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Los saldos de la política en México durante 2025

La apuesta de Sheinbaum ha sido la de aislarse y ufanarse con tener amistad con personajes deplorables en América Latina

Fue un año con complicaciones y como todo en la vida: más para unos que para otros. Nuestro país inició el año con la nueva presidenta en el poder, Claudia Sheinbaum. Apenas en enero la presidenta mexicana tuvo que enfrentar lo que seguirá siendo un reto cotidiano: la presidencia de Donald Trump. Afortunadamente, ya es lugar común decir que Sheinbaum ha sorteado con inteligencia y talento la pesadilla en la frontera norte. Bien por ella, sigue siendo un tema retador, pero ...

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Fue un año con complicaciones y como todo en la vida: más para unos que para otros. Nuestro país inició el año con la nueva presidenta en el poder, Claudia Sheinbaum. Apenas en enero la presidenta mexicana tuvo que enfrentar lo que seguirá siendo un reto cotidiano: la presidencia de Donald Trump. Afortunadamente, ya es lugar común decir que Sheinbaum ha sorteado con inteligencia y talento la pesadilla en la frontera norte. Bien por ella, sigue siendo un tema retador, pero parece que ya encontró la forma de negociar, ceder y presionar con su homólogo. Este éxito, notable sin duda, es lo único que tenemos en política exterior, ya que la presidenta decidió continuar el pleito con España, aunque con una beligerancia bastante menor que la que caracterizaba a su antecesor. En el caso de América Latina, la apuesta del gobierno de Sheinbaum ha sido la de aislarse y ufanarse de tener amistad con personajes tan deplorables como Daniel Ortega, Nicolás Maduro, Gustavo Petro o el cubano Miguel Díaz-Canel. Llama la atención que se haya optado por apoyar a individuos autoritarios con vocación dictatorial y conducta cavernaria. Si a esto le sumamos la derrota de la izquierda chilena en las pasadas elecciones, México se está quedando aislado.

En la política interna, la decadencia llegó para quedarse en este 2025 que está por concluir. En el plano opositor, los únicos que se han sabido crecer son los de Movimiento Ciudadano. El PRI se ha metido en el ataúd y ya nada más falta alguien que llegue a poner los clavos. Para sorpresa de muchos, el tricolor se encuentra en varias encuestas en el cuarto lugar y no se ve para cuando pueda subir en las preferencias. Cerrar la puerta puede ser una opción decorosa, pero parece que no la están contemplando. Hace unos meses el PAN se relanzó, pero no sabemos a dónde. Mientras la derecha crece en el mundo, aquí el panismo –el partido de la derecha tradicional mexicana- se hace bolas y ni siquiera puede explicar con claridad por qué votó como lo hizo en apoyo a propuestas gubernamentales. Por lo menos, después de sonadas derrotas, el blanquiazul decidió deshacerse de su alianza con el PRI. Mejor solo que mal acompañado.

El movimiento político en el gobierno, Morena, experimentó este año lo que puede considerarse un “destape”. Acostumbrados al férreo control del líder tabasqueño que no dudaba en humillar en público a cualquiera que cometiera una falta, los morenistas se quitaron la vergüenza y el más mínimo indicio de pudor y se lanzaron a un verdadero festival de corrupción y exceso. Por malas razones, nombres como el de Pedro Haces, Adán Augusto López, Sergio Gutiérrez y los hermanos López Beltrán han figurado en la conversación pública por sus trapacerías y exuberancias. A la austeridad de la presidenta han contestado con el derroche, el abuso y el cinismo. No tienen llenadera. Pasaron de la ropa folclórica a comprar directamente en Prada, sin ni siquiera pasar por GAP o alguna otra marca de referencia de las clases medias. Los relojes, los viajes, la conducta estrafalaria ha sido la norma de quienes dicen poner primero a los pobres. El reparto de cargos públicos a la parentela es una norma escandalosa que no habíamos visto en medio siglo. Son trogloditas.

En el ámbito de gobierno, nadie puede negar el cambio que se ha dado en materia de seguridad. Un giro afortunado que permite ver la dimensión del daño que ocasionó la pasividad cómplice del gobierno anterior. El hecho de que el único funcionario destacado en a nivel gabinete sea el responsable de la política de seguridad, habla bien del policía en cuestión, pero deja preguntas sobre el quehacer gubernamental en otras áreas del gobierno federal.

El 2025 también nos dejó el desastre de consecuencias incalculables que fue la desaparición del Poder Judicial para colocar a uno de los poderes al servicio de otro. El odio convertido en política pública llevó a la Suprema Corte a un bajísimo nivel que no puede dar garantías de justicia por simple incompetencia.

Lo único bueno del 2025 es que ya pronto acaba. Feliz año nuevo para todos.

@juanizavala

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