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Memphis, Portland y Chicago: así opera el despliegue de tropas de la Guardia Nacional y agentes federales en las ciudades

El presidente Trump también ha mencionado a Baltimore (Maryland) y a Boston (Massachusetts) como posibles objetivos, mientras los retos legales continúan

Agentes federales en una calle de Chicago, Illinois
Alonso Martínez

Agentes federales con equipo táctico patrullan las calles del centro de la ciudad. Tropas de la Guardia Nacional se posicionan fuera de los centros de detención. Esta es la nueva normalidad en las ciudades de Estados Unidos que se han convertido en el blanco de la Administración Trump, que sigue adelante con una despliegue de fuerzas sin precedentes en el interior del país, a pesar de que varios gobernadores han presentado demandas para frenar al Gobierno federal. El presidente Donald Trump sostiene que el objetivo es combatir la delincuencia y proteger las instalaciones de control de la inmigración, pero críticos afirman que estas medidas representan una extralimitación que amenaza las libertades civiles. Hasta ahora, los despliegues se extienden por Memphis (Tennessee), Chicago (Illinois), y Portland (Oregón), con impacto también en Misuri, Luisiana, la capital, Washington D. C., y Los Ángeles.

Portland

En Portland, el presidente Trump ordenó el 27 de septiembre que 200 elementos de la Guardia Nacional protegieran un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que, según él, estaba siendo asediado por “terroristas nacionales”, refiriéndose a protestas que se estaban llevando a cabo en el lugar.

La gobernadora demócrata del Estado, Tina Kotek, se negó a activar a los miembros de la Guardia de Oregón para la misión, y calificó el despliegue como ilegal, a la vez que acusó a Trump de avivar el conflicto. El fiscal general del Estado, el también demócrata Dan Rayfield, presentó el 28 de septiembre una demanda federal para solicitar una orden judicial que bloqueara la decisión de Trump. Argumentó que la acción unilateral del presidente violaba la Ley Posse Comitatus, que prohíbe la participación del ejército en la aplicación de la ley nacional sin la aprobación del Congreso.

La jueza federal Karin Immergut respondió a esa demanda el 4 de octubre y emitió un fallo que prevenía que la Administración federal enviara tropas de la Guardia Nacional de Oregón a Portland, la ciudad más poblada del Estado. Como respuesta, Trump anunció que desplegaría elementos de otros Estados, como California y Texas. Sin embargo, el domingo Immergut bloqueó esa maniobra y pausó, de momento, el envío a Portland de efectivos de la Guardia Nacional de cualquier Estado. El bloqueo será efectivo hasta el 19 de octubre. Se espera que la Casa Blanca apele a la decisión.

Durante este periodo, las protestas en la ciudad en contra de la política migratoria de Trump se han intensificado. Agentes federales se han enfrentado a la multitud con gas pimienta y ha habido detenciones.

Memphis

Trump firmó el 15 de septiembre un decreto que autorizaba el envío de la Guardia Nacional a la ciudad. La fiscal general, Pam Bondi, anunció que tras la primera semana de la presencia de las tropas, se habían llevado a cabo 273 arrestos y se habían confiscado 73 armas ilegales.

El gobernador republicano de Tennessee, Bill Lee, confirmó que al menos 13 agencias federales están involucradas en la operación que sigue en marcha, entre ellas el FBI y la DEA. Según Lee, efectivos de la Guardia Nacional solo están desempeñando funciones de apoyo, actuando como “ojos y oídos”, en lugar de realizar detenciones.

El 4 de octubre, se llevó a cabo una marcha contra la presencia federal en la ciudad, organizada por Tigers Against Pollution, un grupo estudiantil. En la protesta también se vieron personas que apoyaban el despliegue de Trump.

