Carlos Sainz y la fiesta se le escapan a Checo Pérez en Miami
El piloto mexicano finaliza cuarto por detrás del ganador Verstappen, Leclerc y el español
La Fórmula 1 vivió un fin de semana plagado de exdeportistas, músicos, actrices. Del encuentro entre Michael Jordan, Tom Brady y David Beckham con Lewis Hamilton a Bad Bunny dedicándole un autógrafo en el alerón trasero de Checo Pérez. Un simposio total de los autos más veloces del mundo. La ta...
La Fórmula 1 vivió un fin de semana plagado de exdeportistas, músicos, actrices. Del encuentro entre Michael Jordan, Tom Brady y David Beckham con Lewis Hamilton a Bad Bunny dedicándole un autógrafo en el alerón trasero de Checo Pérez. Un simposio total de los autos más veloces del mundo. La tarde fue, sin embargo, de mucha bronca para el piloto mexicano que no pudo subirse al podio y celebrar con champán porque Carlos Sainz fue su tapón. La inédita carrera la ganó, para buena suerte de Red Bull, Max Verstappen por encima de un Charles Leclerc que empieza a ceder.
Checo Pérez aún busca ganarse de manera definitiva a la cúpula de Red Bull. El mexicano aspira a firmar un contrato más extenso con el equipo y mantener la buena mística con Max Verstappen, el rey en pie. En la clasificación, el mexicano no tuvo su mejor vuelta y se mantuvo en la cuarta posición, detrás de su colega, Sainz y Leclerc. Ya en la largada, Pérez miró de reojo por los espejos para protegerse de Valtteri Bottas, en Alfa Romeo, y evitó reñirle a Verstappen. Ese gesto permitió que el neerlandés pudiese superar a Carlos Sainz y se quedara con el tercer puesto.
Pierre Gasly, francés de 26 años, es quien puede privar al piloto de Guadalajara del asiento en Red Bull, que ha decidido tomar una decisión hasta el verano. Esa incertidumbre no llega a los pedales de Checo Pérez, quien se mantiene entre los mejores cuatro pilotos del campeonato. En Miami, el mexicano tuvo una mitad de carrera cargada de desazón porque no podía pasar delante de Carlos Sainz. Y, sobre el giro 20, Pérez advertía a su ingeniero que perdía potencia en el auto y distancia. Eso no favoreció en absoluto. La única alegría estaba en las tribunas del circuito.
En la salida a pits, parecía estar la luz para el mexicano que podía sacar ventaja, pero tampoco fue así. Ni aunque el español tuviera problemas con uno de sus neumáticos en los boxes en la vuelta 20. Gasly, por su parte, sufría para atrapar a Hamilton y para defenderse de Fernando Alonso. En la vuelta 41, el francés golpeó el neumático de Lando Norris y provocó un aparatoso giro en la pista. Eso valió para que hubiese coche de seguridad, que obliga a los pilotos a acortar sus distancias. También abrió la oportunidad para que el mexicano pudiese cambiar de nuevo los neumáticos y buscar ese tercer sitio a base de unas gomas nuevas.
En la relanzada, el mexicano presionó para alcanzar, ahora o nunca, a Sainz. Pérez forzó la máquina para meterle presión al de Ferrari. Cuando creía que tenía el momento ideal, el español bloqueó tan bien que relegó al mexicano. Ni por la curva interna, ni exterior, ni en las zonas de DRS (cuando se abre el alerón trasero para tomar mayor velocidad). Nada fue suficiente. El mexicano se quedó con un buen cuarto sitio que ayuda a Red Bull a pelearle a Ferrari el campeonato de constructores.
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