Puras mentiras puras
Se dijo que no se producía fentanilo en México y luego se fardó el desmantelamiento de laboratorios clandestinos de lo mismo y la incautación de miles de dosis destiladas en el país. Alguien mintió
Se ventila en voz del Mal encarnado que Ucrania inició la guerra con la resucitada Unión Soviética bajo el aura de Vladímir Putin y que el presidente Volodímir Zelenski, en Kiev, es un dictador. Mismo nombre, un solo dictador… alguien miente.
Se lanza una criptomoneda argentina que promete jauja utópica y termina siendo un fraude demente de bancarrota instantánea. Alguien mintió.
Se proyectan miles de videos y se reproducen miles de párrafos generados pomposamente por la mal llamada Inteligencia Artificial con imágenes impostadas, falsas declaraciones y perversa prosa de pacotilla. Todos mienten.
Se confía en la ruta que propone una aplicación para sortear el tráfico en carreteras o calles y la realidad contundente demuestra que el artilugio no atinó a señalizar cortes de tráfico por protestas masivas, tormentas intempestivas de hielo y accidentes masivos que obstruyen los trayectos soñados. Algún algoritmo también miente.
Se asigna una propina de 15% como gesto de gratitud al servicio brindado por el mesero que ha cobrado el total de la cuenta sin que el comensal haya revisado que mentiras en la suma del total y sin que se detecte (hasta una semana después) que la tarjeta de crédito con la que se realizó la operación fue clonada por el datáfono. Cadenita de mentiras.
Se vende por internet y aun precio muy accesible y sin posibilidad de devolución un traje de tres piezas en imitación tweed escocés cuya talla de 2XL es falsa o simplemente traducida a la diminuta anatomía de ciertos modelos asiáticos. Medidas mentirosas.
Se afilia a un partido político el otrora paladín en denostarlo y en otro canal, una mujer clama por su dignidad luego de haber logrado una carrera exitosa precisamente a costa de su propia dignidad y en cierta cofradía un autor se declara guerrero contra el plagio literario habiendo afincado sus éxitos bibliográficos plagiando panfletos, párrafos y no pocas páginas ajenas.
Se elogia la pureza capilar de una cabellera más bien peluca pintada y se glorifica el potencial deportivo de un atleta dopado y se condona la violación a la regla 14 de la FIFA con el recurso truculento de la repetición en video donde se confirma que el árbitro miente a pesar de lo evidente.
Se ha instalado el imperio de la mentira y el nefando trinomio de la Fealdad, lo Falso y la Maldad a contrapelo de lo Bello, lo Bueno y lo Verdadero en un mundo de cómic o perdido capítulo de la primera serie televisiva de Batman donde un excéntrico millonario amenaza adoctrinar al planeta con pura retórica de falsedades… y se impone aislarse con audífonos en el íntimo intento de resguardar nuestras verdades inapelables, asidos al credo callado de todo aquello que aún no ha podido ser falseado por el maquillaje implacable de la imbecilidad y la estulticia.