Colima repite como la ciudad más violenta del mundo
Además, 17 de las 50 ciudades de la clasificación son mexicanas, superando por un amplio margen a cualquier otro país
Un estudiante universitario que jugaba al fútbol americano, un doctor del Instituto Estatal de Cancerología o un joven de 16 años son solo algunas de personas asesinadas este mes en las calles Colima, la ciudad más violenta del mundo en 2022, según el Ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo que realiza cada año el Consejo para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. Colima registró una tasa de 181,94 homicidios por cada 100.000 habitantes, ...
Un estudiante universitario que jugaba al fútbol americano, un doctor del Instituto Estatal de Cancerología o un joven de 16 años son solo algunas de personas asesinadas este mes en las calles Colima, la ciudad más violenta del mundo en 2022, según el Ranking de las 50 ciudades más violentas del mundo que realiza cada año el Consejo para la Seguridad Pública y la Justicia Penal. Colima registró una tasa de 181,94 homicidios por cada 100.000 habitantes, la tercera más alta desde que empezaron a realizar este estudio en 2009. La tasa más letal la tiene Juárez, que en 2010 alcanzó los 229 homicidios por cada 100.000 habitantes. México a nivel nacional tampoco está en buena posición: es el país con más ciudades dentro del ranking: 17 de las 50 ciudades son mexicanas, y los siete primeros puestos están ocupados por México.
Después de Colima, se encuentran Zamora (Michoacán), Ciudad Obregón (Sonora), Zacatecas (Zacatecas), Tijuana (Baja California), Celaya (Guanajuato), Uruapan (Michoacán), Juárez (Chihuahua) y Acapulco (Guerrero). El estudio compara las tasas de violencia en Colima con aquellas que se dieron en Colombia a finales de los ochenta, cuando estalló la “guerra” del narcotraficante Pablo Escobar contra las autoridades colombianas para impedir su extradición a Estados Unidos. “La situación de las urbes de México es el resultado de políticas fallidas que han consistido en tolerar la violencia de los grupos criminales”, crítica el estudio, que también arremete contra la política de Andrés Manuel López Obrador, el presidente de México, de “abrazos, no balazos”. “No existe antecedente en el mundo de un gobierno nacional que haya adoptado como política de seguridad pública la de dar manos libres a los criminales”, sentencia.
Otros países de la región, como Guatemala y El Salvador, percibidos como los más violentos del continente, siguen sin tener ciudades dentro del ranking. Estos son los países “que no han seguido políticas complacientes con los criminales”, aunque el coste político de y democrático sea todavía difícil de medir. En un reportaje de El Faro titulado Sin maras y sin democracia, el periódico constata que las pandillas “han sido seriamente debilitadas y que su presencia es ya mínima o nula en los territorios que controlaron durante décadas”. Para conseguirlo, Nayib Bukele, su presidente, se ha embarcado en una deriva antidemocrática con graves efectos colaterales, reflejados en las actuaciones del Ejército, al que Bukele ha convertido en “fiscal y juez, que detiene sin orden judicial a cualquier ciudadano que les pareciera sospechoso”, aseguraba el periódico salvadoreño.
En México, la política de abrazos y no balazos se transforma, en las zonas más peligrosas, en una Guardia Nacional que tiene prohibido intervenir y enfrentarse directamente con los narcos, que operan impunemente en zonas del país como Zacatecas, cuya capital con el mismo nombre está entre las diez más violentas del mundo. Allí, Jairo López, investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas y especialista en desplazamiento forzado, asegura que las autoridades no se atreven a pronunciar una palabra que describe perfectamente la situación: “Acá hay una guerra, una guerra por el control de la producción y el tráfico de drogas, además de la guerra por los recursos minerales. Pero las autoridades no se atreven a decirlo así, porque eso obligaría a tener otro tipo de políticas”.
En Colima, después de un año 2022 con récord de asesinatos (ya a principios de diciembre superó la cifra récord de asesinatos de años anteriores), están teniendo un comienzo de 2023 igual de difícil. Colima registró 70 víctimas de homicidio doloso hasta enero, y 16 más hasta el nueve de febrero. Del total, 14 son mujeres y 72 hombres, según la Mesa Estatal para la Construcción de la Paz y Seguridad. La gobernadora del Estado, Indira Vizcaíno, emitió un mensaje hace dos semanas en el que trataba de tranquilizar a la ciudadanía y explicar la situación. “¿Qué es lo que ha estado sucediendo? En recientes fechas se han dado una serie de enfrentamientos entre al menos dos organizaciones criminales, grupos que hasta hace poco eran aliados y han comenzado una disputa interna”, sostuvo Vizcaíno.
Por la situación de violencia, las autoridades de Colima se han reunido con las instituciones de seguridad federales para intentar implementar soluciones, como “rondines especiales, filtros de revisión y trabajo de inteligencia”, en un Estado con 600 elementos de la Guardia Nacional, 350 militares y 350 marinos, que de momento no han conseguido los resultados esperados. Para entender el nivel de violencia bajo el que tienen que vivir en ciudades como Colima, esta y otras 10 ciudades de México son más violentas que Puerto Príncipe, la capital de Haití. Allí, la presencia del Estado es casi nula y la mayoría de barrios de la ciudad están controlados por distintas bandas criminales que se reparten el territorio y muchas veces luchan por él a plena luz del día. Sin embargo, esa ciudad sin agua potable y sin Ejército es más segura que Colima, Zamora, Ciudad Obregón, Zacatecas, Tijuana, Celaya o Uruapan.
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