‘Shots’ antigripales las 24 horas en Juguería Caro

Este puesto callejero ubicado en Hipódromo Condesa, en la capital, no apaga el extractor de jugos desde 1973

Un jugo de jengibre y cúrcuma de la Juguería Caro en Ciudad de México, el 10 de enero de 2025.Aggi Garduño

Corredores, oficinistas y vecinos esperan su turno para pedir un jugo, varias cabezas de maniquíes con pelucas los miran de frente; hay apenas un metro y medio entre la Juguería Caro y Marpel, una tienda de pelucas ubicada en la esquina de avenida Insurgentes con Sonora, tan antigua como esta juguería.

Juguería Caro es un puesto callejero fundado en 1973 por la familia Cárdenas. Hoy la jefa y quien le da su nombre es Caro, nieta de los fundadores, quien cuenta que, “después de mis abuelos, mis ...

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Corredores, oficinistas y vecinos esperan su turno para pedir un jugo, varias cabezas de maniquíes con pelucas los miran de frente; hay apenas un metro y medio entre la Juguería Caro y Marpel, una tienda de pelucas ubicada en la esquina de avenida Insurgentes con Sonora, tan antigua como esta juguería.

Juguería Caro es un puesto callejero fundado en 1973 por la familia Cárdenas. Hoy la jefa y quien le da su nombre es Caro, nieta de los fundadores, quien cuenta que, “después de mis abuelos, mis tíos se hicieron cargo, luego, mi papá me dijo si quería ayudarlo. Tenía 18 años cuando empecé a trabajar aquí”. Creció en esta acera, en un cruce muy transitado de la Ciudad de México, oyendo los claxons, las ambulancias y el extractor de jugos.

Pasa la jornada entre el puesto de ensaladas, que está al lado, y la juguería. En esta orilla de la cuadra los vegetales mandan. “Tenemos los dos lugares, en éste siempre fue de jugos y fruta picada, luego metimos los licuados”, dice Caro, que a pesar de la gentrificación y la apertura de negocios similares especializados en smoothies —la forma hípster de llamar a los batidos— sigue siendo la parada favorita en la zona.

El menú está escrito sobre la parte superior del puesto, es extenso e incluye fruta, jugos recién hechos y licuados con yogurt, leche entera o deslactosada, de soya, avena, coco o almendra. Las cajas de leche están acomodadas al fondo, son decenas. Caro dice que, “antes solo teníamos leche normal, pero empezaron a pedir deslactosada, luego de las otras y ahora la menos pedida es la entera”.

Quizás las nuevas generaciones son más delicadas del estómago o solo siguen tendencias, para Caro eso no es importante, viene de una familia dedicada al servicio: “A mí lo que me gusta es atender y que los clientes se sientan contentos”.

A las ocho de la mañana después de varias vueltas al circuito de Ámsterdam —convertido en una pista improvisada para corredores— o tras pasar por algunos de los gimnasios o estudios de yoga y pilates del barrio, las personas se acercan por algo vitamínico. “La Condesa se ha convertido en una zona fitness”, dice Caro, medio sorprendida y medio incrédula. Antes los deportistas enfundados en licras apretadas, rojos como tomates y sudados llegaban a pedir que les agregaran una cucharada de su proteína a la bebida. “Entonces pensé que mejor yo les vendía los suplementos”.

La Juguería Caro fue fundada en 1973 por la familia Cárdenas.Aggi Garduño

Dos botes con varios kilos de proteína de distintos sabores están sobre la vitrina, cuesta 32 pesos la porción; también ofrece alga espirulina, creatina y crema de cacahuate natural, que ella misma procesa. Caro cuenta: “Me van pidiendo cosas y las voy metiendo a ver si jala”.

Su éxito está basado en la diversidad y la frescura. Diario le traen fruta de la Central de Abastos. La pencas de plátano cuelgan del techo, hay varias caja de limones y costales de naranjas debajo de la barra; las abejas merodean las bandejas con papaya, piña, sandía, melón, pulpa de guanábana y maracuyá, y fresas perfectas; limpias, sin cabo, rojas y maduras. Caro asegura que “es la mejor temporada, durante el verano están horribles”.

Unos extranjeros se acercan y piden mango. Error, es enero, los mangos carnosos llegan con el calor, ahora abunda la naranja, la toronja y la mandarina, curiosamente cítricos relacionados con poderes antigripales (ricas en vitamina C). Uno de los ayudantes de Caro —risueño, con mandil blanco y camisa tipo polo roja— corta dos naranjas y un limón, los exprime en la licuadora, pela un trozo de jengibre y otro de cúrcuma, los echa junto con un poco de miel, run run run, sale un shot antigripal: es picante como si tuviera pimienta. No sé si quita la gripa, pero sientes que te destapa los oídos al momento.

“Esto no es un shot, está enorme”, le digo a Caro, sonríe y dice que así lo sirven, en un vaso corto, y es muy popular entre sus visitantes, “hay unos gringos que me piden un litro”. Los gringos menos constipados de la Roma Condesa.

En 24 horas pasa por esta banqueta mucha gente, entre los corredores y los turistas, están los viejos vecinos que son fieles al agua de alfalfa; o los semilocales, quienes laboran por aquí y buscan opciones saludables y asequibles en un mar de garnachas. Según Caro, “los de las oficinas llevan ensaladas de frutas, le ponen granola, miel o crema batida”... Ni tan dietéticos.

Los rigurosos o los que por estos días están empeñados en cumplir su promesa anual de llevar una vida más sana, se inclinan por el jugo verde —nopal, piña, apio, toronja, espinaca—, bebida que ocupa el top tres de los más populares, junto con el shot antigripal y las fresas con crema.

“En la noche lo que más se vende son las aguas y las fresas”, asegura Caro. Este antojo legendario es el hit de los fiesteros. Suena extraño bajar la borrachera así, aunque es imposible juzgarlos, las fresas con crema son riquísimas. Los batidos de plátano con chocolate en polvo son más diurnos, pueden aplacar la ansiedad de los desvelados o la añoranza por Pancho Pantera.

En Juguería Caro hay de todo para todos, es un puesto limpio, rápido y barato. Antes estaba adornado con rótulos, desaparecieron por la arbitrariedad de la antigua alcaldesa de la Cuauhtémoc, Sandra Cuevas; con el cambio de gobierno, se han vuelto a permitir. Caro se ilusiona al saberlo: “¿Así que ya puedo pintarlo de nuevo?”. Ojalá sí, se extrañan los dibujos de frutas con pies, manos y caras sonrientes, son más agradables y divertidos que los maniquíes con pelucas.

Juguería Caro

Categoría: Puesto callejero
Dirección: esquina de la Avenida Insurgentes con Sonora, colonia Hipódromo Condesa, Ciudad de México
Precio: 80 pesos

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