado que las elecciones podrían celebrarse este mismo año, lo que complicaría todo el panorama. La comunidad internacional, entre tanto, busca una solución, con Petro a la cabeza. Maduro considera que Estados Unidos no ha cumplido con su promesa al no liberar los activos venezolanos retenidos en el extranjero, que iban a servir para oxigenar las arcas del Gobierno, ni levantar parte de las sanciones. Washington, por su parte, está convencido de que el chavismo no tiene voluntad real de democratizar las instituciones. Nadie cede por el momento.

Petro ha organizado para la semana que viene en Bogotá una cumbre de diplomáticos de países de todo el mundo para acercar estas dos posturas enfrentadas. “Con un objetivo: que no haya sanciones y que haya mucha más democracia. Más democracia, cero sanciones, es el objetivo de la conferencia en Bogotá”, dijo al respecto en Nueva York. Habló de las sanciones, el principal reclamo del chavismo, pero a continuación puntualizó que la democracia “es clave”. “Que sea lo que el pueblo venezolano, libre, sin presiones, decida sobre su futuro inmediato”, añadió.

Gustavo Petro, presidente de Colombia, en el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, en Nueva York, este lunes 17 de abril.CRISTIAN GARAVITO (PRESIDENCIA)

Antes de abordar este asunto, Petro tiene por delante tres días con una agenda llena de intervenciones públicas y reuniones con congresistas y empresarios. Este lunes, habló durante 16 minutos en el foro de la ONU, donde convocó a una cumbre de países con responsabilidad en la selva amazónica que se celebrará en Belém do Pará, Brasil. Su idea es que los 10 países involucrados —en este tema también ha convencido a Maduro— puedan construir un programa común que posibilite el flujo de dinero que se necesita, y para eso ha dado el primer paso al anunciar que Colombia pondrá este año más de 150 millones de dólares en ese fondo.

Inició su discurso con una historia que ha contado en más de una ocasión, la de un dirigente indígena llamado Roberto Cobaría, del pueblo U’wa. Él le oyó decir al activista que sacarle petróleo a la tierra era quitarle la sangre, y que eso tendría consecuencias terribles, como la extinción del planeta. “Lo cierto es que aprendí que los pueblos indígenas, su cosmovisión, su deseo de equilibrio permanente con la naturaleza, era absolutamente certero. Ellos lo habían descubierto antes que la ciencia occidental”, dijo.

Dirigiéndose al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, recordó que le ha pedido al FMI que se cambien las deudas exteriores por acciones climáticas. “Los Estados podrán disminuir su endeudamiento, para que pueda aparecer un espacio financiero público que permita resultados climáticos concretos”, añadió. Petro cree que de esta manera los estados podrían ser fuertes fiscal y financieramente, y solo así podrían actuar. El mundo pasaría a ser una economía descarbonizada, sin petróleo, sin acumulación del capital. En definitiva, un discurso idealista que ha deseado concretar toda su vida.

Por la noche, cruzará de costa a costa para llegar a San Francisco. En la universidad de Stanford, en Palo Alto, dará una conferencia en la misma sala en la que Barack Obama dio su último discurso como presidente. De ahí volará de nuevo al Este, esta vez a Washington, donde aguardará hasta encontrarse con Biden. Esta vez, sin teléfonos de por medio, cara a cara, podrán hablar de todos los temas que les conciernen, pero sobre todo de Venezuela, el asunto que les quita el sueño.

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