El asombroso y gélido Abdusattórov, de 17 años, gana el oro en el Mundial de partidas rápidas tras tumbar a Carlsen
El uzbeko gana el desempate relámpago (1,5-0,5) a Ian Niepómniashi mientras el noruego, muy irritado, se queda con el bronce
El firmamento del ajedrez tiene un nuevo y sorprendente astro: el uzbeko Nodirbek Abdusattórov, de 17 años, 147º del escalafón, se proclama campeón del mundo de partidas rápidas dos semanas después de ganar consecutivamente los torneos españoles de Llobregat y Sitges. Tras doblegar al rey vigente, Magnus Carlsen en la 10ª ronda, el centroasiático tumbó al ruso Ian Niepómniashi en el desempate relámpago. El franco-iraní Alireza Firouzja, 2º del mundo, cayó hasta el puesto 20º. David Antón (39º) fue el mejor español. La rusa Alexandra Kosteniuk ganó el Mundial femenino; Marta García terminó la 6...
El firmamento del ajedrez tiene un nuevo y sorprendente astro: el uzbeko Nodirbek Abdusattórov, de 17 años, 147º del escalafón, se proclama campeón del mundo de partidas rápidas dos semanas después de ganar consecutivamente los torneos españoles de Llobregat y Sitges. Tras doblegar al rey vigente, Magnus Carlsen en la 10ª ronda, el centroasiático tumbó al ruso Ian Niepómniashi en el desempate relámpago. El franco-iraní Alireza Firouzja, 2º del mundo, cayó hasta el puesto 20º. David Antón (39º) fue el mejor español. La rusa Alexandra Kosteniuk ganó el Mundial femenino; Marta García terminó la 65ª de 103. El Mundial Relámpago se juega este miércoles y jueves, también en Varsovia (Polonia).
Fue un mal día para Carlsen quien, una vez más, pudo comprobar lo duro que es mantenerse en la cumbre. Todo pintaba bien para él, líder único a falta de cuatro rondas, y teniendo en cuenta que su rendimiento en las últimas jornadas de este tipo de torneos suele ser altísimo. Su objetivo de conservar la triple corona (ajedrez clásico, rápido y relámpago) iba bien encaminado.
El supercampeón no podía imaginar que un mozalbete uzbeko, muy prometedor desde niño pero todavía lejos de la superélite, le iba a amargar el fin de año. Ambos se enfrentaron en la 10ª ronda. Carlsen, con negras, logró una clara ventaja, pero Abdusattórov se las arregló para mantener sus bazas vivas. El noruego malogró sus oportunidades y se pasó de frenada en su porfía por ganar ante un rival de una dureza y temple impropios de su edad, hasta que el centroasiático logró endosarle la única derrota de Carlsen en todo el torneo.
Por si la tensión no fuera suficiente, el escandinavo tuvo que enfrentarse a continuación a Niepómniashi, su víctima de hace dos semanas en el Mundial de ajedrez clásico. Contrariamente a la triste imagen que dio en Dubái, el ruso fue esta vez él mismo, e introdujo una nueva idea con las piezas negras en una posición muy aguda. Carlsen logró ventaja a pesar de todo, pero se enredó en las complicaciones y tuvo que ceder el empate, mientras Abdusattórov salvaba una posición casi perdedora ante el ruso Vladímir Fedoséiev.
Mientras tanto se producía otra gran sorpresa, cuyo protagonista es aún más joven que el uzbeko. El indio Dommaraju Gukesh, de 15 años, se plantó muy arriba tras ganar al israelí Borís Guélfand y al georgiano Baadur Jobava. Y su próximo rival, en la penúltima ronda, era Abdusattórov. El duelo fue apoteósico: Gukesh logró una gran ventaja de apertura y una posición ganadora, según las máquinas, poco después; pero Abdusattórov encontró una serie de combinaciones asombrosas, tan difíciles como bellas, y arrancó un empate vital mientras Carlsen lograba doblegar al estadounidense Levón Aronián en otro combate épico.
Había cuatro líderes ante la última ronda. Por orden de desempate: Abdusattórov, Niepómniachi, Carlsen y el estadounidense Fabiano Caruana. Al parecer, este no sabía que, en caso de igualdad a puntos final, los dos con mejor desempate (suma de los puntos finales de los rivales), no todos los igualados a puntos, iban a disputar el duelo relámpago para decidir el campeón; solo así puede explicarse que hiciera tablas con Niepómniashi en solo seis movimientos.
Eso dejaba los focos centrados en dos partidas, y en ambas se llegó a sendos finales de cuatro torres, con clara ventaja de Carlsen y el polaco Jan Duda frente al estadounidense Hikaru Nakamura y Abdusattórov, respectivamente. Pero el noruego tenía que ser poco menos que perfecto para convertirla en victoria, y no lo fue; las tablas le dejaron fuera del duelo final, lo que le provocó un tremendo berrinche, que desahogó en la televisión noruega NRK, calificando de “idiotez” el sistema de desempate.
Mientras tanto, el increíble Abdusattórov salía otra vez del ataúd frente al ídolo local y arrancaba el medio punto necesario para disputar el oro a Niepómniashi en dos partidas de tres minutos por bando más dos segundos por jugada. En la primera, con negras, Abdusattórov volvió a exhibir sus nervios de acero y su virtuosismo técnico, increíble para su edad: quedó claramente peor, pero de nuevo remontó y forzó el empate.
Más asombroso aún fue el modo en que la nueva estrella doblegó en el 2º asalto a Niepómniashi, un gladiador curtido en mil batallas. Primero le llevó a una posición pasiva, a la que el ruso no está acostumbrado, y además logró una molesta ventaja en el reloj, hasta que el eslavo sucumbió ante la refinada técnica del uzbeko.
Es pronto para afirmaciones muy contundentes sobre el futuro de Abdusattórov. Pero el hecho innegable es que poquísimos astros del ajedrez en la historia han mostrado un temple y un conocimiento tan profundo a los 17 años. Carlsen es uno de esos pocos.
Clasificación final: 1º Abdusattórov 9,5; 2º Niepómniashi 9,5; 3º Carlsen 9,5; 4º Caruana 9,5; 5º-11º Duda, Aronián, Nakamura, Mamediárov, Gukesh, Rapport y Kariakin; 173 participantes.
Resultados completos: https://bit.ly/3pt5eHx
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