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Capítulo 12: La exaltación de la masculinidad

Mientras el mundo está adaptándose al avance de la igualdad de género y la diversidad, Trump defiende volver a un modelo tradicional que hace hincapié en la fortaleza física y la preeminencia del hombre blanco heterosexual

El 6 de septiembre, Donald Trump sorprendió a todos cambiando el nombre del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Era demasiado “woke”, explicó a los medios antes de firmar la orden ejecutiva que pasaba a denominarlo Departamento de Guerra (aunque no puede cambiar legalmente el nombre oficial del departamento por sí mismo, dado que dicho cambio requiere un acto del Congreso). “Creo que es mucho más apropiado. Envía un mensaje de victoria, un mensaje de fuerza. (…) Es muy importante, es un cambio de actitud", añadió.

Durante toda la declaración, el presidente estuvo acompañado por Pete Hegseth, su secretario de Defensa. Ataviado, como de costumbre, con un pañuelo con los colores de la bandera en la chaqueta, este funcionario fue uno de los más complacidos con la medida. Desde enero, se ha esforzado por materializar eso que Trump califica como un “cambio de actitud”, a través de una campaña para “renovar la masculinidad” en el ejército estadounidense: las mujeres fueron relevadas de la mayor parte de los puestos de alto mando que ocupaban, se creó una comisión especial para acabar con los programas de diversidad e igualdad y se está promoviendo una nueva filosofía centrada en restaurar el “ethos guerrero”.

Los efectos de esta dinámica han sido también visibles en otros componentes del Gobierno estadounidense. Durante el último Super Bowl, el Servicio Secreto emitió un anuncio de reclutamiento. La pieza comienza exaltando la fortaleza y capacidad de combate de Estados Unidos a lo largo de la historia. Muestra a los hombres peleando en el frente y a las mujeres en las fábricas preparando el material necesario para la guerra. Los protagonistas son ellos.

La masculinización no se limita al mundo militar. Impregna también momentos cotidianos. Por ejemplo, cuando los Dodgers de Los Ángeles remontaron el séptimo juego de la Serie Mundial, Trump posteó un mensaje de felicitación en redes sociales en el que destacó la masculinidad del equipo: “Un grupo de menos hombres jamás habría podido ganar ese partido”.

En un periodo histórico en el que la masculinidad en Estados Unidos y el mundo está adaptándose al avance de la igualdad de género y la diversidad, Trump defiende volver a un modelo tradicional que hace hincapié en la fortaleza física y la preeminencia del hombre blanco heterosexual en determinadas áreas. Esto le permite consolidar la conexión con su base de apoyo, integrada mayoritariamente por hombres que lo ven como una última esperanza para detener los cambios de un mundo que consideran cada vez más extraño y con menos privilegios.

A continuación, compartimos seis formas a través de las cuales Trump y su Gobierno han buscado reforzar la importancia de la fortaleza física y la masculinidad:

1. Fuerza y violencia

La comunicación de la Casa Blanca, del Departamento de Defensa (o Guerra) y del mismo Trump hace un especial énfasis en mostrar fuerza y capacidad de someter al enemigo mediante el uso de la violencia, lo cual es considerado un motivo de orgullo. Desde que comenzó su segundo periodo, el mandatario ha publicado en Instagram al menos 39 posts en los que se le ve con fuerzas militares o policiales, o se destaca su trabajo. Eso es alrededor de una publicación cada ocho días. Cinco de esos contenidos son vídeos reales de ataques de fuerzas militares estadounidenses a enemigos.

2. El fitness y la estética ideal

Cuando Trump y Hegseth convocaron a todos los mandos del Ejército de Estados Unidos a una reunión en septiembre, el secretario de Defensa se declaró harto de ver a generales gordos caminando por el Pentágono. Anunció la puesta en marcha de tests periódicos de capacidad física y la obligación de cumplir con ciertos patrones estéticos. Esta postura es algo típico de la extrema derecha contemporánea. Jackson Katz, académico especialista en temas de diversidad, advierte que, ante la reducción de las ventajas en formación y empleo, aquellos hombres interesados en mantener una posición de preeminencia hacen referencia de manera cada vez más recurrente a la fortaleza física, debido a que es el único campo en el que se mantiene una ventaja evidente entre hombres y mujeres. Las cuentas del Departamento de Defensa y de su secretario destacan continuamente publicaciones del fuerte entrenamiento al que se someten los miembros del ejército.

3. La milicia de Trump

La inmigración se transformó en uno de los temas clave en las elecciones presidenciales de 2024. Entre los hombres cobraba especial relevancia: un 42% de ellos lo posicionaban como uno de los tres principales problemas del país, por encima del 36% de las mujeres. Por eso, la presidencia de Trump ha hecho hincapié en mostrar la fiereza con la que se trata a los inmigrantes en el momento de deportarlos. Además, en los presupuestos para el año 2026 han aumentado de manera importante los recursos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), el cual se ha convertido en una especie de milicia personal del Gobierno, según algunos expertos. El presupuesto de esta agencia en 2026 será de 27.700 millones de dólares. Solo los ejércitos de 16 países gestionaron más dinero en 2024.

4. El impulso a la manosfera

En 2020, Trump perdió entre los jóvenes por 24 puntos porcentuales y eso le costó la presidencia. En 2024, consiguió recortar la brecha a solo 11 puntos, gracias al apoyo de los hombres menores de 30 años, entre los cuales incluso llegó a ganar. Para conseguir llegar a este público y atraerlo, hizo varias colaboraciones con influencers que son considerados miembros de la manosfera, entre ellos los Nelk Boys, Logan Paul y Joe Rogan. La mayor parte de los seguidores de estas cuentas son hombres y por eso tienen una importancia creciente en la formación de los nuevos modelos de masculinidad.

5. La afición por la pelea

El día en que Trump aceptó la candidatura republicana, uno de los oradores que empezó a calentar el ambiente antes de su intervención fue Hulk Hogan, un famoso luchador que se rompió la camisa en medio del escenario para mostrar su respaldo. La lucha libre y las Artes Marciales Mixtas son dos de las disciplinas favoritas de los seguidores del presidente. Por eso, el mandatario se relaciona con los principales referentes de este deporte, acude regularmente a peleas e incluso está preparando para el próximo año un mega evento de la UFC en la Casa Blanca para celebrar el 250 aniversario de la independencia de Estados Unidos. La lucha defiende valores que tienen una fuerte influencia en cómo sus seguidores ven la masculinidad: la importancia de la imagen, el hecho de dominar al contrario, resistir el dolor sin expresar emociones, etc.

6. El despertar de la tradwives

La recuperación del modelo tradicional de masculinidad requiere también que las mujeres vuelvan a su papel del pasado. Entre los círculos de extrema derecha han empezado a ganar popularidad las llamadas tradwives, influencers que reivindican la importancia de la mujer dedicada a la familia y las labores domésticas. Son parte de lo que se empieza a conocer como la womanosfera. Pero va más allá de las redes. Las mujeres vinculadas al Gobierno de Trump también repiten ciertos códigos de estilo e imagen mucho más asociados a los roles de belleza. La Mar-a-Lago face se ha convertido en tendencia en Washington D. C.

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