Ariel Camacho, la fugaz estrella que inspiró el corrido moderno

El joven artista sinaloense falleció hace 10 años en un momento de notoriedad en su carrera. Una década después, representa una de las inspiraciones clave para los nuevos artistas del género

Ariel Camacho en una imagen sin datar.arielcamacho_oficial

A Ariel Camacho le pusieron el sombrero casi por obligación. Era 2012 y el cantante se reunió en Los Mochis, Sinaloa, con el representante Jaime González, padre de Christian Nodal. “Iba con dos chavos más, y ahí me cantaron un corrido y una canción y con eso tuve”, contaba González hace unos días en entrevista con Billboard. El mánager lo firmó en su equipo y aquel joven humilde, vestido con guaraches, gorra y pantalones de Levi’s pronto sorprendió con su músic...

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A Ariel Camacho le pusieron el sombrero casi por obligación. Era 2012 y el cantante se reunió en Los Mochis, Sinaloa, con el representante Jaime González, padre de Christian Nodal. “Iba con dos chavos más, y ahí me cantaron un corrido y una canción y con eso tuve”, contaba González hace unos días en entrevista con Billboard. El mánager lo firmó en su equipo y aquel joven humilde, vestido con guaraches, gorra y pantalones de Levi’s pronto sorprendió con su música al panorama regional. Su carrera musical terminaría solo tres años después, el 25 de febrero de 2015, cuando Camacho falleció en un accidente de coche en el municipio sinaloense de Angostura. Tenía 22 años. Pero no quedó ahí. Diez años después, ese fugaz estrellato le ha convertido en la inspiración directa de los artistas actuales, que ven en él la semilla de la que han brotado las variantes modernas del corrido.

Tras la reunión en Los Mochis, el representante le dijo a Camacho que los artistas de la música sierreña –variante en la que predominan los instrumentos de cuerda– cantaban con sombrero y botas. “Él quería andar con los zapatos de Ferragamo y de saquito, así como andaban de moda en aquel tiempo. Le pusimos el sombrero casi a la fuerza y luego ya no se la quería quitar”, recordaba en la entrevista. Aquella ruptura con la estética norteña que impregnaba al género era la muestra de un cambio generacional, que terminaría por plasmarse con los músicos actuales, a base de gorras de visera plana y tenis deportivos.

El legado de Camacho (Guamúchil, Sinaloa) quedó plasmado en El Karma (2015), un disco de culto en el género moderno, que ha sido honrado y versionado por artistas como Natanael Cano, Gabito Ballesteros o Peso Pluma; y ha calado también en músicos alternativos como Ed Maverick. Letras sobre el amor, el desamor o el narcotráfico conforman las 14 canciones del álbum, temas que serían clave para el surgimiento de los corridos tumbados. El perfil de Spotify del Ariel Camacho y Los Plebes del Rancho aún acumula más de seis millones de oyentes en Spotify, una cifra superior a la de otros músicos del regional como Chalino Sánchez o Paquita la del Barrio.

Una camioneta aparca a las puertas del Oxxo

Los primeros tanteos musicales de Camacho comenzaron desde muy joven. Aprendió a tocar la guitarra con su padre y en la secundaria entró a un grupo de música cristiana. Allí conoció al guitarrista César Sánchez, El Tigre, con el que después entablaría una estrecha amistad y formaría su banda, Ariel Camacho y Los Plebes del Rancho. “Él me busca, recuerdo que varias personas me lo dijeron. Le pasaron mi número, y me dijo que necesitaba alguien que tocara la guitarra y cantara la segunda voz. Le dije que sí”, narra Sánchez a este diario.

Tras esa conversación, se vieron en un Oxxo. Camacho bajó de una camioneta azul y charlaron ahí mismo: “Me dijo que tenía el cumpleaños de un amigo en común, que si le tocábamos un poco [algunas canciones]. Yo le dije que sí, que con mucho gusto”. Fue allí, en la cochera de ese buen amigo, donde, al ritmo de versiones de temas de Miguel y Miguel, dieron su primer concierto. “Recuerdo que desde la primera canción que cantamos, las voces hicieron un match bien bonito, hicieron magia. La gente que estaba ahí, nos preguntaba: ‘Muchachos, ¿cuánto tiempo tienen ustedes tocando como banda juntos?’. Le dijimos que era la primera vez”, cuenta con brillo en los ojos.

