Los esfuerzos de Sheinbaum en un mes de negociaciones chocan con la bomba arancelaria de Trump

A pesar del envío histórico de 29 narcos a EE UU, los mediáticos decomisos de drogas y la imposición de aranceles a China por parte de México, el republicano grava con un 25% las importaciones del vecino del sur

Claudia Sheinbaum en el Palacio Nacional, el 3 de febrero de 2025 en Ciudad de México.Mauricio Palos (Bloomberg)

México ha despertado este martes con un arancel del 25% a sus exportaciones hacia Estados Unidos, cortesía del presidente de aquel país, Donald Trump. El peor de los escenarios se ha cumplido. La decisión del republicano retrata un mes de negociaciones fallidas entre ambos países y cae como un balde de agua fría en la segunda economía de América Latina y principal socio comercial del gigante norteamericano. Se esfuma así el periodo de gracia que había conseguido la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, a principios de febrero, la moratoria de 30 días al nuevo impuesto, tiempo en que ambos países mantuvieron mesas de trabajo, en materia de comercio y seguridad.

Las nuevas tarifas golpean al 80% de las exportaciones mexicanas, envíos valuados en 505.000 millones de dólares anuales. La decisión de Trump hiere de muerte, además, al tratado de libre comercio de América de Norte, el TMEC, que él mismo firmó en su primer mandato, igual que al nearshoring y al propio Plan México: la estrategia sexenal de atracción de inversiones de esta Administración dependía de una buena relación con el vecino del norte. El impuesto empieza a operar a pesar de los viajes constantes a Washington de los equipos mexicanos de Economía y Seguridad durante las últimas semanas, capitaneados por los secretarios de Relaciones Exteriores, Juan Ramón De la Fuente, Seguridad, Omar García Harfuch, y Economía, Marcelo Ebrard.

Estados Unidos abre así un periodo inédito en la historia reciente de América del Norte, enfrentado no solo a México, sino también con Canadá, víctima igualmente del ataque arancelario. En vano han quedado las acciones de ambos países durante el mes de gracia para convencer al republicano de abandonar el gravamen. El esfuerzo de la Administración de Sheinbaum ha pasado por un reforzamiento importante de la frontera norte, con 10.000 soldados, aseguramientos constantes de fentanilo, como uno en diciembre, en Sinaloa, en el que las autoridades se incautaron de más una tonelada de la droga, y el extraordinario envío, la semana pasada, de 29 capos mexicanos al país vecino, para que enfrenten allá a la justicia, entre ellos nombres tan importantes como Rafael Caro Quintero, líder histórico del Cartel de Guadalajara.

Sheinbaum ha recordado todos los logros de su Gobierno en la mañana de este martes, en su habitual conferencia de prensa, como contexto para criticar la escalada arancelaria de Trump: “Es inconcebible que no se piense en el daño que se va a causar tanto a ciudadanos y empresas de los Estados Unidos por el incremento en los precios de los artículos que se producen en nuestro país”, ha dicho la mandataria, “como también el daño que se va a provocar por detener la creación de empleos en ambos países. Nadie gana con esta decisión”, ha añadido. La presidenta ha llamado a la unidad nacional para hacer frente a este nuevo desafío. “Fuimos capaces en los tiempos lamentables de tristeza y de desolación ocasionados por la pandemia de levantarnos cuando se cayó la economía. Hago un llamado al pueblo de México a enfrentar juntos este desafío”, ha dicho. A diferencia de Canadá, que ya ha anunciado aranceles en respuesta contra las importaciones estadounidenses, Sheinbaum mantiene aún en estos momentos su estrategia de “cabeza fría”, en espera de concertar una llamada el próximo jueves para acercar posturas con Trump. La mandataria solo refirió que México responderá con medidas arancelarias y no arancelarias, las cuales dará a conocer el próximo domingo en el Zócalo de Ciudad de México.

Rafael Caro Quintero escoltado por agentes de la DEA a su llegada a Estados Unidos, el pasado 27 de febrero.

Las medidas que ha tomado el Gobierno de México trascienden la agenda de seguridad. En estas semanas, Trump ha forzado la firma de acuerdos comerciales para atacar uno de sus frentes más ansiados, el avance de las importaciones chinas en Norteamérica. En esta trinchera, el equipo de Economía, comandado por el secretario del ramo, Marcelo Ebrard, ha puesto sobre el tablero un puñado de ofertas: mayor vigilancia en aduanas, medidas fitosanitarias sobre las exportaciones de carne de puerco a EE UU, cambios en las reglas de origen del TMEC para frenar la importación de automóviles chinos a territorio mexicano y más barreras a las importaciones asiáticas, en específico de China, Vietnam y Tailandia, así como una mayor vigilancia sobre las importaciones tecnológicas de Rusia. En un inicio, el titular de Economía mostró un abierto optimista sobre el proceso. Declaró que se podía llegar a un acuerdo, como ocurrió en 2018, cuando resolvió el primer amago arancelario de Trump. Pero esta confianza se ha ido desdibujando con el paso de los días.

Adolfo Laborde, experto en comercio internacional y profesor del CIDE, reconoce el panorama adverso para la economía mexicana bajo estas nuevas tarifas, dada la estrecha integración industrial y comercial con Estados Unidos. “La ecuación comercial ha cambiado, ya la ha cambiado Trump y creo que se vio muy poco lo que hizo la presidenta Claudia Sheinbaum con la movilización de la Guardia Nacional en la frontera. No será suficiente con una imposición de aranceles espejo que podría poner México en respuesta, se requiere mucho presupuesto para buscar mercados sustitutos a Estados Unidos y buscar nueva inversión extranjera y, paralelamente, para llevar a cabo un programa de política industrial para lograr la sustitución de importaciones con contenido nacional”, explica.

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