Los piratas acechan a los pescadores de las costas mexicanas

Las organizaciones pesqueras señalan que tras la pandemia los robos en alta mar y en carreteras han incrementado hasta un 40% en algunas zonas

Un pescador carga sus redes mientras se prepara para salir a pescar desde un puerto en Yucatán (México).Artur Widak (Getty Images)

El pescador Romel Alcocer ha pasado más tiempo de su vida entre olas que en tierra firme. Hijo de una familia de pescadores, desde hace más de cuatro décadas es pescador en la península de Yucatán. Nunca ha pensado en dedicarse a otra cosa, sin embargo, reconoce que cada vez es más difícil. El mal tiempo, la pesca ilegal y ahora los incidentes de violencia, asegura, han convertido su labor en una carrera cuesta arriba para él y para un millar de personas que en el...

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El pescador Romel Alcocer ha pasado más tiempo de su vida entre olas que en tierra firme. Hijo de una familia de pescadores, desde hace más de cuatro décadas es pescador en la península de Yucatán. Nunca ha pensado en dedicarse a otra cosa, sin embargo, reconoce que cada vez es más difícil. El mal tiempo, la pesca ilegal y ahora los incidentes de violencia, asegura, han convertido su labor en una carrera cuesta arriba para él y para un millar de personas que en el Estado ribereño tienen su sustento en echar las redes al mar para cazar peces, langosta, pulpo o abulón. Los pescadores estiman que la incidencia delictiva en algunas zonas ha crecido hasta en un 40% en lo que va del año.

El también presidente de la Confederación de Pescadores de la zona Oriente de Yucatán, de 57 años, explica que desde hace años los cooperativistas han puesto en marcha su propio mecanismo de vigilancia en alta mar, costeado por ellos, para detectar a cualquier pirata o pescador furtivo. Sin armas, se dedican a patrullar sobre las olas y avisan a las autoridades. “Incrementó la pesca furtiva por aquí porque no hay inspectores, los Gobiernos nos dicen que no tienen recursos y entonces nosotros formamos un comité de inspección y vigilancia entre todos los puertos y hasta el momento va dando resultado”, menciona.

A los problemas que trae la pesca ilegal y las adversidades climáticas, los pescadores deben sumar desde hace varios años la inseguridad. El presidente de la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras, José Luis Carrillo, exigió que se incremente la vigilancia en los litorales mexicanos, tanto de parte de la Armada de México como de la llamada Guardia Nacional y de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). El directivo pesquero informó que estos “piratas” o asaltantes en alta mar, roban motores, toda la pesca capturada por las embarcaciones y despojan a los mismos responsables de las embarcaciones de dinero, artículos de valores.

“Sí, ha habido robos de lanchas y embarcaciones, es algo que afecta al patrimonio del pescador, pero también se da robo de tráileres que transportan productos pesqueros en distintas partes de la República mexicana y afecta también la distribución de los productos en el mercado. Por todas estas condiciones de violencia que se están dando en alta mar y en carretera, la pesca debe ser considerada un asunto de seguridad nacional”, asegura Carrillo.

Langosta roja, el abulón, también conocida como “oreja del mar”, el pulpo y camarón, son las especies que más ambicionan los grupos criminales para su comercialización. “Se necesitan más operativos tanto en tierra como en mar para regular la comercialización. Somos más exportadores que consumidores, por eso los grupos delictivos están detrás de este negocio”, zanja.

En zonas como Yucatán, las cooperativas pesqueras advierten de un aumento de un 40% en robos de equipo y producto pesquero, sin embargo, Carrillo advierte de que este porcentaje podría ser mayor dado que muchas víctimas de estos asaltantes deciden no denunciar. “El pescador es pescador, no sabe hacer otra cosa, hay comunidades donde no hay otra opción económica y la pesca cuando está bien regulada, supervisada, sí deja”.

Apenas en julio pasado, los medios locales del municipio de Progreso informaron de dos asaltos a embarcaciones para robar kilos de calamar y motores. Solamente en equipo se daba cuenta de una pérdida de unos 40.000 pesos. En el Estado vecino de Campeche, los pescadores se apostaron la semana pasada en las oficinas de la Secretaría de Agricultura local para exigir más seguridad. Los pescadores denunciaron que no hay vigilancia en el mar e incluso que hay presencia del crimen organizado en las costas de Campeche, a quienes señalan como responsables del robo de motores y embarcaciones en la zona.

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