Cempasúchil en disputa: la flor de los muertos mexicana en manos del mercado chino

Una empresa asiática alcanzó los 500 millones de dólares anuales en venta de la flor y su principal comprador es México, a pesar del incremento del 728% en la producción de los últimos cinco años en territorio nacional

Vista de los campos de cempasúchil en Atlixco, Puebla, en noviembre de 2024.CAMILLE AYRAL (REUTERS)

Cualquier persona extranjera que haya caminado sobre avenida Reforma, en Ciudad de México, a finales del mes de octubre y principios de noviembre reconoce la flor de cempasúchil. Tiene tonos amarillos, rojos y anaranjados. Es aromática y pomposa. Para los mexicanos, es un símbolo característico que decora los altares con los que se recuerda a los muertos. Está compuesta de dos palabras náhuatl: cempoalli – ‘veinte’ o ‘muchos’– y xóchitl – ‘flor’–. Es la flor de los difuntos, la flor que adorna a México. Sin embargo, China se ha adueñado del negocio, vendiendo más que los productores mexicanos y su principal comprador, irónicamente, es México.

A finales de octubre de 2024, el presidente del Consejo Mexicano de la Flor, Federico Martínez Martínez declaró que esperaban una derrama económica de 350 millones de pesos para el sector con la producción de este año. Sin embargo, la empresa china Guangzhou Leader Bio-Technology ha producido más cempasúchil deshidratado que México, lo que equivale a una venta anual de 500 millones de dólares, según el medio Forbes.

De acuerdo con la misma publicación, el catedrático José Luis Sánchez Millán, de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, China ha desarrollado en los últimos 20 años una industria basada en ingeniería genética, lo que ha permitido al gigante asiático vender la flor en distintas regiones del mundo.

Guangzhou Leader Bio-Technology es una empresa de alta tecnología “líder en investigación, producción y operación en el campo de los pigmentos para pienso para aves de corral y acuicultura”, se lee en su página web. También afirman ser el único fabricante de pigmentos naturales autorizado en China.

La flor de cempasúchil no sólo sirve para adornar altares, posee también “usos medicinales para el tratamiento de padecimientos digestivos, fiebre y enfermedades respiratorias. Asimismo, se ocupa para cuestiones de la piel, como verrugas, salpullido y llagas. Con la xóchitl también se puede obtener colorante natural para teñir prendas o alimentos. Los avicultores la utilizan como alimento para intensificar el color amarillo en las aves y en la yema de sus huevos”, como hemos informado en este diario.

El mercado de la flor de los muertos se ha multiplicado por ocho en los últimos cinco años: de cultivar 664,000 plantas en 2018, Ciudad de México cerró 2023 con una producción de 5,5 millones de flores de cempasúchil que no solo se consumen localmente, también se venden en una veintena de Estados. Esto equivale a 728% de incremento del producto.

Puebla es la entidad que más cempasúchil produce al año. Cuenta una superficie de sembradíos de 1.555 hectáreas, y de acuerdo con información publicada por el Gobierno de México, superó las 14.900 toneladas de flores en 2019.

Pero, ni con estas cifras México ha podido hacer frente a la producción y venta de China, que ha sacado provecho a los usos de la flor pomposa y ha capitalizado sus ganancias en una cifra millonaria a pesar del aumento en la producción y venta de cempasúchil registrado en estos últimos años en tierras mexicanas.

Los asiáticos van a por todo: La industria automotriz, farmacéutica, tecnológica. Ahora, tras invertir durante décadas en la producción basada en ingeniería genética, se han adueñado de la venta del símbolo mexicano de noviembre.



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