López Obrador plantea a EE UU y China “una tregua” en la crisis del fentanilo
Después de meses de tensiones diplomáticas, el presidente suaviza su discurso y propone centrarse en el combate conjunto contra la epidemia de salud pública por el consumo de drogas
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quiere poner fin al intercambio de reproches y acusaciones en medio de la crisis del fentanilo. “Nosotros estamos planteando que haya una especie de tregua y que se piense en los que pierden la vida, en lo humanitario”, dijo el mandatario en su conferencia de prensa de este miércoles. López...
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quiere poner fin al intercambio de reproches y acusaciones en medio de la crisis del fentanilo. “Nosotros estamos planteando que haya una especie de tregua y que se piense en los que pierden la vida, en lo humanitario”, dijo el mandatario en su conferencia de prensa de este miércoles. López Obrador comentó que ya puso la propuesta sobre la mesa al Gobierno de Joe Biden y que espera que pueda sumarse China, señalada por Washington como el epicentro de la cadena de producción de la droga sintética. “Yo creo que en esto puede lograrse un acuerdo, independientemente de la cuestión ideológica y política”, agregó.
Las declaraciones de López Obrador surgen un día después de sostener una nueva reunión con Elizabeth Sherwood Randall, asesora de Seguridad Nacional de la Administración de Biden, en la que se habló de migración y narcotráfico. Sherwood Randall se ha encargado de mantener abiertos los canales de diálogo entre ambos países, pese a que en los últimos meses el Gobierno mexicano ha tenido una serie de encontronazos con políticos del ala dura del Partido Republicano y agencias estadounidenses como la DEA y el Departamento de Estado. La funcionaria ha estado tres veces en México en los últimos tres meses, en gran parte porque los sectores conservadores de la política estadounidense han incorporado el tráfico de la droga sintética como una de sus principales bazas con miras a las elecciones presidenciales del próximo año.
“Hablamos del fentanilo, de todo lo que se está haciendo con el propósito de que se tenga información y que no se utilice esta desgracia del consumo de fentanilo en Estados Unidos con propósitos politiqueros”, dijo López Obrador. La posición del Gobierno mexicano es que todas las partes involucradas asuman responsabilidades compartidas y que no se satanice el papel del país ni si política de seguridad contra el crimen organizado. “Que les quede claro que nosotros no producimos el fentanilo”, sostuvo el mandatario, que defiende que el país es solo un eslabón intermedio en la cadena mundial de tráfico.
Tras una reunión con una delegación de legisladores demócratas y republicanos, López Obrador envió a principios de abril sendas cartas al Gobierno chino para pedirles que colaboraran en los esfuerzos de México y Estados Unidos para combatir la crisis. Beijing aseguró que el fentanilo es un problema de Washington, “made in the USA”, y se rehusó a reconocer que tuviera un papel como facilitador de los precursores, las sustancias químicas que se utilizan para fabricar la droga.
En medio de los jaloneos geopolíticos de hace unas semanas, López Obrador dijo que el Gobierno de Xi Jinping se ha mostrado dispuesto a colaborar. “Hay una muy buena actitud por parte del Gobierno de China, hemos estado solicitando a China colaboración porque la materia prima del fentanilo viene de Asia, no vamos a decir China, de Asia”, dijo el mandatario con cautela.
También agregó que pedirá información a otros países asiáticos, como Corea del Sur, sobre quiénes compran los precursores y cuáles son las rutas de trasiego. A principios de mayo, las autoridades mexicanas dieron a conocer el decomiso de un cargamento con cientos de bultos en los que se detectó la sustancia y que había pasado por el puerto coreano de Busán y la ciudad china de Qingdao.
“No queremos culpar a nadie, no se gana nada con la confrontación, máxime cuando está de por medio un asunto humanitario”, señaló López Obrador. Como parte de la “tregua”, el presidente pidió hacer un lado las “ideologías” y las “diferencias políticas” para frenar la epidemia de salud pública, que cada año se cobra decenas de miles de vidas en Estados Unidos por sobredosis.
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