Karen Oberhauser: “La expansión de los cultivos de aguacate está degradando los bosques donde hiberna la mariposa monarca en México”

La bióloga ha dedicado los últimos 37 años de su vida al estudio de la mariposa monarca. Ahora que el insecto ha entrado a la ‘lista roja’ de especies amenazadas, la científica estadounidense ve una oportunidad para evitar su extinción

La bióloga especializada en mariposas monarca Karen Oberhauser, en una imagen de archivo.Bryce Richter (UW Madison)

A sus 65 años, Karen Oberhauser lleva más de la mitad de la vida dedicada al estudio de un insecto al que, de no cambiar las cosas pronto, le queden los días contados. La mariposa monarca, esa especie simbólica de Norteamérica por su espectacular migración de 4.000 kilómetros desde Canadá y Estados Unidos hasta México, acaba de entrar a la ‘lista roja’ de especies en peligro de extinción. El cóctel de amenazas se hace c...

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A sus 65 años, Karen Oberhauser lleva más de la mitad de la vida dedicada al estudio de un insecto al que, de no cambiar las cosas pronto, le queden los días contados. La mariposa monarca, esa especie simbólica de Norteamérica por su espectacular migración de 4.000 kilómetros desde Canadá y Estados Unidos hasta México, acaba de entrar a la ‘lista roja’ de especies en peligro de extinción. El cóctel de amenazas se hace cada día más mortífero: tala ilegal en sus bosques de hibernación en México, uso generalizado de pesticidas en Estados Unidos y cambio climático se conjuran para poner en peligro la existencia del lepidóptero. Pero la bióloga de Wisconsin se niega a que el bicho al que le ha dedicado tanto tiempo y esfuerzo en su vida desaparezca. Donde otros ven el anuncio de una muerte anunciada, Oberhauser ve la oportunidad de que más personas se sumen a los esfuerzos por la conservación de la especie. Ella, por su parte, ya está haciendo todo lo que está en su mano: es directora del Proyecto de Monitoreo de Larvas de Monarca, copresidenta de la Monarca Joint Venture de la ONU, fundadora del Fondo Mariposa Monarca y enseña todos los días su programa ‘Monarcas en el aula’ en la Universidad de Wisconsin. Pocos saben tanto del insecto como ella.

Pregunta. Tras la designación como especie en peligro de extinción, ¿hay esperanza para la monarca?

Respuesta. Yo creo que sí. Esta declaración como especie amenaza las va a ayudar. Es muy triste que hayamos llegado hasta este punto en que necesitan clasificarse así, es realmente trágico que las monarcas estén en peligro de extinción. Pero el hecho de que lo reconozcamos y que tengamos esa importante declaración por parte de la UICN (la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) significa que más gente va a estar preocupada por ellas y van a hacer lo que puedan para ayudarlas. Por eso esta clasificación, por un lado, es trágica, pero por otro es esperanzadora.

P. ¿Cuál es la situación actual de la monarca en comparación a cuando se empezó a monitorear?

R. Es difícil decir exactamente cuánto ha caído la población desde que empezamos a monitorearlas porque los números fluctúan mucho de un año a otro. Normalmente lo que me gusta ver son promedios a largo plazo. Si vemos los primeros 10 años que empezamos a monitorearlas, las monarcas cubrían de media más de nueve hectáreas en los bosques de hibernación en México. Los siguientes 10 años bajó a menos de seis hectáreas y ahora, los últimos 10 años, está por debajo de tres hectáreas. Así que la población ha disminuido alrededor de un tercio cada década.

Algunos dicen que ha bajado el 84%. O, si comparas el mejor año con el peor año, la caída es más del 90%. Pero creo que esas cifras son menos relevantes porque los números varían demasiado de un año a otro como para llegar a un porcentaje específico. Aun así, podemos decir que tenemos menos de un tercio de mariposas monarca que hace dos décadas.

P. ¿Qué ha llevado a esa enorme caída de población?

R. La pérdida de hábitat fue el factor más importante desde mediados de los años noventa hasta 2007. Las monarcas solían ser bastante comunes, había mucho algodoncillo (la planta de la que se alimentan) en los campos de cultivo de maíz y soya en Estados Unidos. Pero entonces los agricultores empezaron a usar semillas genéticamente modificadas que eran tolerantes a los herbicidas. Empezaron a rociar los cultivos con herbicidas, especialmente Roundup (el pesticida estrella de Monsanto), y mataban todas las ‘malas hierbas’, pero no al maíz y la soya. Esto significó que el algodoncillo desapareció de todos esos campos y hubo una enorme caída en la población de monarcas.

