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Sheinbaum agradece el espaldarazo de López Obrador, pero no advierte las señales de crisis política que ameriten el regreso del expresidente

La mandataria, que goza de altos niveles de popularidad, afirma que la mayoría de los mexicanos respaldan su proyecto político, pues no hay divorcio entre pueblo y Gobierno

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha recibido con beneplácito el espaldarazo que le dio el domingo su antecesor en el cargo y mentor político, Andrés Manuel López Obrador, que reapareció tras un año de retiro de la vida pública para presentar, a través de un video, su esperado nuevo libro, Grandeza (Planeta, 2025). La mandataria ha dicho que, aunque agradece su respaldo, no advierte las señales de crisis política por las que López Obrador, según las palabras del expresidente, saldría a las calles y volvería a la política de masas: amenazas a la soberanía, un atentado a la democracia o intento de golpe de Estado. “Agradezco sus palabras. Afortunadamente, no estamos en ninguna de las tres circunstancias que planteó, y el pueblo de México está con el proyecto. Lo vemos todos los días. Lo dicen las encuestas (por si había alguna duda)”, ha afirmado en su conferencia matutina. “No está el escenario, ya veremos, y no creo que se presente, pero aquí analizamos todos los días la realidad de México”, ha insistido.

López Obrador había mantenido un estricto encierro tras entregar la banda presidencial a Sheinbaum, hace poco más de un año. Desde antes de retirarse, dijo que no haría apariciones públicas, en un esfuerzo por no estorbar a su sucesora. Adelantó que aprovecharía el tiempo escribiendo desde su rancho —en Palenque, Chiapas— un nuevo libro, dedicado a exaltar los méritos de las culturas indígenas de los territorios previos a la Conquista española. Los rumores de que López Obrador había terminado de escribir y que lanzaría su libro en diciembre comenzaron a arreciar en los corrillos políticos desde hace semanas. Se comentaba que saldría de su retiro y haría un recorrido por todo el país, lo que se entendía como una señal de que el expresidente veía debilidad en Sheinbaum y que consideraba necesario volver a la política.

Él mismo ha rechazado esa lectura este domingo, en que ha elogiado la gestión de Sheinbaum. Sin embargo, las señales han sido llamativas. López Obrador hizo su reaparición una semana antes de que Sheinbaum encabece una movilización de las bases de Morena, el partido oficialista, el próximo sábado, para celebrar un año del triunfo político del obradorismo y su llegada al poder. El expresidente mencionó entonces las razones por las que rompería su promesa de eremita, en el contexto de la ofensiva regional de Donald Trump, mandatario de Estados Unidos, justificada en la lucha contra el narco, y también del ascenso de la ultraderecha en varios países latinoamericanos, y su eco —aun tenue, pero creciente— en México.

Sheinbaum, una de las presidentas más populares en la historia reciente de México, ha despejado los nubarrones y ha destacado la vinculación entre su Gobierno y la población. “Somos un movimiento social que está en el poder. Porque no hay divorcio entre pueblo y Gobierno y además no renunciamos a nuestros principios, por los que siempre hemos luchado”, ha afirmado. “[Somos el movimiento] más importante, por lo menos del continente, si no es que del mundo. Aquí el pueblo defiende sus conquistas y se siente identificado con su Gobierno. Porque no hemos traicionado, ni vamos a traicionar, y vamos a seguir avanzando con la transformación. Y la verdad es que la mayoría de la gente está con el proyecto. Hay algunos que no, porque quieren mantener sus privilegios. Pero el pueblo está unido, fuerte, y el movimiento va avanzando. Eso es lo que nos da la fuerza”, ha señalado.

Antes de dejar el cargo, López Obrador marcó a su sucesora la pauta a seguir en su Gobierno para garantizar la continuidad de Morena en el poder. En resumen: forjar un pacto irrompible con los pobres, que no con la oligarquía; no “zigzaguear”, en el sentido de no ablandar la política a favor de las clases bajas; y no faltar a los principios fundacionales del morenismo: honradez, frugalidad y devoción por el trabajo. López Obrador se lo dijo directamente a Sheinbaum, según contó la presidenta en su propio libro, Diario de una transición histórica. La mandataria ha recordado este lunes que ha seguido la receta obradorista. “Nos mantenemos, porque la gente sabe dónde estamos, qué hacemos, que trabajamos todos los días por el bien del pueblo de México, que no nos rendimos nunca, que avanzamos con la transformación y que no hay traición. El día en que la gente nos llegaría a quitar su apoyo, es porque traicionaríamos al pueblo, y eso no va a ocurrir, porque lo hacemos por convicción. Vamos bien”, ha asegurado.

Sheinbaum, que cumple su primer aniversario en el cargo, ha dicho que le ha dado gusto ver a López Obrador con buena salud, a sus 72 años. La mandataria ha recordado que López Obrador solía enseñar que la política implicaba momentos para reflexionar y otros para actuar. “Y muchas veces nos dijo: ‘no es momento para tanto pensamiento, es momento para la acción’. Ahora a él le toca un momento de reflexión, pero sigue luchando desde donde está. Nos dio mucho gusto verlo”, ha compartido. Sheinbaum ha recomendado a la gente leer Grandeza, que ha anticipado, seguramente “será polémico”.

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