Taboada, el desmemoriado
No asumiré que Santiago Taboada buscaba calumniar o engañar a nadie. Es dable pensar que ha perdido la memoria reciente o se ha confundido entre tanto material que se le juntó en la mesa
Borges escribió un cuento sobre un hombre capaz de recordarlo todo; cada hoja de árbol y cada una de las veces que la había imaginado. A Funes el Memorioso le era imposible olvidar: conservaba las memorias más antiguas y también las más triviales. El debate del domingo por la jefatura de Gobierno de Ciudad de México me recordó a aquel hombre inverosímil por la aparición de su contrario: Taboada, el desmemoriado.
Presumiré la bu...
Borges escribió un cuento sobre un hombre capaz de recordarlo todo; cada hoja de árbol y cada una de las veces que la había imaginado. A Funes el Memorioso le era imposible olvidar: conservaba las memorias más antiguas y también las más triviales. El debate del domingo por la jefatura de Gobierno de Ciudad de México me recordó a aquel hombre inverosímil por la aparición de su contrario: Taboada, el desmemoriado.
Presumiré la buena fe; no asumiré que Santiago Taboada buscaba calumniar o engañar a nadie. Es dable pensar que ha perdido la memoria reciente o se ha confundido entre tanto material que se le juntó en la mesa.
Durante el debate, Santiago exhibió signos inequívocos de amnesia transitoria. El candidato del PAN perdió —esperemos que temporalmente— la capacidad para recordar eventos recientes vinculados con áreas atendidas de forma notable por la administración de Claudia Sheinbaum al frente de la capital.
Como consecuencia, Taboada (el desmemoriado) proporcionó información desactualizada en materia de seguridad, infraestructura, suministro de agua, movilidad, educación e inversión extranjera, por mencionar solo algunas.
Al candidato panista se le olvidó, por ejemplo, que él no merece las palmas por el buen estado de la seguridad pública en la alcaldía Benito Juárez. Los parabienes de tal hazaña le corresponden al Gobierno de Ciudad de México, que, a través de su mando único, dirige a los mandos policiales de toda la ciudad, incluidas las alcaldías panistas.
Un descuido de la retentiva le permitió a Taboada afirmar (con la confianza de quien no sabe que la memoria le ha fallado) que esta ciudad no es más segura hoy que hace cinco años. Bien haría en darle una repasada a los datos oficiales que señalan una notable disminución de los delitos de alto impacto (de 58%), robo de vehículos sin violencia (54%), con violencia (69%) y robo a negocio con violencia (71.4%). Alguien con mejor memoria recordaría que la tasa de homicidio es la más baja desde que se tiene registro (un promedio de dos homicidios diarios) y que la última muestra de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) refleja que los capitalinos perciben las mejoras.
Taboada comenzó el debate quejándose del “olvido” en que el Gobierno de la capital tiene a su policía. Acaso se le perdió en la memoria que la Administración de Sheinbaum implementó el programa Más y Mejor Policía, que aumentó en un 54% el salario de los mandos y mejoró de forma apreciable sus condiciones de trabajo. Nunca la policía capitalina estuvo en mejores condiciones que ahora.
En el ámbito de la movilidad, la memoria del aspirante también lució afectada. Asumo que por ello perdió de vista los muchos reconocimientos internacionales que la Administración de Sheinbaum Pardo ha obtenido en este campo, acaso una de sus tareas más colosales. A Santiago se le borró la construcción de tres líneas de Cablebús y otras tres de Metrobús, el rejuvenecimiento de todo el sistema de trolebús, la ampliación el sistema ECOBICI y el mejoramiento de la red RTP y de transporte concesionado, entre otros.
Tampoco logró retener en el recuerdo los trabajos de mantenimiento realizados al Metro durante la presente gestión. Un gasto como ningún otro que permitió remozar su infraestructura obsoleta y corregir problemas heredados por gobiernos anteriores.
La caída de la Línea 12 del Metro, no imputable a esta Administración, habrá de permanecer en toda memoria.
Para cerrar el tema de movilidad, Taboada pudo recordar que —en el inverosímil tiempo récord de dos años— anhela construir un metro hacia el Estadio Azteca. El recuerdo descartó que la mayoría de las personas que habitan Ciudad de México no podrán costear un boleto para asistir al mundial. La propuesta que, además de costar 21.000 millones de pesos, implicaría el desmantelamiento del tren ligero, resulta no solo risible, sino también profundamente clasista.
En materia de agua, los recuerdos también se negaron a acudir a Santiago. Por ello, no pudo reconocer que la falta de agua en la capital se debe, en buena parte, a desarrollos inmobiliarios depredadores en los que su partido se encuentra implicado y que el mayor abasto de agua que presume en la alcaldía Benito Juárez, que él solía gobernar, se debe más a la topografía de Ciudad que a su buena gestión.
He mencionado algunos de los ejemplos de la evidencia omitida por el candidato opositor. La lista es larga. Otros casos incluyen su olvido de la plataforma Data México creada por la Secretaría de Economía y el INEGI en 2020, que Ciudad de México recibe el 41% de toda la inversión directa del país, que el buen estado de los mercados en Benito Juárez no es atribuible a él o que la Escuela es Nuestra tuvo su origen en la capital.
Deseamos al candidato una rápida recuperación de la memoria reciente. La discusión pública basada en información imprecisa mina la confianza del electorado y socava la calidad del debate público. Mejor nos vendría un hombre de ágil recuerdo como aquel Irineo Funes retratado por Borges. Uno de memoria prodigiosa e infalible.
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