Un joven prepara una torta de chilaquiles. En video, Las tortas, todo cabe en un pan. Foto: Nayeli Cruz

La torta, todo cabe en un pan

EL PAÍS recorre tres de las principales torterías, donde abundan la tradición, la cultura mexicana, el sabor y el gusto por el tradicional bocadillo mexicano

El reloj marca las 7.00 horas y una nueva mañana en Ciudad de México, sus calles son lo que se conoce localmente como un hervidero; todos van a prisa y todos quieren llegar a tiempo. El desayuno ha quedado atrás, ya no hay tiempo para ello. Una madre apresura a su hijo y un oficinista corre entre la gente. En este escenario surgen los puestos de las conocidas tortas de tamal, un bocadillo exclusivo de las calles de la capital mexicana. Dos panes abiertos por la mitad envuelven un tamal con salsa verde. Los capitalinos no necesitan más para mitigar el hambre.

El sándwich de tamal nació en esta ciudad como respuesta a la premura con la que se desplazan los transeúntes. Es barato, es práctico, se puede ir comiendo mientras uno camina y, por su carga de carbohidratos, aplaca el hambre y da energía para el resto del día. Pocas cosas sorprenden tanto al llegar a la gran capital de México como ver su gastronomía en las calles, esa que recuerda todo lo que hay, el ruido, las grandes avenidas, el alto coste de la vida, la nostalgia por su historia, las calles con cientos de caminantes. En las listas de los peores platillos del mundo que circulan en internet, este bocadillo se ha ganado su puesto. Esto importa poco a los habitantes de Ciudad de México que aseguran que el resto del mundo juzga erróneamente uno de sus platillos callejeros estrella.

Pero tortas hay de todo tipo, no solo de tamal. En ellas hay cultura y tradición atrapadas entre dos panes; las hay a todas horas y de todos los ingredientes; las comen los obreros y los estudiantes, al mismo tiempo que se sirven en los restaurantes de renombre. ¿Qué cambia? Poco o nada la torta conserva su esencia en todos lados y sin distinción de clases, sin embargo, es en las calles donde logra la perfección. En el barrio, en los puestos, en la pequeña tortería de la esquina, sobre la banqueta... Siempre estarán ahí prestas a consentir al comensal de a pie que podrá prescindir de muchas cosas, pero no de una buena torta.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS México y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este país

Sobre la firma

Más información

Archivado En