El bloque liberal se consolida en la Corte Constitucional
Con la elección de Juan Carlos Cortés serán por lo menos seis de los nueve magistrados de una de las instituciones más poderosas de Colombia
“Es el tiempo de cerrar las brechas que aún no hemos podido superar como sociedad. En primer término planteo hacer efectivos como Estado los derechos sociales, incluir a todas y todos en un desarrollo justo, sustentable”. Unas palabras que parecen de un político en campaña, un político progresista o por lo menos liberal. Unas palabas que sirvieron de antesala para que, tres horas después, el Senado eligiera a Juan Carlos Cortés como magistrado ...
“Es el tiempo de cerrar las brechas que aún no hemos podido superar como sociedad. En primer término planteo hacer efectivos como Estado los derechos sociales, incluir a todas y todos en un desarrollo justo, sustentable”. Unas palabras que parecen de un político en campaña, un político progresista o por lo menos liberal. Unas palabas que sirvieron de antesala para que, tres horas después, el Senado eligiera a Juan Carlos Cortés como magistrado de la Corte Constitucional por 84 votos de 108 posibles. Con él, la Corte tendrá una sólida mayoría liberal alineada, en muchos asuntos, con el Gobierno de Gustavo Petro.
Cortés, al igual que sus compañeras de terna Sonia Téllez y Bárbara Talero, intervino a inicios de la reunión plenaria del Senado este martes. Ese discurso, más que para definir los votos de las bancadas que ya tenían claro a quién apoyarían, suele ser útil para sentar las prioridades de los candidatos. El nuevo magistrado, quien dice que desde 1990 “ha recorrido un camino por la política y el derecho en pro de la justicia y la transformación social”, lo deja especialmente claro, con puntos de clara coincidencia con el espíritu mayoritario del tiempo.
“Nos encontramos en un momento de transformación profundo de las instituciones”, dice, y lo compara con el momento de 1990-1991, cuando una suerte de revolución silenciosa produjo la Constitución actual tras más de 100 años de otra; procesos de paz con las guerrillas del M-19, el EPL y la CRS; un cambio significativo en la política económica con la llamada apertura y la reducción del papel del Estado; e incluso una breve tregua con el Cartel de Medellín que encabezaba Pablo Escobar y venía librando una sangrienta guerra con el Estado. Esa valoración de este momento se asemeja a la del gobierno del cambio.
Cortés también habla de forma positiva de las protestas sociales de los últimos años. Dice que el país avanza hacia una democracia deliberativa, “lo viví en las calles de ciudades y los campos cuando la ciudadanía protestaba y buscaba cambios, buscando y pretendiendo que se consolidara la protesta en ambiente pacífico y constructivo”. También hizo guiños con otros términos centrales del discurso del presidente, como el diálogo social (“Entiendo la democracia como el gobierno de la diferencia por la dignidad, en el que el gobierno y las decisiones públicas se toman por diálogo, por acuerdo”) o la paz total (se debe “Consolidar esa paz integral anhelada”).
Además, el nuevo magistrado se muestra feminista “soy un convenido de la necesidad de deconstruir las prácticas patriarcales”, “Tenemos como cruzada la erradicación de toda forma de violencia, exclusión o inequidad con la mujer”, defensor de la inclusión (plantea “incluir a todas y todos en un desarrollo justo, sustentable”) e incluso ambientalista (“hemos afectado tanto nuestro planeta y los seres que en él habitan, que nos encaminamos hacia una extinción de manera irracional, y por eso una prioridad del Estado es lograr la garantía de los derechos de la naturaleza”).
En todo ello, Cortés un ideario que en Colombia se ha caracterizado como liberal, más que de izquierda. Cortés ha hecho toda su vida profesional como un abogado liberal. Por ejemplo, entre 1994 y 1997 fue secretario general de la Fiscalía cuando era Fiscal General del entonces liberal Alfonso Valdivieso; viceministro de empleo del liberal Rafael Pardo entre 2013 o 2015; o viceprocurador, y antes asesor en la Constituyente, en la Agencia de Defensa Jurídica y en el Ministerio de Interior del liberal Fernando Carrillo. Más allá de esos cargos, el nuevo magistrado ha sido defendido consistentemente propuestas que han liderado figuras de extracción liberal, desde la defensa del Acuerdo de Paz que firmó el presidente Juan Manuel Santos con las FARC en 2016 hasta iniciativas como crear un servicio público de empleo o defender la ley de víctimas y restitución de tierras.
Así, en la Corte es visto como un refuerzo al grupo de magistrados de tendencias liberales, más allá de los matices que dan las escuelas de formación, los énfasis o puntos de desacuerdo. En ese grupo están Diana Fajardo, la única magistrada que votó a favor de la despenalización ilimitada del aborto; Natalia Ángel, académica especializada en asuntos de desigualdad y quien lleva pocos meses en la Corte; José Fernando Reyes, magistrado de carrera y representante de la mayoritaria visión liberal en la judicatura; Alejandro Linares, de una línea progresista en asuntos sociales y más clásica en los económicos; y Antonio Lizarazo, quien hizo política en el Nuevo Liberalismo y formó parte del equipo de asesores del Comisionado de Paz de Santos, Sergio Jaramillo.
Con Cortés, queda asegurada una mayoría liberal sólida en una institución que, en sus 31 años, ha sido fundamental para asegurar la estabilidad institucional del país y también para lograr avances sociales. Entre muchas otras decisiones sonadas, prohibió una segunda reelección de Álvaro Uribe; limitó las normas más autoritarias de varios gobiernos, por ejemplo al controlar de forma estricta el uso de los estados de excepción en un país que había vivido décadas bajo el Estado de sitio; o defendió los derechos de grupos vulnerables, desde las minorías étnicas hasta los niños, pasando por las madres cabezas de hogar, las víctimas del conflicto o la población carcelaria.
Esa es una herencia que Cortés reivindica. “Ha sido esencial el papel de la Corte en múltiples temas: reconocimiento de la autonomía individual, del matrimonio igualitario, de la libertad de expresión, de la participación de las víctimas, de la institucionalización del acuerdo de paz, el fortalecimiento de la justicia, el reconocimiento de las comunidades afrocolombianas, étnicas y de los pueblos indígenas, del ambiente”, dijo este martes en el Senado. Y es una herencia que, si el Senado sigue eligiendo magistrados de ese corte, seguirá marcando a Colombia.
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