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Domingo, 9 de septiembre de 1990

Opinión

Editoriales

Ajuste

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Efectos Positivos

HOY SE produce el encuentro entre Bush y Gorbachov, líderes de las dos potencias mundiales tradicionalmente enfrentadas y que, sin embargo, en esta ocasión tratarán de encontrar tácticas comunes...

Tribunas

El impacto de la crisis del Golfo

Roberto Centeno es catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid.

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Delfines

Manuel Vicent

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Cartas

Gracias a la OPEP

Emilio del Barco. Una carta de don Fernando Espinar Valderrama a Sadam Husein en EL PAÍS del 22 de agosto de 1990 exige un comentario, no por su profundidad de pensamiento o por sus contrastes, sino porque el autor menciona a Suiza en relación con Kuwait. Explica que el ostentoso y supermillonario emirato de Kuwait es un lugar minúsculo donde se concentra gran parte de la riqueza que necesita el Tercer Mundo, y que no hay derecho a que dos millones de personas posean tanto mientras que miles de millones de seres viven en la más absoluta miseria.Lo que verdaderamente constituye una broma es donde, al modo de ver del autor de la carta, en Europa también tenemos un pequeño Kuwait ostentoso y supermillonario (Suiza). En fin, sean cuales sean los indudables y conocidos defectos e imperfecciones de mi país -cada país tiene sus defectos-, no acierto a comprender que se nos compare a este emirato árabe en matiz peyorativo. Tiene que ser por envidia o por una ignorancia total de lo que es Suiza. Contrasta mucho con las palabras que dedicó hace años el embajador de España en Suiza a una revista al despedirse de nuestro país. Dijo: "Los extranjeros casi siempre miran al ser humano suizo como si fuese el producto simple y natural de su moneda; lo juzgan como si fuese sencillamente un franco de plata, limpio, sólido y con cierto valor; pero yo he visto además otras muchas cosas: he encontrado sensibilidad afectiva, idealismo en el trabajo, con el espíritu de sacrificio que implica una vida como la suiza, así como un sentido de honradez casi general que es un verdadero regalo de la providencia en los tiempos actuales". Si rectificar es de sabios, como bien dice usted, señor Espinar, yo le aconsejaría que, antes de emitir tales comparaciones, se tomase la molestia de conocer sólo un poco mi país, y no únicamente sus bellas montañas y lagos, sino a sus habitantes. Y si todavía le hace falta otro testimonio, pregunte a sus 120.000 conciudadanos españoles que trabajan en Suiza qué opinan de la absurda y gratuita comparación que se permitió hacer.- August Bischof-Blum. | San Agustín, Las Palmas.

Rebrotes fascistas

Adrián Calvo. | Milán, Italia.

Juicios superficiales

Daniel Dancourt. | Madrid.

Probabilidades quinielísticas

Ricardo Quince. | Santander.
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