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Los últimos consejos de López Obrador a Sheinbaum: “Vas a ser muy querida. Confía en el pueblo, no te alejes de él”

La presidenta de México publica las memorias de sus últimos días con el dirigente izquierdista, que le hizo recomendaciones sobre la política de seguridad y la relación con Trump

La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha publicado Diario de una transición histórica (Planeta, 2025), un libro en el que relata sus últimos días con su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, fundador de Morena y su mentor político. El año pasado, tras su triunfo electoral, convertida en presidenta electa, Sheinbaum acompañó los fines de semana a López Obrador en sus giras por los Estados, en el periodo de transición del Gobierno. De esos días juntos ha nacido la publicación, escrita, como dice el título, en clave de diario, una conjunción de crónica y mirada íntima. En esos viajes, el expresidente se despedía de sus votantes y, de paso, derramaba su carisma político en Sheinbaum, con quien compartía tiempo a solas para contarle anécdotas y darle consejos para gobernar. La hoy presidenta escribió en poco más de 200 páginas sus impresiones de esos encuentros, a veces con emotividad. “Estamos por concluir una gira histórica. Los días se vuelven más melancólicos; una parte de mí desearía que no terminaran nunca”, dice hacia el final del libro.

Desde que dejó la presidencia, López Obrador se retiró rigurosamente a su casa en Palenque, Chiapas, una señal de deferencia a Sheinbaum, la primera mujer en gobernar México. La mandataria ha acompañado a López Obrador más de dos décadas, desde que este la invitó a formar parte de su Gabinete en el Gobierno de Ciudad de México, donde fue alcalde a inicios del milenio. La fraternidad se advierte en las páginas del diario de Sheinbaum, que siempre deja intacto el lugar de López Obrador como estadista, dirigente político y brújula moral. El fundador de Morena le dio en aquellos días juntos palabras de aliento y recomendaciones de iniciativas a las que dar continuidad.

“Recuerdo que le dije al presidente: ‘Usted es un genio político, espero poder tener el cariño del pueblo y la habilidad para enfrentar las adversidades”, relata. “Él respondió con serenidad: ‘Vas a ser muy querida, confía en el pueblo, no te alejes de él. […] No olvides nunca que, cuando se tienen dudas entre una u otra decisión, los principios son la salida”. Sheinbaum reflexiona: “Son enseñanzas que marcan, no solo a quien gobierna, sino para la vida misma”.

López Obrador le aconsejó sobre la política de seguridad. “Con honestidad, sin permitir la colusión con el crimen y fortaleciendo las labores de inteligencia, vas a poder”, le dijo. “Tienes temple, sé fuerte, no olvides que estar bien con uno mismo es indispensable para la titánica tarea que vas a emprender”. A propósito, Sheinbaum intenta despejar la creencia de que intervino para impulsar la carrera al Gobierno de Ciudad de México de Omar García Harfuch, su actual secretario de Seguridad, en detrimento de Clara Brugada. “Nunca apoyé personalmente a uno u otro”, afirma.

Sheinbaum también fue aconsejada sobre cómo llevar una buena relación con el temperamental Donald Trump, para entonces presidente electo de Estados Unidos, con el que López Obrador mantuvo una funcional colaboración durante el primer mandato del republicano. “Solo recuerda siempre tus principios y no te pelees. No va a haber ningún problema”, le dijo. En otra ocasión, hablando también de la relación con Washington, Sheinbaum le adelantó que iba a cooperar con su homólogo, pero sin subordinarse, tal como había hecho él. “Qué bueno que tengas carácter, que te vayan conociendo”, le dijo López Obrador. “Te conozco y sé que jamás vas a agachar la cabeza”.

La presidenta, a veces solo testigo, a veces personaje central de aquellas visitas, comparte también reflexiones íntimas. Por ejemplo, cuenta cómo se sintió inflamada por el afecto de la gente en Chiapas: “El cariño que recibo me llena de energía. Solo pienso sin aliento: ‘No puedo fallar, no puedo fallar”. En otra visita a Veracruz, un halago de López Obrador la conmovió: “La manera en que se refirió a mí fue tan emotiva que aún me provoca lágrimas al escribir estas líneas”. Luego, en Nayarit, frente a otro reconocimiento que le dirigió el mandatario: “Me sentí halagada y, hasta cierto punto, abrumada. No estoy acostumbrada”.

Sheinbaum registra en el diario su mirada sobre López Obrador, al que a veces se refiere como AMLO, por las siglas de su nombre. “El humanismo y la ética de AMLO contrastan con la miseria humana de algunos medios o dirigentes de oposición”, dice. Y en otro punto: “Nunca podrán vincular a AMLO con la corrupción. Lo mismo ocurre en mi caso”. Apunta: “Él es el origen. Nosotros, la continuidad”. Y también: “Hay una envidia profunda de lo que AMLO hizo en estos seis años”. Fueron casi cuatro meses de transición y de viajes cada fin de semana. Sheinbaum convivió a veces con la esposa de López Obrador, Beatriz Gutiérrez, y con algunos de sus hijos. Conoció su casa en el rancho La Chingada, sus árboles y la habitación donde el exmandatario está escribiendo un libro, el último, según ha dicho él.

En Oaxaca, ella le comentó su decisión de no invitar al Rey de España a su toma de posesión, continuando la tensión diplomática que surgió por la petición de López Obrador de que el monarca se disculpara por la Conquista. La mandataria relata los intentos del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por hacerla reconsiderar, y su postura firme en el no. Sheinbaum y López Obrador estaban en Hidalgo cuando se enteraron del atentado contra Trump. Estaban en Sinaloa cuando se difundió la carta en la que Ismael El Mayo Zambada revelaba detalles de su secuestro y posterior traslado a EE UU, y la posible vinculación del gobernador de ese Estado, el morenista Rubén Rocha, con ese turbio episodio.

López Obrador le aconsejó salir a los Estados todos los fines de semana, como hizo él. Le dijo: “Al estar en la ciudad y en Palacio Nacional, sientes la presión. La cobertura de los medios que se dicen nacionales en realidad es de la zona metropolitana; en cambio, cuando sales a los Estados con la gente, es como un bálsamo. Te llenas de energía y de ánimo para toda la semana”. Sheinbaum, ya como presidenta, hace giras fuera de la capital cada fin de semana para supervisar obras y sostener asambleas públicas. Cuando le quedaban pocos días al sexenio de López Obrador, se despidieron. Ella recuerda: “Lo abracé, le di las gracias. Me abrazó. Son muchos años de caminar con el dirigente y con el querido presidente. Recorrí el camino a mi casa con muchas lágrimas en los ojos. Andrés Manuel López Obrador, gracias por tanto, hasta siempre. Espero encontrarnos muy pronto. Tal vez cuando termines tu siguiente libro”. El de ella, ahora, aquí termina.

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