Lluvia y barro en Glastonbury
La lluvia y el barro forman parte del folclor del festival de Glastonbury tanto como los artistas y el siempre colorido público que concurren a la mítica cita del verano inglés desde su inauguración, en 1971. Ambos elementos no fallaron este año y, por supuesto tampoco aguaron la fiesta de los cerca de 130.000 jóvenes y mayores que, con un precio por entrada de 168 euros, acamparon desde el pasado miércoles en los prados de la granja de Michael Eavis, fundador y todavía regente de un festival que presume de ser el más grande de toda Europa.