Petro insiste en llevar el poder a las regiones durante su primer mensaje a la nación como presidente

El mandatario colombiano considera que el desarrollo de los territorios conducirá a la paz

El presidente Gustavo Petro se dirige a la nación en su primera alocución presidencial, este miércoles en La Casa de Nariño, la residencia presidencial, en Bogotá.

Gustavo Petro se ha dirigido este miércoles por primera vez a la nación cuando se cumple poco más de un mes de su llegada a la presidencia. Petro ha enfatizado su interés en potenciar las regiones de Colombia, a menudo puestas en segundo plano en un país muy centralista como este, donde Bogotá aglutina todo el poder político y la mayor parte del económico. Ganó las elecciones con el establecimiento bogotano en contra, que lo veía como una amenaza al statu quo tras décadas de mandatarios de corte conservador. “Este es un Gobierno para la gente, de todos y todas, sin importar en qué rincón de Co...

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Gustavo Petro se ha dirigido este miércoles por primera vez a la nación cuando se cumple poco más de un mes de su llegada a la presidencia. Petro ha enfatizado su interés en potenciar las regiones de Colombia, a menudo puestas en segundo plano en un país muy centralista como este, donde Bogotá aglutina todo el poder político y la mayor parte del económico. Ganó las elecciones con el establecimiento bogotano en contra, que lo veía como una amenaza al statu quo tras décadas de mandatarios de corte conservador. “Este es un Gobierno para la gente, de todos y todas, sin importar en qué rincón de Colombia hayan nacido, cómo se apelliden o a quién hayan votado (..). Empezamos a recorrer el país, a ir a donde los gobiernos nunca habían llegado”, dijo en televisión.

En toda la alocución puso mucho énfasis en la descentralización y en lo popular, en un discurso que recuerda en algunos puntos al de Álvaro Uribe, su gran enemigo político. En su tiempo, Uribe creó los consejos comunitarios que le hicieron enormemente popular. Acudía cada fin de semana a un lugar diferente del país con sus funcionarios, a los que regañaba y reclamaba delante de la gente. Petro va a poner en marcha ahora unos diálogos en 50 territorios en los que dividió al país. En ellos ha involucrado a todos los miembros de su Gobierno, que viajarán para escuchar a los ciudadanos en una suerte de democracia participativa y directa. Cada región tendrá un ministro encargado, con la tarea de concretar los problemas en un documento para construir el Plan Nacional de Desarrollo, la carta de navegación que tiene el país cada cuatrienio, y más adelante darles solución.

En realidad, ese proyecto entronca con su objetivo: la paz total. Es decir, convertir Colombia en un país sin grupos armados, ni de guerrilleros ni de criminales, o ambas cosas. De manera simbólica, el primer diálogo regional iniciará este viernes en Turbaco, en la Costa Caribe y el único municipio de Colombia que tiene como alcalde a un excombatiente de las FARC, Julián Conrado. Para ello, además de llegar a acuerdos y someter a la justicia a los capos de la droga, pretende impulsar el desarrollo de los territorios, que presentan los mayores niveles de pobreza del país. Se puede dibujar un mapa en el que quede claro que una cosa y otra están relacionadas. “Una paz construida sobre fuertes bases de justicia social, justicia económica y ambiental. Sobre estos ejes construiremos un nuevo país para todos”, enumeró.

Petro ya ha iniciado conversaciones con el ELN, la última guerrilla activa. Y le ha pedido al presidente Nicolás Maduro que sea garante de esos diálogos que no se antojan fáciles. A su vez, pretende que las regiones, las más beneficiadas por el acuerdo de paz de las FARC por la reducción de los homicidios, logren una mejoría en la calidad de vida que ahuyente la violencia. “El acceso al agua potable, las tarifas de la energía y el cambio climático y cómo prevenimos sus efectos en nuestras ciudades de la seguridad humana, el ordenamiento territorial hacia la paz total, nuestra lucha contra el hambre, el acceso a la salud, la transición energética, y otros muchos temas estarán en el centro de este diálogo conjunto”, añadió.

En este ambicioso plan -algunos creen que irrealizable en cuatro años- quiere involucrar a los ciudadanos. “La paz total es una tarea de todos y todas. Colombia no será una sociedad pasiva frente a la injusticia histórica, la ciudadanía entera debe ser parte activa de la construcción de un país diferente. Aquí tienen la oportunidad para ser parte del cambio”, dijo en el mensaje grabado. Acabó con un llamamiento a los que votaron masivamente por él en las costas, una de las claves de su triunfo: “Que millones se apropien de su territorio, que millones hablen en la democracia multicolor. Que millones hagan la ley del Plan Nacional de Desarrollo. Que millones sean los arquitectos y las arquitectas de la paz”.

Los diálogos regionales sirven para añadirle una mirada local a la paz, pero a la vez impulsan la creación de redes políticas y electorales para las elecciones de 2023. Petro, en este momento, es la marca política más potente del país y, salvo que su Gobierno entrase en una crisis de credibilidad profunda, tiene el suficiente tirón electoral para colocar gobernadores y alcaldes afines en algunas zonas del país. En campaña ya desarrolló un programa parecido, Petro Escucha, en el que durante varias horas escuchaba demandas de los ciudadanos. A los que lo conocen de toda la vida les hacia gracia verlo con un lápiz en la mano oyendo a la gente, cuando siempre ha tenido fama de dominar mejor el arte de hablar que de escuchar. Esta vez quiere hacerlo con todo un país a la vez. “Queremos conocerlos, escucharlos durante estas sesiones y, juntos, transformar este país en la Colombia potencia de la vida”, dijo.

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