La policía se llevó a Yonathan Mendoza y ya nunca lo devolvió
El Comité de Desaparición Forzada de la ONU ha emitido su primera condena contra México por el caso de un adolescente que desapareció en Veracruz en 2013. Su madre sigue peleando por encontrarlo
A Yonathan Mendoza, que tenía 17 años, lo arrancaron de su casa del Puerto de Veracruz el 11 de diciembre de 2013. Se lo llevaron 20 hombres armados con botas y chalecos de policías, en tres camionetas sin placas, en dos patrullas de la policía naval. Tras la denuncia de su madre por desaparición, las autoridades mexicanas tardaron un año y medio en ir por primera vez a su vivienda, dos años en escuchar a los primeros testigos, dos y medio en citar a los agentes de las patrullas, tres años en solicitar información sobre esas unidades, siete años en adoptar el primer plan de investigación. A Yo...
A Yonathan Mendoza, que tenía 17 años, lo arrancaron de su casa del Puerto de Veracruz el 11 de diciembre de 2013. Se lo llevaron 20 hombres armados con botas y chalecos de policías, en tres camionetas sin placas, en dos patrullas de la policía naval. Tras la denuncia de su madre por desaparición, las autoridades mexicanas tardaron un año y medio en ir por primera vez a su vivienda, dos años en escuchar a los primeros testigos, dos y medio en citar a los agentes de las patrullas, tres años en solicitar información sobre esas unidades, siete años en adoptar el primer plan de investigación. A Yonathan Mendoza se lo llevaron agentes de seguridad y nunca lo devolvieron. Las autoridades mexicanas no lo encontraron, porque nunca lo buscaron. Así lo dictamina el Comité de Desaparición Forzada de la ONU que ha emitido su primera condena contra México, en la que obliga al Estado a buscar al adolescente y juzgar a los responsables.
Angélica Berrospe recibió la decisión de la ONU haciendo lo que hace diario desde hace casi 10 años: buscar a su hijo. Contesta al teléfono desde Jalapa, también en Veracruz, donde está de búsqueda junto a varios colectivos: “La verdad estoy contenta, porque pues por fin se va a seguir esto. Yo no he olvidado a mi hijo, lo que pido es que me ayuden a buscarlo, a encontrarlo, a saber qué fue de él, qué hicieron con él. Ya no busco culpables, yo quiero encontrar a mi hijo, que no me dejen de apoyar”.
Para su abogado, Juan Carlos Gutiérrez Contreras, de la organización Idheas, el caso de Yonathan refleja un patrón de lo que sucede en el país: “Una mamá que denuncia los hechos y una autoridad que tarda mucho tiempo en realizar la búsqueda inmediata”. En México, hay más de 110.000 personas desaparecidas. En ese contexto, el dictamen de Naciones Unidas es “crucial”, apunta Gutiérrez: “Es la primera vez que México es condenado por desaparición forzada con el comité especializado”. Entre las acciones a las que obliga esta resolución está garantizar una búsqueda “eficiente hasta que se sepa el paradero de Yonathan” y una investigación “que tome en serio la participación de agentes de los cuerpos de policía de Veracruz”, se lee en el dictamen.
Los últimos 20 minutos
A las 14.20 horas del 11 de diciembre, un convoy de seguridad llegó a la céntrica colonia Formando Hogar, a la casa en la que Yonathan vivía junto a su pareja y su bebé, su madre y sus hermanos pequeños. Seis hombres, que portaban armas de fuego largas y cortas, pasamontañas, botas de policía y chalecos antibalas que tenían escrito “policía” adelante y atrás, entraron en la casa. Otra docena se quedó esperando fuera junto a los vehículos. Preguntaron directamente por el muchacho. No tenían orden judicial. Revisaron cada una de las habitaciones y debajo de una de las camas encontraron a Yonathan, aterrorizado. Lo sacaron, lo metieron en una camioneta negra sin placas. Todo duró unos 20 minutos.
