Al carajo los intereses
Hoy la competencia del sistema financiero está en la baja de intereses (le cobramos menos por el crédito) y no en el rendimiento de la inversión (le pagamos más por sus ahorros)
Todos estamos felices con el bajón de las tasas de interés de los grandes bancos del país, pero lo que no sabíamos es que tal decisión fuera tan fácil. La sorpresiva medida, que algunos calificaron de milagrosa, se produce después de que el diario El Espectador afirmara que el bajón de las tasas se lee como la respuesta de los grandes bancos al pedido, o incluso a la crítica, que ...
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Todos estamos felices con el bajón de las tasas de interés de los grandes bancos del país, pero lo que no sabíamos es que tal decisión fuera tan fácil. La sorpresiva medida, que algunos calificaron de milagrosa, se produce después de que el diario El Espectador afirmara que el bajón de las tasas se lee como la respuesta de los grandes bancos al pedido, o incluso a la crítica, que hizo el presidente Gustavo Petro sobre las altas tasas de interés. “Yo le pido desde aquí al sistema financiero privado —dijo el mandatario— en su mayoría, pero también al Banco Agrario, que hagan un esfuerzo para bajar la intermediación”. La reacción del primer mandatario fue de gratitud inmediata. Él odia los bancos y no se imaginó que su petición pudiera darse con la rapidez que se obtuvo.
Buena noticia, como lo señala el editorialista Fidel Cano, a pesar de que sea contraproducente que el Banco de la República esté aumentando su tasa y los bancos privados adopten una estrategia contraria. Inclusive, digo yo, es una lástima que no sea mayor el bajonazo. Considerábamos que la tasa de interés no se podía bajar porque esta dependía de la oferta y la demanda que las entidades bancarias requerían para financiar los créditos a los usuarios que lo soliciten. Pero no, estábamos equivocados. Ahora se trata, según el presidente de la Asociación Bancaria, de que el Gobierno quiere, y es uno de los ejes centrales de su plan de desarrollo, “que demos un gran salto en términos de financiamiento a la economía popular. El presidente desea que los niveles de crédito no solamente se incrementen, sino que se haga particularmente en aquellos que viven en la ruralidad dispersa y aquellos que ganan menos de dos salarios mínimos. Y los que son emprendedores”. Buenísimo. Así se podrán bajar los intereses cada vez que se den las condiciones que el Gobierno enumere para que la desaceleración sea menos intensa. Al carajo los intereses y todos contentísimos.
Como el beneficio es solo para tarjetahabientes con cupos hasta de cuatro millones, se deberían cambiar las que tengan cupos mayores y pedir tarjetas de ese cupo. El riesgo que se corre es que el costo del dinero sea mayor que el nivel de los intereses, lo cual podría ser la causa del debilitamiento del Silicon Valley Bank, una entidad californiana cuya matriz, SVB Financial Group, anunció el miércoles antepasado un aumento de capital importante, de 2.500 millones de dólares. El grupo vendió rápidamente un portafolio de 21.000 millones de dólares de títulos financieros con una pérdida de 1.800 millones. No falta quien diga que la culpa la tienen las tasas altas de la Reserva Federal, que tienen patas arriba la economía en el mundo, y el presidente de los Estados Unidos tuvo que salir a la palestra para tranquilizar el alboroto.
Lo otro es que coincide el bajonazo de intereses con la venta de deuda pública, TES, que hicieron los bancos comerciales. Salieron de 5,86 billones de pesos, lo que conduce a un encarecimiento de la deuda. Como lo advirtió el profesor Salomón Kalmanovitz: la calificación del país se degradó a BB+ y la tasa de interés que debe pagar el Gobierno por su deuda es bastante gravosa.
Hoy la competencia del sistema financiero está en la baja de intereses (le cobramos menos por el crédito) y no en el rendimiento de la inversión (le pagamos más por sus ahorros).
Bienaventurado el presidente Petro que logró “el milagro” de bajar las tasas.
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