Los ataques de Trump precipitan una renovación adelantada del TMEC
La amenaza arancelaria supone una redefinición de la relación comercial. Ante las presiones proteccionistas, México defenderá el tratado en las mesas de trabajo con EE UU que se han concertado tras la suspensión
Desde su primer mandato, Donald Trump ha usado los aranceles como un arma para ganar batallas en otras trincheras. En el caso de México, el tráfico de drogas, incluido el fentanilo, y la migración. La decisión del republicano de aplazar un mes el arancel del 25% sobre todas las importaciones mexicanas es un balón de oxígeno para México. El Gobierno de Sheinbaum ha ganado tiempo para encarar varios frentes sin el batacazo económico que hubiese supuesto las tarifas en activo. La segunda economía de América Latina tiene menos de 30 días para sacudirse la amenaza arancelaria. En gran medida, eso s...
Desde su primer mandato, Donald Trump ha usado los aranceles como un arma para ganar batallas en otras trincheras. En el caso de México, el tráfico de drogas, incluido el fentanilo, y la migración. La decisión del republicano de aplazar un mes el arancel del 25% sobre todas las importaciones mexicanas es un balón de oxígeno para México. El Gobierno de Sheinbaum ha ganado tiempo para encarar varios frentes sin el batacazo económico que hubiese supuesto las tarifas en activo. La segunda economía de América Latina tiene menos de 30 días para sacudirse la amenaza arancelaria. En gran medida, eso significará redefinir su relación comercial con Estados Unidos, amparada bajo el paraguas del Tratado de Libre Comercio (TMEC). La revisión del acuerdo comercial está agendada para julio de 2026, sin embargo, los constantes amagos arancelarios de Trump y la evaluación interna que ha pedido Trump sobre el acuerdo han orillado de facto al Gobierno mexicano a ponerse a trabajar ya en su propio plan para salvaguardar el TMEC. La revisión del tratado es en 2026, pero fuentes oficiales no descartan que esta crisis precipite que ya este año inicien las negociaciones.
En sus primeros días de Gobierno, Trump publicó una serie de órdenes comerciales proteccionistas. En uno de estos memorándums solicitó al Departamento de Comercio el inicio de las consultas públicas de cara a la revisión del TMEC, agendada para julio de 2026, y hacer una evaluación del impacto del tratado para los trabajadores, agricultores y empresarios en general de ese país. “El secretario de Comercio y el Secretario de Seguridad Nacional de EE UU evaluarán la migración ilegal y los flujos de fentanilo desde Canadá, México, China y cualquier otra jurisdicción pertinente y recomendarán medidas comerciales y de seguridad nacional adecuadas para resolver esa emergencia”, indica el documento.
Altagracia Gómez, el enlace entre el empresariado y el Gobierno de Sheinbaum, coincidió este martes que el mecanismo denominado como “cuarto de junto”, cuya finalidad es apoyar al Gobierno de México en las renegociaciones del TMEC, será la herramienta para fortalecer las propuestas del país, de cara a las mesas de diálogo con los gobiernos de Canadá y Estados Unidos. “Oficialmente, la revisión es en 2026, pero las negociaciones pueden empezar en 2025 y México está listo, el equipo está listo, las y los empresarios están listos y entusiasmados”, comentó.
El Gobierno de Sheinbaum ha asegurado que en las próximas mesas de trabajo con EE UU defenderá las condiciones actuales del TMEC, antes TLCAN. El acuerdo comercial, firmado en 1994 por México, Estados Unidos y Canadá, y renovado en 2020, ha sido piedra angular para incrementar el flujo de envíos mexicanos al otro lado del Río Bravo y convertir a México en el principal importador de EE UU. Las exportaciones suponen más de una tercera parte del PIB mexicano. El año pasado, México exportó a Estados Unidos más de 505.805 millones de dólares en bienes y productos, un crecimiento de un 6,5% respecto al año anterior. Por otra parte, México recibió unos 334.00 millones de dólares en importaciones estadounidenses. El déficit comercial de Estados Unidos con México se ha profundizado este año al rebasar los 171.000 millones de dólares. Este desbalance comercial ha sido uno de los principales argumentos de Trump para amargar con un muro arancelario y solicitar a su gobierno una evaluación, a fondo, sobre el TMEC.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, declaró esta semana que su tarea será convencer a Estados Unidos del éxito del TMEC. “Es el más exitoso del mundo. Este mes es más que suficiente para llegar a un acuerdo en estos temas. La legislación en EE UU establece un proceso interno de evaluación del tratado. Lo nuevo es que Trump pidió para el 1 de abril una evaluación más amplia. Nosotros tenemos que trabajar de aquí a esa fecha para que esa evaluación tome en cuenta los argumentos de México”, dijo.
Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody‘s Analytics, explica que tanto el amago arancelario como la medida en pausa preparan el terreno para que el Gobierno de EE UU llegue a la mesa de negociación con una posición fortalecida frente a México y Canadá. “La narrativa, hasta ahora manejada por Trump, es más que nada una amenaza para poder obtener concesiones de las otras dos partes. Ese argumento de terminar con el acuerdo comercial ya lo usó durante su primera presidencia, pero él sabe, y sus asesores lo tienen bien claro, que romper el acuerdo implica un daño autoinfligido para la economía estadounidense. Por lo que creo que la probabilidad de acabar el acuerdo es pequeña.
El analista indica que los tiempos establecidos en la revisión marcan la fecha hasta el 1 de julio de 2026 y la Administración Trump requiere tiempo para escuchar las demandas de sus productores y empresas para poder armar una lista de demandas para los otros socios. “La modificación a esperar es que EE UU logre una mayor concesión de Canadá y México, e incluso, puede utilizar el argumento de pretender terminar con el TMEC para debatir la posición de los otros dos socios comerciales. Espero que el grupo de negociadores se haya preparado bien y hayan hecho la tarea completa, porque el ambiente de negociación va a ser muy ríspido y lleno de amenazas arancelarias y de ruptura del acuerdo”, argumenta Coutiño.
José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, afirma que en esta nueva Administración, Trump buscará que el TMEC pase de ser un acuerdo puramente comercial, a un convenio supeditado a temas de seguridad y migración. “Estados Unidos va a transitar de un acuerdo comercial a un acuerdo de seguridad comercial, en el que, además de cuestiones comerciales, financieras y laborales, se abordarán asuntos de seguridad, en torno a cárteles, migración y drogas”.
Los especialistas coinciden en que la atención de Trump se centrará en bloquear la llegada de importaciones chinas a su territorio vía México. Para ello, pedirá elevar el contenido regional de Norteamérica para limitar la participación de las importaciones chinas en los productos que exporta México hacia EEUU así como la homologación arancelaria de México, respecto al mercado estadounidense.
Con su política proteccionista, Washington está marcando la pauta a sus socios comerciales, Canadá y México, para acelerar la revisión del TMEC. La diplomacia arancelaria del Gobierno de los Estados Unidos, implementada a través de las ráfagas de acciones ejecutivas de Trump, es una realidad con la que México tendrá que lidiar los próximos meses y años. El golpe en la mesa del republicano, vía el amago arancelario, supone una nueva fase en la relación comercial en Norteamérica.