España
La liberación del 'Alakrana'
50.000 dólares (unos 33.000 euros). Ésa era la "indemnización" que las familias de los dos piratas presos en España exigían a cambio de sus parientes. La negociación se llevó por un canal paralelo al que el armador del Alakrana, apoyado por dos agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), realizaba desde la residencia del embajador español en Nairobi (Kenia) a través de un intermediario.
Los piratas somalíes a bordo del Alakrana arrasaron "con todo el mobiliario" y se llevaron cuanto consideraron de valor: ordenadores, teléfonos móviles, discos duros, cargadores, cámaras de fotos, ropa... "El patrón [Ricardo Blach] va con lo puesto", relató ayer Iker Galbarriatu, capitán del atunero, en conversación telefónica con EL PAÍS.
Mariano Rajoy encabezó ayer la salida en tromba del PP contra el Gobierno por el secuestro del Alakrana, sin explicar cómo hubiera gestionado él la crisis, pero censurando toda la actuación del Gobierno. Al día siguiente de la liberación, el PP anunció una especie de moción de censura encubierta con la petición de reprobación para tres miembros del Gobierno.
Javier Zaragoza, fiscal jefe de la Audiencia Nacional, instó ayer al juez Santiago Pedraz a que persiga a toda la "trama jurídico financiera vinculada con los secuestradores" del Alakrana. La fiscalía presentó ayer un escrito en el Juzgado Central número 1, que instruye el caso por el secuestro del atunero vasco.
Piratas somalíes, como los que secuestraron el pasado 2 de octubre, en aguas del océano Índico, al atunero español Alakrana, han intervenido en lo que va de año en 195 secuestros, más de la mitad del total de asaltos de este tipo (360) que se produjeron en los puertos y mares de todo el mundo.
Casi un mes después, la rocambolesca historia de Ricardo Costa está lejos de quedar cerrada. El ex secretario general del PP valenciano, hasta hace bien poco mano derecha de Francisco Camps y su principal cortafuegos, ya que fue el encargado de tratar de explicar el escándalo del caso Gürtel mientras el presidente guardaba silencio, compareció ayer al fin ante el Comité de Garantías del PP.
El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, rechazó ayer las acusaciones de que la Fiscalía persigue al PP y para rebatirlo facilitó los datos de procedimientos penales abiertos por corrupción contra cargos públicos con un resultado sorprendente: 264 procedimientos penales abiertos contra políticos del PSOE frente a 200 del PP.
A la mafia rusa tampoco le gusta que la escuchen con Sitel. El abogado de Gennadiy Petrov, supuesto dirigente de la organización criminal rusa Tambóvskaya, ha reclamado al juez Baltasar Garzón "la nulidad radical" de las investigaciones policiales contra su cliente porque para interceptar las comunicaciones telefónicas se ha utilizado el avanzado sistema de escuchas Sitel.
La semana pasada, todo era paz en los pasillos del Congreso. Se había pactado el nombre del nuevo director de RTVE, Alberto Oliart, y todo eran parabienes entre los partidos. Pero ayer, durante unas horas, todo recordó mucho al durísimo ambiente que se vivió en la pasada legislatura, la de la crispación.
Hace una semana, Aminatu Haidar recibía en Nueva York el premio Civil Courage, pero ayer dormía bajo una marquesina de autobús en el aeropuerto de Lanzarote. Ambos hechos, en apariencia antagónicos, son consecuencia de su lucha pacífica por la autodeterminación de la ex colonia española del Sáhara Occidental.
El presidente del tribunal, Santiago Serena, preguntó a los forenses que exploraron la vista a Santiago Mainar, el presunto asesino del alcalde de Fago: "Las cataratas que sufría el acusado, ¿le impedían distinguir el coche, la matrícula o la persona que tuviera delante?".
Josep M. y su esposa viven con su hijo en el barrio de El Poble-sec, en Barcelona. Lo hacen desde el 21 de julio del año pasado. "Estábamos pasando unos días de vacaciones y nos llamaron para decirnos que parecía que hubiera alguien en casa". Volvieron a uña de caballo, llegaron a la puerta de su piso, en El Raval de Barcelona, y trataron de abrir: la llave no iba.