Pato O’Ward, tras correr en el Gran Premio de México: “Me quedo con muchas ganas de regresar”
El mexicano, de 25 años, prueba durante unos minutos el coche más potente y codiciado de este año en la Fórmula 1 en el Autódromo Hermanos Rodríguez
De fenómeno a fenómeno. Patricio O’Ward ha corrido en la Fórmula 1 en casa ante los suyos en unas prácticas libres que han sido celebradas en las gradas del Autódromo Hermanos Rodríguez. El regiomontano ha tomado, aunque haya sido durante una 21 vueltas, la estafeta del ídolo mexicano, Checo Pérez, para ganarse el cariño de la gente en el Gran Premio de México. Por unos instantes compartieron la pista, aunque la primera práctica tuvo sus sobresaltos con dos banderas rojas que cortaron el tiempo para que Pato se pudiese mostrar. “Me quedo con muchas ganas, estoy contento de estar acá en casa”, contó, aunque se quedó con un sinsabor: “No me pude concentrar mucho porque [los ingenieros] me estaban llame y llame: ‘Cámbiale esto, cámbiale esto’. Estaba cambie y cambie botones. No me pude concentrar en voltear [hacia las tribunas]”.
Fue el viernes de Pato O’Ward (Monterrey, 25 años). Había una legión de aficionados vestidos del naranja chillante del equipo inglés, aunque es cierto que estaba también motivado debido a que McLaren ha renacido en este año en el que lideran el Mundial de constructores. Pato estaba un tanto nervioso. Olvidó algo antes de salir a pista y volvió corriendo. El mexicano saludaba a los aficionados en los palcos con una sonrisa contenida. Eran nervios de novato, pero en realidad ya había debutado en una práctica libre en 2022 en Abu Dabi. Era difícil ocultar las mariposas en el estómago. Cuando el auto naranja de O’Ward pasó por la zona del estadio en el autódromo se llenó de aplausos. Había adolescentes que mostraban letreros de “¡Vamos Pato!” o “Pato, who?”, con esperanza de que le vieran entre el tumulto, una tarea inmensamente compleja para un piloto que quería disfrutar de sus primeros kilómetros a bordo de un F1 en casa.
Apenas nueve minutos del inicio de la sesión hubo bandera roja porque había elementos en el asfalto que podían causar daños en el auto. Después de la obligada pausa, O’Ward volvió a meterle velocidad, a sentir con algo de precaución la alta velocidad de un F1. Pasaron los minutos y Alex Albon, de Williams, perdió el control del auto y terminó por impactarse en el muro. Otra vez se detuvo el movimiento de los coches más veloces del mundo, pero el reloj siguió a lo suyo. “Gran golpe, gran golpe”, dijo a través de la radio. Horas después aseguraría que “me tocó ver el trancazo de frente”.
A falta de 13 minutos de que se agotara el tiempo, los mecánicos volvieron a mandar a pista al regiomontano. Su mejor vuelta le mandó en un parcial undécimo puesto. “¿Qué tal otra vuelta? Una lenta”, pidió el mexicano. “Estamos felices con eso”, le respondió el ingeniero, quien todo el tiempo le llamó por su apodo, Pato. La sesión terminó con un decimotercer puesto para O’Ward, mientras que Pérez fue décimo. “Gracias a todos, muchas gracias”, contó en la radio. “Valoramos el trabajo. Gran trabajo con el cambio de piso.” O’Ward contó que el equipo le montó un programa de conducción normal de fin de semana, le decían “Pato, no intentes ir muy rápido. Necesitamos información que es importante para el resto del fin de semana”. También le tocó probar ese nuevo piso en el McLaren de Lando Norris. “Los ingenieros me dijeron: esto es un nuevo piso, ¡por favor no choques! No choques, no presiones al límite. Me gusta encontrar el límite del coche, pero no hubo nada de eso hoy”, contó a los periodistas. O’Ward, ya más relajado tras la práctica, compartió la retroalimentación que recibió de sus jefes: “Están felices con el trabajo que hice. No puedo esperar a manejar de nuevo el coche, espero sea antes de que termine el año”.
O’Ward tiene un contrato con McLaren Arrow en la IndyCar, en Estados Unidos, algo así como la Fórmula 1 de Estados Unidos. Y, cuando termina la temporada, se une como piloto de pruebas en la Fórmula 1. Sus posibilidades de quedarse en la F1 son limitadas porque los conductores de McLaren son jóvenes: Lando Norris (24 años) y Oscar Piastri (23). Tendría que buscarse un sitio en otro equipo, pero para 2025 el equipo está lleno. El límite para decidir será en el 2027 porque los asientos en la F1 están disputados.
“Tengo objetivos: la Indy500 [una de las grandes carreras en Estados Unidos]. Esa es la que quiero ganar. ¡Es la carrera! Me encantaría ver un reto en la Fórmula 1. No me gusta planear hacia el futuro, si algo he aprendido es que no puedes planear nada. Por ahora, estoy disfrutando cada momento”, admitió. “Yo ya soy líder del automovilismo mexicano. Sé que muchos ven la F1 como lo más grande, pero al final del día la IndyCar, si llega a lo que era hace 20 años, está a la par. Mi sueño es estar en la Fórmula 1. No lo veo como un fracaso si no llego”, lanzó el piloto que no paraba de irradiar la felicidad de correr, por fin, en casa.