A partir de 2007 esa caída tan fuerte paró porque ya todos los campos de cultivo eran tolerantes a los pesticidas. Digamos que, si en 1997 ningún cultivo era tolerante a los pesticidas, en 2007 ya lo eran el 97%. Entonces ya no hubo mayor caída en la población porque el daño ya estaba hecho. A partir de entonces lo que ha estado impulsando la disminución de monarcas es la gran variación del clima año con año. Las temperaturas elevadas y la sequía son muy malas para ellas. Estamos viendo que hay menos mariposas después de los veranos o primaveras más calurosos.

P. ¿Cómo les afecta el cambio climático?

R. Impacta a las monarcas porque son especies de sangre fría y dependen muchísimo de la temperatura del aire que las rodea. Si hace demasiado calor, su esperanza de vida es más corta y, cuando son adultos, no ponen suficientes huevos. Además, si hace demasiado calor eso también puede incluso matarlas. Si hace demasiado frío, tardan más en desarrollarse y son más vulnerables a los depredadores. Necesitan la temperatura correcta.

Otro impacto del cambio climático es sobre las plantas de las que se alimentan. Si hay sequía, la calidad de la planta es más baja y producen menos néctar, así que las monarcas adultas no obtienen todo el néctar que necesitan y las plantas para las larvas tienen una menor calidad.

Mariposas monarca posadas sobre la rama de un oyamel en un bosque de la Reserva de la Biosfera de Michoacán, en 2021.Teresa de Miguel

P. También hay una enorme presión en los bosques donde hiberna en México por plantar aguacate.

R. Sí, es una amenaza enorme porque, hasta donde sabemos, no hay ningún otro lugar que sea apropiado para la hibernación de las monarcas. Este pequeño territorio en el centro de México es el único que tiene exactamente las condiciones necesarias para que las monarcas sobrevivan al invierno. Así que cualquier cosa que le ocurra a estos lugares es muy importante. Los mexicanos y el Gobierno de México han hecho un gran trabajo en proteger las pequeñas áreas de reserva de los bosques de hibernación de la monarca, pero sabeos que hay fuertes impactos por todo lo que está sucediendo en los alrededores. Me preocupan todas estas nuevas plantaciones de aguacate que se están abriendo paso allí porque está llevando a una degradación en las condiciones de los propios bosques de hibernación. Ha sido interesante ver a lo largo de los años que he venido a México a estudiar a las monarcas, ver el cambio en el paisaje que rodea las reservas y que está amenazando esos lugares donde hibernan las monarcas. En cualquier caso, en la zona núcleo de la propia reserva, la tala ilegal prácticamente ha parado, y eso es una gran noticia.

P. Ha estado estudiando a las monarcas desde los años ochenta. ¿Qué le atrae tanto de esta especie?

R. Como científica, me atraen porque son increíblemente interesantes. Su migración no tiene comparación con cualquier otra en el mundo animal. No hay otro insecto que haga una migración tan increíble como la suya. Son un organismo realmente interesante y tiene mucho que enseñarnos sobre el mundo natural.

Pero además mi especialidad es la biología de la conservación. Así que estoy muy interesada en lo que podemos hacer para preservar la biodiversidad en el mundo, y creo que lo increíble de la monarca es que es una especie que le importa a mucha gente. Y como la gente tiene una conexión con ellas, significa que están más conectados con el mundo natural y que harán más por ayudarlas. Es una gran especie embajadora para las conexiones entre los humanos y la naturaleza.

P. Ha mencionado su increíble migración. ¿Cómo es posible que un insecto tan pequeño pueda volar hasta 4.000 kilómetros?

R. Es realmente increíble. Podemos hacernos esa pregunta en muchos niveles. Físicamente, ¿cómo lo hacen? Por ejemplo, ¿cómo logran volar con el viento en contra? Son simplemente brillantes. Dependiendo de dónde venga el viento, vuelan muy muy alto en el aire o pueden permanecer muy pegadas al suelo. Físicamente, han evolucionado muy bien para volar. Pero otra pregunta que nos podemos hacer es: ¿cómo logran avistar sus bosques de hibernación en México cada año? Es un área muy pequeña en el mapa y, sin embargo, se encaminan para allá. Sabemos en términos generales que utilizan el sol para volar hacia el sur. Pero no sabemos con detalle cómo logran navegar hasta estos sitios tan específicos. Todavía hay mucho que tenemos que aprender de ellas.

P. ¿Y qué se puede hacer para evitar su extinción?

R. Lo que necesitamos hacer es crear más hábitat para ellas. Tenemos que ser muy creativos para encontrar lugares donde poner más hábitat. Claro que tenemos que preservar lo que tenemos ya, eso es muy importante, pero sabemos que no es suficiente.

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