Carlsen negocia si renuncia al título o lo defiende en 2023 contra Niepómniashi
El campeón se reúne por sorpresa en Madrid con el presidente de la FIDE e insiste en pedir cambios en el formato del duelo
Magnus Carlsen defenderá su título mundial ante el ruso Ian Niepómniashi en abril de 2023 si la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) acepta algunas de sus reivindicaciones sobre el cambio de formato del duelo, según personas muy cercanas al noruego y a la FIDE. Niepómniashi, ganador este domingo del Torneo de Candidatos en Madrid a falta de una ronda, fue claramente derrotado por Carlsen el pasado diciembre en Dubái, donde el noruego afirmó que solo jugaría el Mundial de 2023 si su rival fuera el franco-iraní Alireza Firouzja, colista en Madrid.
Carlsen no habló con los periodista...
Magnus Carlsen defenderá su título mundial ante el ruso Ian Niepómniashi en abril de 2023 si la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) acepta algunas de sus reivindicaciones sobre el cambio de formato del duelo, según personas muy cercanas al noruego y a la FIDE. Niepómniashi, ganador este domingo del Torneo de Candidatos en Madrid a falta de una ronda, fue claramente derrotado por Carlsen el pasado diciembre en Dubái, donde el noruego afirmó que solo jugaría el Mundial de 2023 si su rival fuera el franco-iraní Alireza Firouzja, colista en Madrid.
Carlsen no habló con los periodistas -aunque sí atendió amablemente a sus admiradores- durante su sorprendente visita al Palacio de Santoña, sede del Torneo de Candidatos. Se reunió durante unos 40 minutos en privado con el presidente de la FIDE, el ruso Arkady Dvorkóvich. Todas las fuentes consultadas por EL PAÍS pidieron el anonimato y coincidieron en que si Carlsen estuviera decidido a renunciar a la corona lo habría dicho con claridad. El hecho de que se reuniese con Dvorkóvich durante tanto tiempo sin una declaración posterior significa, según esas fuentes, que hay razonables probabilidades de acuerdo.
Dvorkóvich no quiso comentar las conclusiones de su reunión. Pero sí habló hace tres semanas con EL PAÍS en Ciudad de Panamá. “Respeto la decisión que tome Magnus, pero espero que la piense bien, considerando todos los elementos. Es obvio que todos preferimos un Mundial con él, y soy moderadamente optimista”. Ante la pregunta específica sobre si la FIDE está dispuesta a cambiar el formato del Mundial -por ejemplo, mezclando partidas lentas con rápidas, como pide Carlsen-, Dvorkóvich respondió: “Estoy de acuerdo en que la tendencia es esa. De hecho, incluso Gari Kaspárov se ha pronunciado recientemente en la misma dirección. A uno le puede gustar mucho la música clásica, pero también el rock, jazz o reggae, sin que sean excluyentes. La cuestión es con cuánta rapidez debemos hacer ese cambio”.
Carlsen lleva unos cinco años pidiendo ese cambio, porque dice que prepararse durante varios meses cada dos años para disputar un duelo de 14 partidas lentas contra la misma persona le agota. Volvió a referirse a ello en su entrevista con EL PAÍS en Dubái: “Sinceramente, no disfruto de los Campeonatos del Mundo tanto como de los torneos del circuito internacional. En el Mundial se trata básicamente de conservar la corona. Reconozco que esto último resulta muy estimulante, pero también es tremendamente exigente. Es bonito estar aquí, con toda la parafernalia que rodea a un Mundial. Pero, francamente, podría vivir sin ello”.
Sus dos días en Madrid, para cumplir compromisos de su empresa, Play Magnus, con algunos patrocinadores, han sido intensos, y tuvieron un momento amargo: el sábado por la noche perdió en solo 19 movimientos una partida relámpago (tres minutos por bando) amistosa con la húngara Judit Polgar, la mejor jugadora de la historia, retirada en 2014. La presencia de ambos estaba anunciada en una exhibición en el Paseo de Recoletos el domingo al mediodía -II Encierro de Aejdrez Sanferminero-, pero el campeón no apareció.
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