Chicago

En Chicago (Illinois) desde principios de septiembre se lleva a cabo la operación llamada Midway Blitz, destinada a detener inmigrantes sin papeles, la cual ha despertado protestas masivas y constantes. En el mismo han participado efectivos de la Guardia Nacional, así como agentes federales de varias agencias. Tras un intenso mes de operativos migratorios en la ciudad, el Estado de Illinois y Chicago presentaron el 6 de octubre una demanda contra la Administración Trump por el despliegue de tropas en la urbe.

El documento, presentado ante un tribunal de distrito de Illinois, reza: “Los demandantes solicitan a este tribunal que detenga la federalización ilegal, peligrosa e inconstitucional de los miembros de la Guardia Nacional de Estados Unidos, incluidas las Guardias Nacionales de Illinois y Texas”.

Esto se produce después de que el gobernador J.B. Pritzker, demócrata, anunciara el 5 octubre que Trump había “ordenado el despliegue de 400 miembros de la Guardia Nacional de Texas en Illinois, Oregón y otras locaciones dentro de Estados Unidos”. Se refirió al despliegue de tropas de otros Estados en el suyo como “la invasión Trump” y aseguró que no había motivo para realizar dicho envío sin el consentimiento y la cooperación de las autoridades locales. También acusó a la Administración de fabricar una “zona de guerra” para justificar sus acciones y advirtió de que esto daría lugar a más protestas.

Las manifestaciones se han tornado violentas y las autoridades de inmigración afirman haber abierto fuego contra una mujer armada después de que ella y otras personas presuntamente embistieran con sus automóviles los vehículos de las fuerzas del orden. Se reportó que la mujer condujo hacia el hospital, y que después fue puesta en custodia del FBI.

El Departamento de Seguridad Nacional reportó a través de un comunicado que en total se han arrestado a más de 800 inmigrantes durante este tiempo.

Otros blancos

Aunque Memphis, Chicago y Portland se encuentran en el foco de atención, otros Estados y ciudades también han sido blanco de la Administración Trump.

En Luisiana, el gobernador republicano Jeff Landry solicitó el despliegue de 1.000 elementos de la Guardia Nacional en Nueva Orleans, Baton Rouge y Shreveport, bajo el argumento de que ha habido un aumento en los índices de criminalidad. Si se aprueba, el despliegue duraría hasta septiembre de 2026.

En Misuri, el gobernador Mike Kehoe autorizó a 15 miembros de la Guardia Nacional a trabajar en las instalaciones del ICE en funciones administrativas y logísticas. “Misuri se enorgullece de unirse a los esfuerzos de la administración Trump para mantener la seguridad de nuestro Estado y nuestra nación”, afirmó Kehoe, también republicano.

En Los Ángeles, California, primera ciudad donde el Gobierno de Trump desplegó la Guardia Nacional en junio en respuesta a protestas contra su agenda migratoria, un juez federal dictaminó el 2 de septiembre que dicho despliegue había sido ilegal, pues violaba la Ley Posse Comitatus, pero la decisión solo se aplicaba a ese Estado.

Trump también ha mencionado a Baltimore, Maryland como posible objetivo, al igual que Boston, Massachusetts. Wes Moore, gobernador demócrata de Maryland, rechazó la idea y se comprometió a destinar más recursos estatales a la prevención del delito. La alcaldesa de Boston, Michelle Wu, del mismo partido, se ha reunido con líderes en ciudades donde se han realizado despliegues para prepararse en caso de que su ciudad sea el siguiente blanco.

Por otra parte, en Washington D. C., agentes de inmigración aún patrullan con la policía local tras los despliegues realizados a principios de este verano, a pesar de que la orden emitida por Trump expiró hace semanas. Cuando la emergencia terminó el 10 de septiembre, la alcaldesa de Washington, Muriel E. Bowser, dijo en una conferencia de prensa que “la aplicación de las leyes de inmigración no es competencia del Departamento de Policía Metropolitana (MPD) y, con el fin de la emergencia, tampoco lo será en el futuro”. A pesar de eso, las autoridades siguen colaborando.

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