Las Chivas apelan a una hazaña para jugar la final de la Liga MX contra los Tigres
El conjunto rojiblanco, con Fernando Hierro como su director deportivo, pone en la mira el decimotercer campeonato en su historia tras vencer al América en semifinales
Las Chivas de Guadalajara se han clasificado a la final del fútbol mexicano con una proeza. Le metieron tres goles a su rival más repudiado, el América, en su nido. El conjunto rojiblanco, que aún mantiene su tradición de jugar solo con mexicanos, sacó del camino a un rival que lucía más cómodo y mejor embalado 1-3 (2-3, marcador global). En la fin...
Las Chivas de Guadalajara se han clasificado a la final del fútbol mexicano con una proeza. Le metieron tres goles a su rival más repudiado, el América, en su nido. El conjunto rojiblanco, que aún mantiene su tradición de jugar solo con mexicanos, sacó del camino a un rival que lucía más cómodo y mejor embalado 1-3 (2-3, marcador global). En la final se encontrarán a los Tigres, el mismo equipo al que le arrebató la Liga MX en 2017 y que aún tiene la daga clavada de ese momento. La final se jugará este jueves en Monterrey y el domingo en Guadalajara.
El fútbol mexicano vive sus horas más bajas, pero el negocio parece estar intacto. El fracaso en el Mundial en Qatar parecía obligar cambios inmediatos que no llegaron. Como si no hubiese pasado nada, la Liga MX siguió a lo suyo sin alguna regla especial para promover a sus jóvenes. El formato que más réditos y rating ha dejado es la liguilla, un torneo de supervivencia que no siempre premia al mejor o que le pregunten al Monterrey. El conjunto de los Rayados fue durante 17 jornadas el mejor de toda la Liga MX y, en unas apretadas semifinales contra los Tigres, (séptimos en la clasificación) fueron eliminados. Su constancia terminó en un rincón del olvido. Ahora, los felinos se enfrentarán a las Chivas (terceros).
El conjunto rojiblanco contrató a Fernando Hierro, leyenda del Real Madrid, para que fuese su director deportivo. El español se decantó por un técnico desconocido y de bajo perfil. El serbio Veljko Paunovic aterrizó en Guadalajara con una maleta de incógnitas que, tras seis meses, ha despejado con trabajo. Sin experiencia en México y con trabajos en EE UU y en Inglaterra, el estratega supo concederle la batuta de la creatividad a Alexis Vega. Además, Paunovic rescató del ostracismo a dos jugadores que este domingo fueron claves contra el América: Ronaldo Cisneros, quien provocó el primer gol, y Alan Mozo, un lateral con buena proyección al ataque. En el partido de ida, las águilas lo ganaron 0-1 y ponían en aprietos a las Chivas. La vuelta, en el césped del estadio Azteca, fue para los tapatíos.
En el equipo de Tigres han tenido a tres entrenadores en los últimos seis meses. Primero perdieron a Diego Cocca, que se marchó a ser el nuevo seleccionador de México; luego a Marco Antonio Ruiz, a quien no le dieron la confianza, y por último a Robert Dante Siboldi, hoy finalista. El club, uno con las mejores carteras del fútbol mexicano, se clasificó a la liguilla en el séptimo lugar de la tabla con dudas entre los botines. Echó al Puebla, Toluca y a su vecino más incómodo, el Monterrey. El conjunto felino ha ganado cinco veces la Liga MX en la segunda década de los 2000, en un dominio claro gracias al apoyo de la cementera Cemex que trajo a lo mejor disponible en América e incluso apostó por un francés intermitente llamado André-Pierre Gignac, quien se devoró el campeonato mexicano y puede presumir de ser el máximo goleador del club.
En Tigres quieren exprimir la última gota de su ídolo Gignac. Con 37 años, el delantero francés ha encontrado a un buen socio como lo ha sido Sebastián Córdova, una de esas promesas que había permanecido en la nevera y que, por fin, se ha enchufado con gol en todos los partidos en esta liguilla. Siboldi le ha dado un espaldarazo a Diego Lainez, el chico que fascinó al Betis y terminó con un disgusto. El mexicano ha sido recurrente en el once inicial y ha recuperado lo que extravió en Europa: confianza. También, los directivos del club regiomontano apuestan por la veteranía de su portero, Nahuel Guzmán, quien con 37 años tiene bajo control su meta y quien sabe cómo sacar de quicio a sus rivales. El legado de estos Tigres quiere ir cerrando el ciclo y terminarlo con un título a costa de uno de los clubes con mayor historia en México. Ya lo hicieron contra América en 2016, en una final agónica. Ahora la mira está puesta en Chivas.
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