Más de 3.000 asesinadas al año en México: la violencia contra las mujeres se ceba con las más jóvenes
En los últimos años han aumentado los delitos sexuales contra niñas y adolescentes, así como la violencia familiar, la trata y los feminicidios
Emilia tenía 14 años cuando desapareció camino de la escuela en Apatzingán, Michoacán. Su madre y su familia denunciaron su desaparición, bloquearon carreteras desesperados y salieron a marchar para exigir a las autoridades su regreso a casa. Nada de eso dio resultado. El cuerpo de la joven fue encontrado seis meses después en un terreno baldío. Su historia se suma a la larga lista de niñas, jóvenes y mujeres que son asesinadas cada año en México con total impunidad. Una ...
Emilia tenía 14 años cuando desapareció camino de la escuela en Apatzingán, Michoacán. Su madre y su familia denunciaron su desaparición, bloquearon carreteras desesperados y salieron a marchar para exigir a las autoridades su regreso a casa. Nada de eso dio resultado. El cuerpo de la joven fue encontrado seis meses después en un terreno baldío. Su historia se suma a la larga lista de niñas, jóvenes y mujeres que son asesinadas cada año en México con total impunidad. Una violencia feminicida, que lejos de acabarse, ha aumentado en los últimos 30 años, por más que los gobiernos se empeñen en resaltar algunas bajadas puntuales y se enfrasquen en una guerra de cifras cada vez que llega el 25 de noviembre, Día para la erradicación de la Violencia contra las Mujeres.
La realidad es que la violencia machista sigue ahí y afecta a las mujeres desde que nacen. Cada año en el país son asesinadas más de 3.000 mujeres, niñas y adolescentes, aunque solo alrededor de un 24% de esa cifra se contabiliza como feminicidios. “Las autoridades quieren plantear que los feminicidios y las desapariciones están disminuyendo cuando los contextos de violencia que viven las mujeres son más graves y más complejos. Pero lo que no están haciendo es subir los datos adecuadamente para que no aparezcan en los registros”, denuncia María de la Luz Estrada, directora del Observatorio Nacional del Feminicidio.
Las organizaciones feministas y de la sociedad civil, sin embargo, señalan que es muy probable que ese número sea mucho mayor por los problemas que existen en las fiscalías y los tribunales para investigar y juzgar con perspectiva de género. Y por qué no decirlo también, por la falta de voluntad a la hora de desarrollar políticas públicas y asignar recursos en el presupuesto. “De todas las asesinadas, el 50% tiene características de feminicidios”, apunta Estrada, lo que elevaría la cifra de feminicidios, según estos cálculos, a más de 1.500 cada año. Hasta el mes de octubre, las fiscalías de los Estados contabilizaron en México 694 de estos asesinatos misóginos.
Un reciente estudio publicado por el Instituto Nacional de Estadística (Inegi) señala que a la par, en los últimos años, se ha producido un incremento de los delitos sexuales contra niñas y adolescentes, las denuncias por violencia familiar, los delitos de trata de chicas muy jóvenes y los feminicidios infantiles. En total 59.141 delitos, solo en 2022, donde la víctima tenía entre 0 y 17 años. “Cada vez observamos que las víctimas son más jóvenes, lo que es muy alarmante. Muchas de las jóvenes desaparecidas, entre los 15 y los 17 años, están vinculadas a delitos de trata”, agrega Estrada.
Por ejemplo, en las menores de 5 a 9 años el abuso sexual ocurre casi tres veces más que en los niños, mientras que las chicas de 15 a 17 años fueron abusadas ocho veces más que sus pares varones. En 2022, de acuerdo con datos de las Fiscalías Generales de Justicia estatales, el delito de violación registró su máximo en el grupo de 10 a 14 años y ocurrió más en niñas que en niños de esta edad, con 7.142 denuncias interpuestas.
La violencia que enfrentan las mujeres y las niñas se ha considerado un problema generalizado y devastador que se empieza a sufrir a edades alarmantemente tempranas. Se trata de una situación que se gesta desde las primeras etapas de la vida y que afecta la salud y el bienestar de quienes la padecen, incluso mucho tiempo después de haber sido violentadas. Esta exposición a la violencia desde la infancia puede convertirse en un fenómeno que les afecte al resto de su vida y que provoque tolerancia, normalización e, incluso, reproducción de esas mismas conductas.
A medida que las mujeres crecen, la violencia también aumenta. El Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal (CNPJE) de 2023 muestra que en el caso de las niñas y adolescentes de 0 a 17 años, la violencia familiar también es el delito que ocurre con más frecuencia, con 22.271 casos este año, en el que se registraron 2.588 delitos con víctimas niñas de 0 a 4 años y 8.058 casos en adolescentes de 15 a 17 años. Así, la violencia familiar ocurre aproximadamente el doble de veces en las niñas que en los niños y se incrementa conforme las mujeres se hacen adultas. Por el contrario, en los hombres disminuye durante la última etapa de la adolescencia.
Cualquier cifra en torno a la violencia machista suele quedarse corta en México. Actualmente entre diez y 11 mujeres son asesinadas al día, la tasa de impunidad supera el 95% y tan solo una de cada 10 víctimas se atreve a denunciar a su agresor por miedo y falta de confianza en las autoridades. Estrada critica que solo la mitad de las carpetas de investigación por feminicidio de las fiscalías acaban ante un juez y, de esas, solo el 20% reciben una sentencia. “El propio sistema por la ineficacia que tiene en las condenas crea una expectativa de que da igual matar a una mujer. Al final del día parece que nadie te va a condenar e incluso se cuestionará más el papel de la víctima que el del asesino”, denuncia Helena Monzón, hermana de Cecilia Monzón, abogada asesinada en Puebla. Este caso, como el de muchas mujeres, lleva dos años sumido en un laberinto burocrático que impide juzgar al probable feminicida, el político Javier López Zavala.
El relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias de la ONU, Morris Tidball-Binz, advirtió en su último informe especial que, cada año, decenas de miles de niñas y mujeres, incluidas mujeres trans, son asesinadas en todo el mundo a causa de su género y señaló que esta violencia se ha convertido “en una epidemia mundial” porque los gobiernos no se la toman en serio. “[Más mujeres] corren el riesgo de morir a causa de la violencia de género porque los Estados no cumplen con su deber de proteger eficazmente la vida de las víctimas y garantizar su seguridad”, afirmó y pidió que las investigaciones tengan en cuenta la perspectiva de género para contabilizar los feminicidios como tal y se garantice la rendición de cuentas.
Cientos de mujeres tomarán este 25 de noviembre otra vez las calles del país para exigir justicia y un alto a los asesinatos, las violaciones, las desapariciones, el acoso y la impunidad. Marcharán por sus hijas, por sus madres, por sus amigas, por sus hermanas. Por las que vienen y por las que ya no pueden marchar. Porque como Emilia, desaparecieron un día.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país