“No están pagando a nadie”: las razones de la huelga de los trabajadores del Tribunal Superior de Justicia en Ciudad de México
El presidente de la institución asegura que el Gobierno de la ciudad todavía no aclara cómo va a pagar los sueldos y las bonificaciones de fin de año
Los trabajadores del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México han redoblado sus reclamos este jueves en la huelga que comenzó el martes, después de que el presidente de la institución, Rafael Guerra Álvarez, les anunciara que no tiene dinero para pagar las diversas retribuciones que deberían cobrar en esta época del año. Todos, jueces, magistrados, administrativos, secretarios, están sin el sueldo que les corresponde, y los proceso...
Los trabajadores del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México han redoblado sus reclamos este jueves en la huelga que comenzó el martes, después de que el presidente de la institución, Rafael Guerra Álvarez, les anunciara que no tiene dinero para pagar las diversas retribuciones que deberían cobrar en esta época del año. Todos, jueces, magistrados, administrativos, secretarios, están sin el sueldo que les corresponde, y los procesos que tenían a su cargo están paralizados. En la Avenida Niños Héroes, las oficinas de todos los edificios están cerradas con candados y pancartas en las que se puede leer: “Exigimos el pago de los aguinaldos”. Los sindicatos no han secundado la huelga y el presidente del organismo ha evitado pronunciarse públicamente sobre la ausencia de dinero para pagar a sus trabajadores.
Las entradas principales a las salas orales, los juzgados civiles, familiares y penales están cerrados y en la puerta de cada uno están apostadas unas cuantas personas que, con mascarilla y paraguas, aseguran que muchos de sus compañeros “no se han atrevido a venir por miedo a represalias”, dice Perla Guzmán. Esta mujer, pasante de Derecho en el Poder Judicial desde hace cinco años, asegura que “no están pagando a nadie”. Administrativos, proyectistas de los juzgados, los que trabajan en los archivos, los que cuidan a los niños de los empleados, los policías del poder judicial, los secretarios, “nadie ha cobrado su sueldo”.
Debido a las fiestas que se acercan, les deberían haber hecho varios pagos antes del lunes cinco de diciembre. “Nos deben el aguinaldo, los vales por fin de año, los salarios de la primera y la segunda quincena de diciembre, que normalmente nos las adelantan, y nada”, asegura Guzmán. “Se supone que cuando entras en una dependencia pública puedes estar tranquila porque mi dinero está garantizado mientras yo trabaje bien. Pero en este caso no, y entonces ¿cómo te haces cargo de tu familia, que tienes a cargo a tu mamá y a tus hermanos?, ¿qué haces cuando no te llega el dinero?”, se lamenta.
Frente a la estructura que anuncia la llegada a la Ciudad Judicial de Ciudad de México, los trabajadores en huelga han colocado tiendas de campaña. Algunos jueces estaban exigiendo a sus empleados acudir al trabajo a las cinco de la mañana, para que pudiesen entrar al edificio antes de que los manifestantes impidieran la entrada. Pero eso se acabó este miércoles, cuando los trabajadores empezaron a realizar turnos para dormir en las tiendas de campaña, y evitar así que se abran las puertas de acceso a los distintos edificios. Muchos de ellos ni siquiera han traído pancartas. Están tranquilamente sentados, ataviados con camisa y protegidos del sol con un paraguas en las escaleras de acceso. A las afueras, el centro de la capital sufre atascos en la mayoría de sus avenidas, debido a las calles cortadas por las manifestaciones.
El presidente Rafael Guerra ya está en conversaciones con Claudia Sheinbaum, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, pero todavía no se ha comunicado con sus trabajadores para explicar el problema y las posibles soluciones. Guzmán asegura que “hay circulares diciendo que no hay dinero en el tribunal” y que fueron los trabajadores los que se juntaron para realizar este paro. “Los sindicatos tampoco apoyan, fuimos los trabajadores los que nos organizamos”, asegura esta pasante. Detrás de ella, un coche tipo pick-up no quiere dar la vuelta y rompe el cordón policial que protege a los manifestantes. Ellos se quejan, pero el vehículo sigue su camino. “Hay mucha gente que no está de acuerdo con lo que hacemos, hasta que les pase a ellos”, sentencia Guzmán.
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