La selección española gana su primera medalla de la historia
El bronce llegó tras un electrizante desempate frente a India, mientras China ganaba el oro contra Uzbekistán
España ha ganado el bronce en el Mundial Rápido por Naciones de Jerusalén tras superar a India (2-2, 2-2, y 3-1 en el desempate relámpago). Aunque el torneo estaba devaluado desde el principio por las importantes ausencias, los españoles (Jaime Santos, David Antón, Alexéi Shírov, Danil Yuffa y Miguel Santos) también las sufrían (Vallejo e Iturrizaga) lo que no les impidió eliminar a la muy potente Azerbaiyán en cuartos de final, apretar en la semifinal a China (ganadora del oro frente a Uzbekistán) y mantener la sangre fría en un desenlace electrizante. Miguel Santos se lleva además la plata i...
España ha ganado el bronce en el Mundial Rápido por Naciones de Jerusalén tras superar a India (2-2, 2-2, y 3-1 en el desempate relámpago). Aunque el torneo estaba devaluado desde el principio por las importantes ausencias, los españoles (Jaime Santos, David Antón, Alexéi Shírov, Danil Yuffa y Miguel Santos) también las sufrían (Vallejo e Iturrizaga) lo que no les impidió eliminar a la muy potente Azerbaiyán en cuartos de final, apretar en la semifinal a China (ganadora del oro frente a Uzbekistán) y mantener la sangre fría en un desenlace electrizante. Miguel Santos se lleva además la plata individual. Es la primera medalla de una selección absoluta española (la femenina ganó el bronce en la Olimpiada de Haifa, 1976).
“Dos Santos van a Jerusalén y ganan el bronce”, bromeó el capitán del equipo, David Martínez, cuanto el otro Santos, Jaime, logró una victoria decisiva en el primer tablero frente al indio Vidit tras los empates en el 3º y 4º de Shírov y Miguel Santos frente a Narayanan y Gupta, respectivamente. Aún quedaba en juego la partida de Antón contra uno de los grandes prodigios indios, Nihal Sarin, pero sin problema alguno para el español, quien terminó ganando.
Existía el temor de acusar el disgusto sufrido el jueves ante China, cuando todo indicaba que España iba a ganar el primer encuentro por 3-1 pero en unos minutos el marcador real se convirtió en 2-2, y luego en una derrota (1-3) en la 2ª manga. El presidente de la Federación Española de Ajedrez (FEDA), Javier Ochoa de Echagüen, reconoce que “pudo haber sido aún mejor”, pero hace una evaluación muy positiva: “En los torneos por equipos, y más aún si son rápidos, siempre hay partidas que vas a ganar y pierdes o viceversa. Esperábamos pasar a cuartos porque en la fase de grupos nos tocó el de la débil Suráfrica, lo que facilitaba las cosas. Pero eliminar después a Azerbaiyán con su equipo de gala tiene mucho mérito. Y también la entereza que han mostrado hoy nuestros jugadores frente a los indios, que son muy duros”.
Ciertamente, tumbar al país que se ha convertido en la nueva meca del ajedrez, aunque faltasen varias de sus grandes estrellas (Gukesh, Praggnanandhaa y Erigaisi, principalmente) era una tarea muy exigente. Pero Miguel Santos puso la situación de cara al imponerse en el primer encuentro a Sasikiran mientras Jaime Santos y Shírov hacían tablas con Vidit y Narayanan, respectivamente. El triunfo se vislumbraba porque Antón estaba en una posición de tablas ante Nihal Sarin, pero la presión del reloj le pudo, y perdió.
Para el segundo encuentro, España sustituyó a Shírov, aún brillante a los 50 años, por Yuffa, y las cuatro partidas terminaron en tablas, con algo de sufrimiento por parte de Antón ante la presión del talentoso Nihal Sarin. Pocos minutos antes del desempate (cinco minutos, más tres segundos por movimiento), la tensión entre bastidores se podía cortar a cuchillo. Los cinco jugadores españoles, así como Ochoa y Martínez, caminaban como leones enjaulados mientras los ánimos mutuos se combinaban con las últimas instrucciones.
Pero los cuatro españoles que disputaron el desempate fueron capaces de contener esa tensión y transformarla en serenidad para doblegar a los indios. Y así, el país que organiza más torneos internacionales cada año desde 1988 ganó por fin su primera medalla por equipos, con dos Santos en Jerusalén.
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