El Tigre asegura que Camacho era alguien especial, de esas personas que lograba empatizar al momento: “Tenía una estrella muy grande con las personas. Siempre caía bien. Tenía una conexión muy chingona”. Esa estrella aparecía también en su faceta como artista. Natanael Cano, precursor de los corridos tumbados –subgénero que mezcla el corrido tradicional con las influencias urbanas– nunca ha negado las influencias de Camacho en el surgimiento de la variante que ha revolucionado la música mexicana. “[Recordar su muerte] siempre me hace llorar. Es la única persona por la que he llorado en mi vida, de verdad. Lo admiro. Nunca lo conocí al güey”, confesaba Cano entre lágrimas en un documental de Amazon publicado en noviembre.

Sánchez mantiene que Camacho rompió las barreras tradicionales: “Antes se necesitaba tener muchos integrantes para una banda, hablo del regional mexicano. Él se abrió el paso con su guitarra […] Creo que puso las bases, las raíces de este árbol, de esta nueva moda; entonces, todos estos chavos [los de los tumbados], son los brazos que ha dado este gran árbol”. Para Luis Omar Montoya, historiador del CIESAS especializado en música, la llegada de Ariel Camacho supone una renovación del panorama del momento. “Llega él, un muchacho muy joven, veinteañero, y eso sin duda ha motivado a muchas generaciones. Es una de las razones por las que se convierte en una inspiración”, asegura.

Ariel Camacho puso las raíces de este árbol, de la nueva moda. Todos estos ‘chavos’ de los tumbados, son los brazos que ha dado este gran árbol
César Sánchez, 'El Tigre'

El repunte del grupo llegó entre 2014 y 2015, años después de que los corridos alterados y los corridos progresivos pusiesen al género en el foco de la polémica por el contenido violento y explícitas de sus letras. La temática de Camacho pasó por el romance, pero no dejó de narrar las historias de narcotráfico que leía, aunque sin crudeza. “Si no lo sentía, no lo grababa. Siempre le cantó al amor y al desamor, y también manejábamos corridos de relatos que saliesen en las noticias”, dice. González también menciona los “corridos con mensaje”, de superación, y asegura que los alterados y progresivos no eran del gusto del cantante.

Para el historiador, la llegada de Ariel Camacho a la disquera DEL Records –impulsora de los progresivos– supone “una vuelta a las raíces”, un intento de volver desde los corridos más violentos a los corridos tradicionales. “La propuesta de Ariel Camacho es una mezcla entre la música campirana de guitarras [en que se exponen canciones rancheras, canciones románticas] y el llamado sierreño. Surge en esta coyuntura que me parece fundamental, en el momento en que la gente ya busca otra opción al movimiento alterado [una variante contemporánea al progresivo, de similar temática]”.

La llamada del desastre

En la madrugada del 15 de febrero de 2015, González despertó con una llamada de su hermana, por entonces periodista de notas policíacas. “Me dice: ‘Hermano, me están diciendo que falleció Ariel en un accidente”. Él lo negó, ya había leído noticias falsas parecidas antes. Se levantó de la cama y viajó a Angostura, ubicado a unos 15 kilómetros de Guamúchil, donde falleció, para ver si lo que le decían era real. “Allá me dicen los policías que ya lo habían pasado a una funeraria. Es cuando me cae el 20 [me entero] de que sí fue cierto. Me regreso a Guamúchil a darle la noticia a los papás, pero no podía hablar de como andaba de dolido”, dice.

En el panteón de Alhuey (Angostura) se erige un mausoleo en el que la silueta de una gran guitarra da paso a una especie de altar con la foto de Ariel Camacho. Por allí han pasado diferentes artistas para visitar la tumba del cantante sinaloense. Y fue ahí donde, el pasado martes, diez años después de su muerte, el grupo recordó a Camacho cantando por primera vez en vivo El Plebe del Rancho, un tributo compuesto por Danilo Avilez: “No me fui, no me lloren / Sigo vivo en cada una de mis canciones. La letra provocó el llanto emocional de la madre.

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