Xóchitl Gálvez aprieta las filas ante las fugas en el frente opositor
Las candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México se lanza al contraataque tras la salida de Silvano Aureoles y el apoyo de expriistas al proyecto de su adversaria, Claudia Sheinbaum
Xóchitl Gálvez, candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, trata de mantener el rumbo de su precampaña entre un goteo constante de conflictos y polémicas. A tan solo unas semanas de revelar los nombres de su equipo de trabajo más cercano de cara a la cita electoral del próximo 2 de junio, los reacomodos dentro de la coalición opositora siguen siendo la tónica general. La semana pasada estuvo marcada p...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Xóchitl Gálvez, candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, trata de mantener el rumbo de su precampaña entre un goteo constante de conflictos y polémicas. A tan solo unas semanas de revelar los nombres de su equipo de trabajo más cercano de cara a la cita electoral del próximo 2 de junio, los reacomodos dentro de la coalición opositora siguen siendo la tónica general. La semana pasada estuvo marcada por la salida del exgobernador de Michoacán, el perredista Silvano Aureoles, y por el anuncio de un grupo de veteranos expriistas dando su apoyo Claudia Sheinbaum, la aspirante de Morena y rival de Gálvez en la carrera presidencial. La coalición opositora -PRI, PAN y PRD- está en plena composición de las listas para el Senado y el Congreso. Un momento delicado durante el que no se descartan más salidas de inconformes con el reparto de posiciones. Ante los agujeros, Gálvez respondió con contragolpes, calificando de corruptos e interesados a los cuadros salientes.
Los expriistas, los mismos que hace unas semanas aplaudían su candidatura, cargaron contra la senadora con licencia, calificándola de “títere” de las dirigencias del PAN, PRI y PRD que presiden Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, respectivamente. También minimizaron su perfil como candidata, resaltando sus ocurrencias, espontaneidad y su discurso a base de chistes como un intento desesperado por obtener simpatías.
“Pobre Xóchitl, tan lejos del triunfo y tan cerca de Alito”, lanzó el actual alcalde de Cuajimalpa en la Ciudad de México, Adrián Rubalcava en su anuncio de la Alianza Progresista, el grupo de apoyo priista a Claudia Sheinbaum, la candidata oficialista de Morena. Los exgobernadores Alejandro Murat, Eruviel Ávila y los senadores Jorge Carlos Ramírez Marín y Nuvia Mayorga conforman este bloque. A esta desbandada se debe sumar la de Veracruz, entidad en la que el PRI se ha quedado sin bancada en el Congreso del Estado, lo mismo que ocurrió hace unos meses en Hidalgo y Sinaloa.
Los priistas se llevan con ellos un buen puñado de cuadros políticos que representan votos, ahora en apoyo a la candidata oficialista. Rubalcava ha ido más lejos. Apoyado en el poder que le da la alcaldía Cuajimalpa ha organizado un mitin con miles de asistentes en apoyo a la exjefa de Gobierno. Con carteles en los que se leyó “¿Nos adoptas?” se ha concretado la adhesión. Serán “soldados” al servicio de la exjefa de Gobierno, han dicho los priistas. Esos simpatizantes que pudieron ser votos para Gálvez se han esfumado.
El más señalado en esta nueva crisis, y casi desde que se cocinó la coalición, ha sido el dirigente del PRI, quien minimiza una y otra vez la desbandada de militantes. El costo político parece no importarle y menos el desgaste que abona a su candidata presidencial, más pendiente parece de un cálculo personal centrado en amarrar el poder en su partido.
Son más los que saltan del barco. La deserción de Aureoles es otra muestra más de los difíciles equilibrios al interior de la alianza opositora. El perredista ha renunciado al equipo de la precandidata entre acusaciones y constantes descalificaciones de la abanderada del Frente. Apenas el 6 de diciembre pasado el exgobernador de Michoacán puso en tela de juicio el triunfo de Gálvez en las internas. En un intento de suturar las heridas fue nombrado coordinador de Desarrollo Urbano Sustentable para construir el proyecto de Gobierno de la precandidata. En menos de un mes ha salido por la puerta de atrás.
Gálvez trata de apretar sus filas mientras se suceden también las polémicas relacionadas con su política de comunicación. Su respuesta al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, denostando el trabajo de los migrantes, ha sido la última. El magnate afirmó que los miles de indocumentados que llegan al vecino país son una amenaza. La respuesta de la aspirante fue que le gustaría ver al republicano limpiando su baño, en alusión al trabajo que realizan los connacionales mexicanos en esa nación. Un comentario que le ha valido una lluvia de críticas.
Ante estos tropiezos, Gálvez ha hecho de la tecnología su mejor aliada, ahora con la creación de la vocería especializada, una representación de ella misma realizada con Inteligencia Artificial (IA) para comunicar su mensaje de manera fiel y con un mayor control. Un nuevo reacomodo dentro de su equipo, donde Maximiliano Cortázar, el coordinador de la campaña aupado por Santiago Creel, deberá afinar su encaje.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país