El cerebro de Angélica Berrospe es como un cassette en el que el ese día de diciembre se repite una y otra vez. Ella volvía de dejar a su hija pequeña en el colegio, llegó hasta la esquina de su calle, que estaba cercada mientras duraba la operación. Vio, dice, a su hijo resistirse, lo oyó gritar “¡mami ayúdame!”, estaba presente cuando “lo aventaron como un bulto”. “Solo recuerdo que intenté pasar el cerco, pero me lo impidieron, yo lloraba sin poder contenerme y me desmayé”, apunta. Dice que le dio tiempo a prometerle que lo iría a buscar. También anotó una matrícula de una de las patrullas de la Policía Naval.
Nada más se llevaron a Yonathan, Angélica fue al centro de detención de la marina conocido como El Penalito a preguntar por su hijo. Le dijeron que no estaba ahí. Recibió la misma negativa en la Agencia Veracruzana de Investigación, en la delegación de la Procuraduría General y en la delegación de la Policía Estatal. Todos negaban tener a Yonathan, aunque en la última sede Berrospe identificó algunos de los vehículos que habían participado en la detención.
En esos días, bajo el Gobierno de Javier Duarte (2010-2016), hoy vinculado a proceso por desaparición forzada, se llevó a cabo un operativo en la colonia popular Formando Hogar donde la policía detuvo arbitrariamente a chicos jóvenes. IDHEAS ha documentado que por lo menos nueve, entre ellos Yonathan, nunca volvieron. Las autoridades no han respondido en estos 10 años qué ha ocurrido con los muchachos. “Fueron casa a casa, con direcciones, sacando personas. Llevándose a los jóvenes, al cuartel del Penalito. Era un operativo conjunto de la Marina y la Policía Estatal”, explica el abogado Juan Carlos Gutiérrez, quien junto a la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) han llevado estos casos hasta el Tribunal de La Haya.
El Comité de Desaparición Forzada hace hincapié en la cronología de la actuación policial en el caso de Yonathan, que adoptó el primer plan de investigación para encontrarlo en noviembre de 2020, siete años más tarde. La ONU resalta que durante todo ese tiempo no se buscaron cámaras, no se citó a declarar a los encargados de la Policía Estatal, Naval o de la Secretaría de Seguridad Pública, tampoco se ordenó la inspección a las sedes de estos organismos. A día de hoy, se sigue sin conocer los nombres de los agentes que iban en la patrulla identificada por Angélica Berrospe. El juzgado en el que Berrospe metió un amparo archivó el caso en 2015 tras recibir un informe de la propia policía en el que se negaba que hubiera sido detenido. El juez ni siquiera ordenó buscar a Yonathan.
Ante el fallo de todas las instancias del Estado, la ONU considera en su resolución: “El Comité quiere recordar que la investigación debe emprenderse con seriedad y no como una simple formalidad condenada de antemano a ser infructuosa”. Y concluye: “A más de nueve años de los hechos, la familia y la sociedad mexicana desconocen la verdad de lo ocurrido a Yonathan. No conocen los nombres de los responsables de los hechos. Todas las personas que participaron en la desaparición de Yonathan están cubiertas por el manto de la impunidad”.
La ONU da seis meses a México para empezar a tomar medidas. Juan Carlos Gutiérrez, que define las anteriores reuniones con las autoridades como “infructuosas” en las que el Gobierno no tenía ningún plan “serio” para encontrar a Yonathan y a los otros jóvenes, apunta que es necesario “que el Gobierno de Veracruz y la fuerzas estatales y federales que participaron se comprometan a realizar una investigación seria y diligente”. Para eso, señala, es imprescindible que el Estado reconozca su responsabilidad: “Que acepte sus equivocaciones”.
Angélica Berrospe, que lleva una década sola persiguiendo el rastro de su hijo, tiene prisa por colgar, la esperan para salir en búsqueda. Pero insiste: “Que hablen esas personas dónde me lo dejaron, que hablen de él. Él no es ni un animalito para que esté botado, tirado por ahí. Pido que tenga piedad de mí. Yo no pierdo la fe. Mi hijo es mi motor, él es lo que me mantiene en vida: la esperanza de encontrarlo”.
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