El falso sicario de la mafia rusa que espió a García Luna mientras eran compañeros de celda
A petición de la Fiscalía neoyorquina, Ruslan Mirvis, en prisión provisional por extorsionar sexualmente a menores de edad, grabó audios en los que el exsecretario de Seguridad mexicano habla de “deshacerse” de testigos
Un falso sicario de la mafia rusa ha entrado en escena para complicar más aún el turbio caso de Genaro García Luna, el secretario de Seguridad Pública y jefe de la Policía Federal durante el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) juzgado en un tribunal de Nueva York por corrupción y narcotráfico. Según aseguró este jueves su abogado, Césa...
Un falso sicario de la mafia rusa ha entrado en escena para complicar más aún el turbio caso de Genaro García Luna, el secretario de Seguridad Pública y jefe de la Policía Federal durante el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) juzgado en un tribunal de Nueva York por corrupción y narcotráfico. Según aseguró este jueves su abogado, César de Castro, el compañero de celda de García Luna, Ruslán Mirvis, ejerció de informante para la Fiscalía de Nueva York y grabó más de 500 horas de conversaciones incriminatorias. La acusación las considera una prueba clave de que García Luna intentó intimidar e incluso “deshacerse” de testigos; para la defensa del exfuncionario mexicano, se trata solo del intento de un preso desesperado por reducir su condena.
Mirvis fue arrestado en 2017 por explotación sexual de menores de edad: se hacía pasar por un adolescente para conseguir fotografías eróticas. Cuando sus víctimas querían parar, las amenazaba con difundir las imágenes. En la actualidad, se encuentra en prisión provisional a la espera de juicio y sin posibilidad de salir bajo fianza.
Mirvis es la persona real bajo la identidad de “Greg”, un nombre que ya había aparecido antes en el juicio, aunque siempre de forma anónima. El preso se hizo pasar por un miembro de la mafia rusa para acercarse a García Luna y ofrecerle favores. En una de las conversaciones difundidas, un sujeto anónimo al que se identifica como “Persona 1″ le facilita al ex secretario de Seguridad mexicano el contacto de “Greg”. En el audio, García Luna y “Persona 1″ discuten sobre cómo pueden “deshacerse” de Jesús El Rey Zambada, uno de los principales capos del Cartel de Sinaloa, que reconoció en 2018 ante las autoridades estadounidenses que él mismo pagó sobornos millonarios al exfuncionario.
El Rey Zambada, en una prisión estadounidense desde hace ocho años y hermano del actual cabecilla del Cartel de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada, se convirtió en testigo clave durante el juicio al líder histórico del grupo criminal, Joaquín El Chapo Guzmán. La Fiscalía neoyorquina acudió en una segunda ocasión para que testificara de nuevo contra García Luna, algo que el exfuncionario trató de evitar. En la conversación grabada con “Persona 1″, discuten sobre cómo pueden llamar a “Greg” para evitar que El Rey pueda declarar. “Él [Greg] podría ayudar mucho”, propone “Persona 1″. “Sí, lo conozco, lo conozco”, responde García Luna. “Matar a los testigos, matar...”, reitera “Persona 1″. “Sí, matar a las familias”, remata García Luna.
Los abogados del exsecretario de Seguridad Pública han solicitado al juez que lleva el caso, Brian Cogan, que no admita como pruebas las grabaciones realizadas por Mirvis al considerarlas “demasiado débiles”, según Milenio. De las 500 horas de audios que consiguió Mirvis, solo dos minutos han sido aportados como evidencia.
El compañero de celda de García Luna se trata solo de una piedra más en el camino para el exfuncionario, mano derecha del expresidente Calderón en la llamada guerra contra el narco, una estrategia de ofensiva militar contra los carteles fuertemente criticada, que según algunas estimaciones ha dejado más de 350.000 muertos. La Fiscalía cuenta con más de un millón de páginas de cargos contra él: el juicio, que iba a comenzar en octubre de 2021, fue aplazado a petición de la institución, que argumentó que la enorme documentación requería de más tiempo.
García Luna está acusado de actuar como brazo político del Cartel de Sinaloa a cambio de sobornos millonarios —El Rey Zambada le acusó de haber recibido dos entregas de dinero de al menos siete millones de dólares—. Según la acusación, en vez de combatir el narcotráfico, se lucraba con él mientras facilitaba a El Chapo y sus compañeros información para que estos esquivaran la ley. Fue arrestado en diciembre de 2019 en Texas y acusado de tráfico de cocaína, falsedad en declaraciones y formar parte de una estructura criminal.
Además del juicio abierto en EE UU, la Justicia mexicana ha pedido la extradición del exsecretario de Calderón. La Fiscalía General de la República (FGR) ha emitido ya tres órdenes de detención por uso indebido de atribuciones, asociación delictuosa y enriquecimiento ilícito. La FGR ha asegurado además que tiene pruebas de que “amenazó, acosó y sobornó a periodistas que estaban investigando sus crímenes e incluso después de su arresto, mostró la intención de manipular a testigos”.
Aunque el proceso se ha retrasado debido a la complejidad y la pandemia de coronavirus, se espera que el juicio dé comienzo en octubre de este año. Una audiencia que, de no ser por la gravedad de los sucesos a tratar, podría parecer una película barata de espías, entre carteles mexicanos, extorsiones, falsos mafiosos rusos, escuchas de agentes infiltrados y altos funcionarios corruptos.
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