Los focos rojos de la banca en México: el alza de las tasas de interés, una menor demanda de crédito y el uso de la tarjeta de crédito

Un análisis del BBVA desvela que existe un riesgo de que, ante la escalada de precios, los mexicanos usen el crédito para financiar su consumo

Compradores buscan ropa en una tienda en la calle peatonal Madero, en Ciudad de México.Rebecca Blackwell (AP)

La aceleración de la inflación, el alza de las tasas de interés y una consecuente menor demanda de crédito nuevo, principalmente en el segmento de empresas, marcarán el comportamiento del sistema financiero en México en 2022. Así lo desvela el informe sobre la situación de la banca en el país elaborado por el Servicio de Estudios Económicos de BBVA. “La debilidad de la inversión y un entorno de mayores tasas de interés podrían impedir un crecim...

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La aceleración de la inflación, el alza de las tasas de interés y una consecuente menor demanda de crédito nuevo, principalmente en el segmento de empresas, marcarán el comportamiento del sistema financiero en México en 2022. Así lo desvela el informe sobre la situación de la banca en el país elaborado por el Servicio de Estudios Económicos de BBVA. “La debilidad de la inversión y un entorno de mayores tasas de interés podrían impedir un crecimiento más vigoroso. Un viento en contra es la política monetaria más restrictiva. A medida que el Banco de México ha venido aumentando las tasas y eso supone menor demanda de crédito”, refiere Carlos Serrano, economista jefe del BBVA en México este miércoles. Ante la escalada de presiones y las tensiones geopolíticas a nivel global, el Banco de México ha elevado al 7% la tasa de interés.

Aunque los bancos en México cuentan con solvencia y liquidez, el estudio elaborado por el BBVA México revela que durante el primer trimestre de 2022 el saldo del crédito vigente a las empresas se redujo a una tasa de 4,1% anual promedio en términos reales. Esto constituye una mejoría con respecto a la caída de 7,2% real anual del cuarto trimestre del 2021; sin embargo, esta cartera no logra afianzar la recuperación tras 18 meses consecutivos de tasas de crecimiento reales negativas. Serrano especifica que los bajos niveles de inversión en el país explican la contracción de la demanda de financiamiento por parte de las empresas.

El mayor impulso a la demanda de crédito ha venido por parte de los hogares, según el análisis. Durante el primer semestre del 2022, el crédito al consumo ha aumentado a tasas positivas en términos reales (descontando la inflación), luego de casi dos años de contracción. Al interior del crédito al consumo, todos sus segmentos, con excepción del financiamiento automotriz —afectado por la escasez de insumos— ya presentaron tasas de crecimiento real anual. Serrano señala que la cartera de crédito al consumo se ha visto impulsada por la recuperación del empleo, pero también por el incremento de la inflación, un punto que puede tornarse preocupante. “Un riesgo que estamos viendo es más inflación y, por lo tanto, los hogares tienen que utilizar más el crédito para poder financiar su consumo”, reconoce Serrano.

El estudio precisa que el financiamiento a la vivienda mantuvo un crecimiento positivo en el primer trimestre del año (3,2% real anual), aunque muestra una desaceleración. La cartera de mayor fortaleza a lo largo de la pandemia podría comenzar a sentir el efecto rezagado de las pérdidas de empleo en 2020 y 2021. “Esta cartera va de la mano también con la recuperación del empleo, sin embargo, aquí también hay un punto de alerta porque el empleo que se está recuperando es de menos de cinco salarios mínimos y la demanda del crédito hipotecario está por encima de cinco salarios mínimos”, detalla.

El informe destaca que después de dos años del inicio de la pandemia, el sector público se mantiene como el mayor usuario de los recursos financieros de la economía. El estudio también señala que ante el incremento de las tasas de interés en economías avanzadas y la reducción de la liquidez a nivel global, las fuentes externas de financiamiento de la economía mexicana se redujeron 0,6% en 2021, algo no observado, al menos en los últimos siete años. En el ámbito interno, los flujos de financiamiento también se desaceleraron y se mantuvieron en niveles elevados en 2021.

El equipo de análisis de BBVA en México también hace hincapié en una reducción prácticamente generalizada de la cartera vencida respecto durante el primer trimestre de 2022 respecto al mismo periodo del año previo. De enero a marzo de este año, este índice se situó en un promedio del 2,9%, un nivel respaldado por el saneamiento que han realizado las instituciones financieras.

Serrano añadió de que la tasa de interés de referencia del Banco de México, que se ha elevado a un nivel del 7% vaya a ser suficiente para reducir la escalada de precios en el país. “Somos escépticos de que un ciclo de subidas tan potente vaya a disminuir la inflación en México porque no se explica por presiones de la demanda agregada, se explica por choques externos de oferta, y poco que puede hacer la política monetaria para reducir esa inflación externa”, refirió.

Durante la primera quincena de mayo, la escalada de precios llegó al 7,58% a tasa anual, su menor nivel en cuatro quincenas, desde la primera del pasado marzo, cuando se ubicó en 7,29%, de acuerdo con las cifras dadas a conocer este martes por el Inegi. Sin embargo, para Serrano es prematuro considerar que esta leve baja en la inflación pueda suponer un punto de inflación respecto a la tendencia alcista en los precios que se han observado en 2022.

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