Arrestado un militar por el presunto abuso sexual de una niña de nueve años en Cozumel
El alcalde de la ciudad, en Quintana Roo, responsabiliza a los padres “por dejar sola a una menor en sábado, de noche, y cuando la gente ya tomó sus tragos”
Una niña de 9 años que vendía frituras cerca del cuartel militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en Cozumel, Quintana Roo, fue agredida y presuntamente abusada sexualmente por un militar en activo de esa corporación, la noche del pasado sábado en el interior de esa comandancia. La noticia del ataque fue rápidamente conocida por los pobladores, que se trasladaron de forma masiva en autos y motocicletas al lugar para protestar y exigir que no hubiera impunidad en el caso. Un grupo de manifestantes comenzó a arrojar piedras al complejo militar, quemó basura y se enfrentó en un tenso intercambio de gritos y hasta disparos al aire con algunos elementos de seguridad. Este lunes, la Fiscalía del Estado confirmó que el militar acusado, Jairo N, ya fue arrestado.
Le prometieron uniformes y útiles escolares para que llegara a su primer día de escuela. Y para que, según les dijeron a los padres de la menor, no volviera a tener la necesidad de trabajar. Esa fue una de las respuestas que el Gobierno local le dio a la familia de la niña atacada dentro de las instalaciones militares.
La otra respuesta, la que dio José Luis Chacón, el presidente municipal de Cozumel, a los medios locales, causó todavía más indignación: “No se puede dejar sola a una menor, menos sábado, de noche, cuando desafortunadamente la gente ya tomó sus tragos, cuando la gente está yendo y viniendo... y ven a una niña sola, en la calle. No es correcto. Perdón lo que voy a decir, si ven a un menor vendiendo chicharrones, dulces o chicles, no les compren porque lo que vamos a ocasionar es que haya más y que andan solas y solos, y no podemos permitir que a altas horas de la noche, fin de semana, sigan andando solos”, dijo el edil de Morena.
De acuerdo con algunos testimonios, incluyendo el que dieron los padres a un medio local, la niña vendía chicharrones cerca de la guarnición militar, cuando fue abordada por el hombre que se trasladaba en su moto. La subió con él y la llevó hacia la base en las instalaciones de la Sedena, en una casa que presuntamente es donde vivía el acusado con su familia. Le abrieron la pluma de vigilancia, y testigos presenciaron cómo entró al complejo con la pequeña en su moto. Una vez en la casa, la presentó con otras menores, que presuntamente son sus hijas, para después volver a sacarla de la casa, hacerle tocamientos inapropiados y amenazarla con que si gritaba, mataría a su mamá.
En una entrevista transmitida en redes sociales, una periodista local, del medio Código Rojo, de Cozumel, la madre de la pequeña relata: “La llevó a su casa, donde mi niña relata que hay tres niñas más. Una como de su edad y dos jóvenes como de 14 y 15 años. Las presenta como sus hijas, y él le dice que la traten bien. Mi hija me comentó que es ahí donde la toca frente a las niñas”, dice. De acuerdo con estas declaraciones de los padres, que son vendedores también en esa zona, el militar se trasladó dentro del mismo complejo a una región de monte, donde ocurrieron otros tocamientos. Después la aventó desde el vehículo en movimiento, ella salió corriendo de las instalaciones.
La niña, con golpes y raspones en su cuerpo, aterrorizada, corrió a pedir ayuda a la gente que pasaba cerca. Los padres han desmentido algunas de las primeras declaraciones del edil morenista, que intentó culparlos por dejar sola a su hija. Pidieron empatía a quienes hicieron eco de esos dichos y agradecieron también el apoyo que recibieron de la ciudadanía para que el presunto responsable fuera rápidamente entregado por las autoridades militares, el Ministerio Público.
La indignación, que congregó a decenas de ciudadanos tras algunas horas del ataque, se convirtió en protesta y luego trascendió al saqueo de la tienda de la Sedena, ubicada a unos metros de la base militar. Ante la creciente tensión y la exigencia de respuestas por parte de los ciudadanos, el general encargado de la guarnición, Armando Toscano Yáñez, salió a tratar de tranquilizar la multitudinaria manifestación: “Recibimos el reporte, y ustedes, en su derecho de petición, lo están haciendo, solo les pedimos que sean respetuosos de la instalación y de la institución. Nosotros vamos a hacer las indagatorias correspondientes, téngalo por seguro”, dijo, pero fue interrumpido varias ocasiones por los gritos de los asistentes enfurecidos que le pedían que actuara de forma inmediata.
De acuerdo con los primeros peritajes que han dado a conocer las autoridades locales, la niña fue violentada y agredida, pero no se puede confirmar que haya sido violada. “El abuso está, pero los análisis dicen que no [que la violación no ha sido concretada]”, ha confirmado en una entrevista este lunes el alcalde Chacón a Fórmula Noticias.
En esa misma intervención, el alcalde vuelve a mencionar que durante el ataque, los padres de la niña estaban en su casa. Una versión que ha sido fuertemente criticada por la familia de la menor, que insiste en que ellos estaban, como de costumbre, atendiendo su negocio, que transportan en un triciclo con productos a la venta, en esa zona. La madre de la pequeña asegura que era costumbre que cuando ellos se colocaban en los puntos claves de la plaza, su hija caminaba cerca para vender bolsitas de frituras. Asegura que es muy probable que la pequeña se haya quedado jugando con otras niñas vendedoras de artesanías o que simplemente se retrasó.
Hay varias irregularidades que los padres de la pequeña han denunciado. Una de ellas es que la madre aseguró que la abogada que le tomó la declaración la quería obligar a que declarara que ellos conocían al militar como un “cliente” habitual. “Quisiera hacer público que si algo me llega a pasar a mí o a mi familia, hago responsable a la milicia, a la Fiscalía y al presidente municipal. Porque nos han hostigado”, dijeron los padres.