"Corrí hacia la libertad sin pensar en el dolor ni en la fatiga"
"Sabía lo que era la inquietud, pero ahora he conocido el miedo", asegura Luis Pérez Hernández, el misionero javeriano español de 46 años secuestrado por la guerrilla el 12 de enero en Freetown. Ayer, a las diez de la mañana, logró alcanzar, junto a otros cuatro misioneros y el arzobispo de la capital de Sierra Leona, Joseph Ganda, la primera línea de combate de las fuerzas africanas de interposición (Ecomog), en el barrio de Kissy. "Ha sido un milagro, aún no me lo puedo creer", dice aspirando un cigarrillo rubio. "Corrí hacia la libertad sin pensar en el dolor ni la fatiga".